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Un adolescente asesinado y más de 50 balazos en un nuevo episodio violento en barrio Nuevo Alberdi

Ocurrió este martes por la noche; la víctima, de 17 años, sufrió un disparo en la espalda. Personal del Comando incautó dos armas de fuego. El pasillo ya fue escenario de una intimidación y balacera similar el sábado pasado

Un adolescente de 17 años fue asesinado este martes por la noche durante una verdadera lluvia de balas en barrio Nuevo Alberdi. El crimen tuvo lugar en la entrada de un humilde pasillo de Luzarriaga y Vieytes, en el extremo norte de la ciudad, un corredor sin nombre donde los policías recogieron medio centenar de casquillos. Una secuencia similar a lo ocurrido el sábado pasado en ese mismo lugar, sólo que entonces no hubo víctimas fatales y el recuento de casquillos contabilizó una treintena.

Alrededor de las 20 de este martes por cuestión de minutos uno de los amplios pasillos sin nombre que comienza desde Luzarriaga al 2900 y desembocan en Servellera, entre las calles Vieytes y Grandoli, se convirtió en zona de guerra.  Aparecieron dos autos de los cuales bajaron personas armadas que comenzaron a disparar sin escatimar municiones, sembrando el terror entre los vecinos.

Uno de esos proyectiles impactó en el omóplato izquierdo de Joel Maximiliano Mansilla, de 17 años, que cayó desvanecido junto a un tanque de agua ubicado en la tercera casa del ala sur del pasaje. Por la mañana, todavía era patente el manchón de sangre y las decenas de círculos de tiza para demarcar vainas servidas de tres calibres distintos: 9, .380 y 11.25 milímetros. Un total de 52, indicaron fuentes oficiales.

En la línea de fuego

Personal del Comando Radioeléctrico arribó al lugar y constató impactos en fachadas y automóviles. Mientras los uniformados resguardaban la escena del crimen, otros efectivos que iban en un patrullero recogieron un testimonio que indicó que en el mismo pasillo, a la altura de Servellera, había un adolescente que había resultado herido en la balacera y que “tendría relación con Mansilla”.

Cuando los policías dieron con este adolescente de 17 años que tenía un disparo en la pierna, a 100 metros del lugar del crimen, se toparon con la reacción de cuatro personas que terminaron demoradas en la comisaría 10ª ya que en la puerta del domicilio, entre ropas con manchas de sangre, los pesquisas hallaron una pistola 11.25 y un pistolón calibre 14.

Las armas secuestradas por el Comando.

 

La hipótesis es que este adolescente que fue asistido en el hospital Alberdi y, según fuentes policiales tenía un pedido de captura del juzgado de menores aunque no aclararon el motivo, fue herido durante el brutal tiroteo que terminó con la vida de Mansilla.

Sin documentos

Como la víctima fatal no tenía sus documentos encima y los vecinos dijeron no conocerlo, su identidad trascendió recién este miércoles por la mañana, aunque los investigadores esperaban la confirmación de las huellas dactilares en el Instituto Médico Legal (IML).

El caso quedó a cargo del fiscal de Homicidios en turno, Alejandro Ferlazzo que estuvo presente en el lugar supervisando las primeras medidas para dilucidar la mecánica del crimen. Allí los detectives de la División Homicidios se toparon con la reticencia del vecindario, que escatimó las declaraciones e hizo saber su malestar por los repetidos tiroteos que azotan ese sector de Nuevo Alberdi.

Intimidaciones

Además se supo que el sábado pasado desconocidos efectuaron disparos al aire desde cuatro autos y rociaron de balas al menos cuatro domicilios de esa cuadra (Luzarriaga 2900), ocasión en que los investigadores recogieron 30 vainas servidas, aportó una fuente.

Los pocos testimonios recogidos indicaron que ese ataque, en que una nena de 12 años y un hombre de 42 sufrieron roces de los proyectiles, fue el prólogo del homicidio de Mansilla, ya que la mecánica fue la misma y que los autos que usaron los tiratiros serían los mismos.

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