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Esa mujer: estrategias sobre las varias ofensivas al país y a la economía

Desde la presentación de su libro “Sinceramente”, sin exageraciones la piedra fundacional del FdT, Cristina Kirchner, la dirigente más importante de los últimos 50 años, se desvela por cuestiones clave, desde los fondos buitres hasta la gerencia de YPF, para defender el patrimonio nacional

Mauro Federico**

Aquel viernes amaneció nublado sobre la ciudad de Buenos Aires. Y todos los canales de noticias posaban sus cámaras sobre uno de los ángulos de la Plaza de los Dos Congresos, donde había ocurrido un hecho de sangre de características extrañas y conmocionantes.

Mientras un diputado nacional riojano y su asesor efectuaban una caminata matutina, fueron baleados arteramente por un hombre que, tras la faena criminal, huyó con total impunidad de la escena en el mismo vehículo donde había aguardado para disparar. Los primeros indicios apuntaban a un atentado político, algo que con el correr de las horas se descartaría.

Justo ese día la expresidenta y senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner se disponía a presentar Sinceramente, en el marco de la tradicional Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Durante la mañana se especuló periodísticamente con la posibilidad de suspender el acto, ante la posible escalada del crimen en perjuicio del congresista radical.

Sin embargo, cerca del mediodía, uno de los dirigentes que más le había insistido a la senadora para que escribiera ese libro se encargó de llamar a varios periodistas para confirmar que la presentación no se levantaba.

“No veo ninguna razón para alterar los planes, se trata de un lamentable episodio de inseguridad que nada tiene que ver con Cristina”, fue el comentario escueto y directo de Alberto Fernández a algunos cronistas que lo consultaron, entre otros el autor de estas líneas.

A media tarde, frente a una de las entradas del predio ferial de Palermo, sobre la avenida Sarmiento, ya no circulaba ningún vehículo. Al doblar por Santa Fe, el ruido de los bombos y los redoblantes formaban parte de un escenario en el que sobresalía el azul y podía leerse en letras blancas el nombre de la obra. Allí, una multitud aguardaba la llegada de Cristina, bajo una lluvia intensa

Piedra fundacional

“Vamos a volver” y “Cristina presidenta” fueron los dos gritos que se repitieron durante toda la tarde/noche. La bandera celeste y blanca fue la insignia en común. También hubo pañuelos, pins, remeras, paraguas, pilotos, gorras y calcomanías con su imagen.

Cristina habló mirando a la multitud que la escuchaba con atención. Cerca del escenario estaba Alberto, a quien la autora aludió recordando la importancia que tuvo para que escribiera ese libro que, podría decirse, terminó constituyéndose en la piedra fundacional del Frente de Todos.

Nueve días después, a través de un video posteado en sus redes sociales, Cristina anunciaba que Alberto iba a ser el candidato del espacio que aún no lograba despegar en los sondeos pre-electorales.

“Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos: él como candidato a presidente y yo como candidata a vice para participar en las próximas elecciones”, decía el posteo.

“Nunca me desvelaron los cargos políticos y tampoco fueron mi principal motivación. Tal vez porque pertenezco a una generación que no buscaba un lugar en las listas, sino en la historia”, explicó CFK, quien agregó que Alberto “fue jefe de Gabinete de Néstor” y que aquellos “fueron tiempos muy difíciles, pero estos son realmente dramáticos”.

Histórica y decisiva

“El país no necesita alguien como yo, que divido, sino a alguien como vos, que suma”, fue la frase que la expresidenta utilizó para convencer a Fernández. La jugada descolocó al oficialismo que aguardaba una confrontación mano a mano con Cristina para polarizar la elección y obtener un triunfo en segunda vuelta.

El macrismo nunca logró recuperarse del golpe provocado por esta decisión histórica, a la que hay que sumarle el estratégico desmembramiento del espacio federal que el propio Sergio Massa venía construyendo a partir de su Frente Renovador, junto a un puñado de gobernadores peronistas, tributario a la postre del Frente que se impondría en las elecciones de octubre.

