La cuarentena global –llegó a esa escala aun con los matices de cada país– ya denotó no pocos impactos positivos en el medioambiente, y en esa cadena también sumó a la astronomía: científicos de un observatorio de Hawaii lograron capturar imágenes de Júpiter con la resolución más alta obtenida hasta ahora, con una técnica que se traduce como “imágenes afortunadas”.
Las observaciones, desde el telescopio Gemini North en el volcán inactivo Mauna Kea, de Hawaii, revelan rayos y sistemas de tormentas que se forman alrededor de nubes profundas de hielo de agua y líquido, reportó el diario británico The Guardian. Las imágenes muestran las capas cálidas y profundas de la atmósfera del planeta brillando a través de huecos en una gruesa capa de nubes en un efecto tipo “Jack-o-lantern”, o linterna de Jack, que es la clásica calabaza tallada con luz interior que se suele exhibir en la festividad de Halloween.
“Los datos de Gemini fueron críticos porque nos permitieron explorar profundamente las nubes de Júpiter en un horario regular”, dijo Michael Wong, de la Universidad de Berkeley, California, quien dirigió el equipo de investigación. “Utilizamos una técnica muy poderosa llamada imagen de la suerte”, marcó.
La técnica consiste en obtener una gran cantidad de imágenes de exposición muy corta, cuando la atmósfera de la Tierra es brevemente estable, y luego usar las más nítidas para componer las imágenes finales procesadas, descartando el resto. Así, las últimas observaciones permitieron obtener algunas de las imágenes infrarrojas más nítidas de Júpiter obtenidas desde tierra, e incluso más: “Estas imágenes rivalizan con la vista desde el espacio”, dijo Wong.
Como retratos hablados, la secuencia les dará ahora meses de trabajo a los científicos para determinar cómo es la composición del planeta más grande del Sistema Solar, un gigante gaseoso –que se supone con un núcleo sólido– que se encuentra después del Cinturón de Asteroides y por ello se lo cuenta entre los llamados planetas exteriores. Incluso algunos científicos no lo consideran exactamente tal, sino una estrella fallida, que no creció lo suficiente.
Tiene, además, medio centenar de satélites –y lo orbitan más cuerpos que pueden alcanzar esa “categoría”– de los cuales al menos uno, Europa, contiene agua líquida y podría albergar vida.