El dolor golpea, como le pegaron a él, le pegaron a todos. En la mañana de este viernes falleció Tomás Felipe Carlovich. Ingresó a cirugía aproximadamente a las 8.30 en el Heca porque no se absorbió el cúmulo de sangre que tenía en el cráneo tras la brutal agresión sufrida días atrás para robarle su bicicleta en Paraná y Córdoba. Y no pudo resistir.
Tras su muerte, la causa pasará de la unidad fiscal de Flagrancia a la de Homicidios Dolosos, que continuará las investigaciones con los allanamientos registrados en las últimas horas pero sin resultados positivos. Las cuatro personas demoradas recuperaron la libertad, todas las medidas investigativas dieron resultado negativo. No hay indicios que los relacionen al hecho por el momento, se los identificó y siguen en investigaciones. Hay medidas de rodamiento de cámaras de la zona del hecho en curso
El Trinche Carlovich, el ídolo en bicicleta, el crack de pies descalzos en las canchitas polvorientas de Barrio Belgrano -ahí, a la vuelta de su casa de San Lorenzo y Nicaragua-, peleó por su vida durante varias horas. Pero no pudo aguantar. A la leyenda de Central Córdoba y del fútbol rosarino lo golpearon para asaltarlo. Y también golpearon el corazón de todos los futboleros. Familiares y amigos sostuvieron el aguante en la puerta del Heca, en donde permaneció internado en terapia intensiva desde el 6 de mayo. En redes sociales se multiplicaron las cadenas de oración pidiendo por su recuperación, pero el desenlace menos deseado llegó. En las últimas horas, en redes sociales y ante su crítico estado de salud, alguien definió: «El otro Ángel de la Bicicleta».
En grave estado en el Heca: golpearon brutalmente al Trinche Carlovich para robarle la bicicleta
El pasado 19 de abril cumplió 74 años. “Para el Trinche, que fue mejor que yo”, le dedicó Diego Maradona en un autógrafo que le estampó a una camiseta charrúa, cuando fue a saludarlo en febrero al Hotel Ros Tower. Ese abrazo entre Carlovich y el técnico de Gimnasia quedó inmortalizado en una foto que recorrió el país y el mundo.
En el 93, cuando Maradona arregló con Newell’s y le preguntaron si a Rosario había llegado el mejor futbolista del mundo, contestó: “El mejor está acá desde hace tiempo y se llama Carlovich”. Toda una declaración de reconocimiento futbolístico.
Por el Trinche, aquel flaco y desgarbado volante de medias bajas sin canilleras, muchos futboleros pagaban la entrada solamente para verlo jugar, iban a cualquier estadio de Buenos Aires o se acercaban a la delegación de Central Córdoba para preguntar si había “Show del Mago”.
Los que lo vieron jugar, lo disfrutaron y dijeron que fue de los mejores de su época. Los que tuvieron esa suerte, siempre quedó la duda si todo lo que se mencionaba de él y su juego era tan así. Pero nadie puede negar que Tomás Felipe Carlovich, o para todos simplemente el Trinche, fue es una leyenda, un mito que por todo lo que se generó a su alrededor traspasó las canchas argentinas y se hizo conocido a nivel mundial.
Su recuerdo
Un 19 de abril pero de 1946 nació en Rosario un niño que con el correr del tiempo sería ese flaco, alto, por el que muchos pagarían una entrada solamente para verlo jugar o que llegaban a cualquier estadio de Buenos Aires y se acercaban a la delegación de Central Córdoba y preguntaban si jugaba. Si la respuesta era afirmativa entraban a ver “el show del Mago”, caso contrario se iban. Eso generaba este futbolista, ídolo en barrio Tablada y muy querido por todo Rosario.
Además de defender los colores azul y rojo del Charrúa, Carlovich se inició y debutó en la primera división de Central en 1969 y después tuvo un breve paso por Flandria durante 1971, antes de comenzar su primer ciclo por Tablada en 1972. Luego se fue a Mendoza para jugar en Independiente Rivadavia, volvió a Santa Fe pero para defender la casaca de Colón en primera. En 1978 decidió regresar a Rosario para su segunda etapa en el Matador, donde estuvo una temporada para luego irse otra vez a Cuyo para jugar, primero en Deportivo Maipú y luego en Andes Talleres Sport Club, ambos de la tierra del Sol y el buen vino.
A comienzos de los 80 volvió a Central Córdoba para su tercer y último ciclo en el club, donde jugó 236 partidos, anotó 28 goles y logró dos ascensos: ambos fueron de la Primera C a la B Metropolitana en 1973 y 1982, respectivamente. Su despedida del fútbol, curiosamente, fue defendiendo la camiseta de Newell’s Old Boys de Cañada de Gómez a mediados de la década. Luego siguió despuntando el vicio de la pelota jugando para Social Lux en la Liga de Veteranos de Zona Norte, en donde se coronó varias veces campeón.
Sobre su juego y sobre él se han hablado muchas cosas. El propio Diego Maradona cuando llegó a Newell’s en 1993 y le dijeron que el mejor jugador del mundo había arribado a Rosario, el propio 10 contestó: “El mejor está acá desde hace tiempo, es Carlovich”, algo que refrendó en febrero de este año cuando ambos se encontraron y el actual entrenador de Gimnasia le firmó una camiseta y en la dedicatoria escribió: “Al Trinche que fue mejor que yo”.
En lo que respecta a su personalidad, su forma de ser, quien lo recuerda es el doctor Miguel Ramírez, quien fuera facultativo de la institución y desde hace muchos años es dirigente del club. Sobre el Trinche dice: “Llevo en mi retina el recuerdo de haber disfrutado de su juego, era algo inigualable. Una anécdota que recuerdo es del torneo de la Primera C de 1980, yo era médico de las inferiores y un sábado me tocó ir como con la primera porque el profesional no pudo viajar. Fue contra con el Morón que dirigía el Toto, Juan Carlos Lorenzo, y durante el viaje en micro lo que me llamó la atención que todos los jugadores, entre los que estaban los hermanos Murillo, Ocampo, entre otros, ellos iban cantando, hacían quilombo y el Trinche no se movió en todo el viaje, iba leyendo un libro. Era y es un bohemio”.
Así se puede definir a Tomás Felipe Carlovich, un bohemio fuera de la cancha y un futbolista inigualable dentro de ella, que se dio el lujo de bailar al seleccionado argentino en 1974 y que sabe él más que nadie que pudo llegar a jugar en el exterior (según sus propios palabras lo quisieron de Francia y el Cosmos estadounidense) pero que prefirió quedarse acá, en su Rosario natal.
Para muchos es un mito, para otros es una leyenda y para todos es el Trinche o era puro fútbol.