Con un movimiento inteligente basado en consolidar la unidad del peronismo, esa mujer denostada por un sector del establishment, perseguida judicialmente, logró transformar el panorama político de la Argentina y propiciar la llegada de un gobierno que empiece a revertir el fallido experimento de Cambiemos.

Reclamos buitres

Un año después, el escenario es bien distinto. La pandemia colocó a Alberto Fernández en un lugar inmejorable: casi ochenta por ciento de imagen positiva, duplicando los guarismos que ostentaba cuando fue seleccionado como “el candidato” y con unos 25 puntos más que al asumir la presidencia.

Esto demuestra que el presidente logró capitalizar la crisis del coronavirus, mostrando altísima capacidad en momentos complicados para todo el mundo.

Detrás de esa imagen, emerge la figura de Cristina, que aunque algunos pretendan colocarla en veredas opuestas a las del presidente, construye por debajo la base de consolidación de la fuerza política y visualiza los escenarios complejos que deberá sortear el país en el futuro.

Tal vez el más complicado sea el de la negociación con los bonistas externos y el riesgo de entrar en default si los tenedores bajo legislación extranjera no aceptan la oferta que les formuló Martín Guzmán.

Del otro lado del ring, si la Argentina entra en cesación de pagos el 22 de mayo, se encontrará Loretta Preska, la nueva Thomas Griesa. Nombrada por George Bush en 1992, esta mujer tiene además la causa contra la Argentina por la expropiación de YPF donde aparecen las siluetas de empresarios argentinos.

El “buitre” reclama entre 1500 y 3000 millones de dólares por la expropiación que hiciera Cristina del 51% de las acciones de Repsol, sin atender a otros tenedores de acciones, que son los que reclaman.

Estrategia del “barril criollo”

En ese contexto complejo Cristina hizo otra jugada magistral. En plena crisis del mercado petrolero mundial, promovió la renovación de la cúpula gerencial de la compañía con el nombramiento del mendocino Sergio Affronti como su nuevo CEO reemplazando a Guillermo Nielsen, con el que la vicepresidenta no tiene ninguna sintonía.

El nombre de Affronti no es desconocido para YPF. Ya lleva 27 años en la petrolera argentina como operativo de producción. Además, formó parte del equipo de Miguel Galuccio apenas YPF volvió a manos del Estado argentino y fue parte de su gestión entre 2012 y 2015.

Ahora reaparece convocado por Cristina como parte de una estrategia para plantarse firmes en la negociación con los bonistas e impulsar el avance del “barril criollo” de petróleo, a un valor de 45 dólares.

La medida apunta a sostener la actividad en la industria hidrocarburífera y a conservar puestos de trabajo ante la crisis internacional y la caída del consumo de combustibles en todo el mundo debido a la pandemia.

Los más ricos se atrincheran

Volviendo a la renegociación con los bonistas, Guzmán cuenta con apoyo de Cristina y de Alberto, que es el primer interesado en que no haya default. Del otro lado, Larry Fink, de BlackRock, buscó el apoyo del Tesoro norteamericano, que ya empezó a operar para que la Argentina mejore su oferta.

Fink controla el mayor fondo de inversión del planeta con más de 600 mil millones de dólares en activos a su cargo. Otro tema que la tiene expectante a la vicepresidenta es la del impuesto a las grandes fortunas, que impulsa su hijo Máximo Kirchner.

El impuesto a los ricos que impulsó CFK disparó controversias dentro de la coalición de Gobierno, empezando por Sergio Massa, con amigos dentro del establishment.

Esas cuestiones desvelan a Cristina, objetivos estratégicos que están por encima de la coyuntura y la colocan varios peldaños por encima del medio pelo político argentino, preocupado por instalar falsos ejes de debate como el de la inventada liberación masiva de presos o los cuestionamientos a una cuarentena avalada por la mayor parte de la población.

**  #Puente Aéreo digital

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