La audiencia virtual en la que debía declarar la ex pareja de Sebastián Villa, el delantero de Boca Juniors que fue denunciado por violencia de género, fue suspendida este miércoles por la Justicia, en tanto que el futbolista abandonó la casa de su compatriota y jugador de River Juan Fernando Quintero.
El abogado de la denunciante Daniela Cortés (23), Fernando Burlando, dijo este miércoles que la joven no respondió a los cinco llamados que le hicieron desde la fiscalía de Esteban Echeverría que entiende en la causa, aparentemente por un problema en su teléfono celular.
El letrado contó que recién se pudo comunicar con Cortés durante la tarde, cuando la audiencia ya estaba suspendida.
«Mañana irá el médico legista a revisar a mi clienta y si hay tiempo se hará la audiencia que estaba prevista para hoy, aunque también puede pasar que ella no quiera seguir adelante con esto. Si quiere volver con un violento, yo no puedo hacer nada», dijo Burlando al canal América TV.
No obstante, según la ley, no se puede retirar una denuncia por violencia de género luego de haber sido realizada.
Tras denunciar penalmente a Villa, Cortés fue revisada este martes por un médico legista, que determinó que presenta «edema y eritema en frente (lado derecho), equimosis en brazo derecho cara interna (símil lesión que deja la dígito presión) y equimosis en raíz de muslo izquierdo».
Además, según el examen psíquico, muestra «atención, percepción y memoria conservada, está ubicada en tiempo y espacio y deambula por sus propios medios».
La Justicia ordenó que un nuevo examen, que se realizaría este jueves, para determinar si está en condiciones de participar de una nueva audiencia virtual.
En tanto, el futbolista -sobre quien pesa una denuncia penal presentada por Burlando- se retiró este miércoles de la casa de Quintero tras una medida de cerco perimetral de 1.500 metros ordenada por la justicia, ya que estaba alojado en otra zona el mismo barrio privado en donde está Cortés, que es el domicilio de Villa.
Villa, quien estaría ahora en un departamento de Puerto Madero, abandonó la casa de su compatriota Quintero (son compañeros en la selección colombiana y comparten el representante) tras la conmoción que causó en el mundo River su permanencia en la casa de Quintero, vecino de Villa en el barrio privado Saint Thomas, en la localidad bonaerense de Canning.
Enterados del asunto, el entrenador Marcelo Gallardo, el presidente Rodolfo D’Onofrio y el capitán Leonardo Ponzio siguieron de cerca la situación, preocupados porque la causa judicial pudiese involucrar la imagen de Quintero y de River Plate, dijeron fuentes del club.
Así, estuvieron en contacto con el enganche colombiano que alojó a su compatriota tras la denuncia de Cortés, también colombiana y quien acusó a Villa de maltratarla física y psicológicamente.
La respuesta de Villa también fue en la justicia, donde presentó una demanda por extorsión contra la joven, de acuerdo con la estrategia desplegada por Hipólito Pino, su abogado defensor, quien está vinculado a Norman Cappuozzo, representante del jugador.
En tanto, los dirigentes de Boca optaron por no hablar en forma pública y hacerlo a través de comunicados oficiales, mientras esperan a que actúe la justicia para ver qué determinación toman con el jugador.
Alguien que conoce muy bien al presidente Jorge Amor Ameal dijo este miércoles a Télam que el dirigente estaba golpeado anímicamente «al ver a Boca en las secciones policiales y no en las deportivas».
A la espera de lo que resuelva la fiscalía interviniente, la secretaría de fútbol de Boca Juniors, encabezada por Juan Román Riquelme, evalúa lo que considera el primer conflicto serio de su gestión, luego de que Boca festejara la obtención de la Superliga bajo la dirección técnica de Miguel Russo, en la cual Villa fue figura.
