El partido Ciudad Futura y la cooperativa Cotar se unieron para lanzar La Lactería, un espacio de venta de productos lácteos que conecta a productores con consumidores, con el fin de eliminar intermediarios y acceder a mejores precios.
La Lactería funciona en avenida Alberdi 445, al lado de un hipermercado. La inauguración fue este martes a través de Youtube. «Es una nueva alternativa que hacemos realidad desde Ciudad Futura y Cotar para garantizar eso de que en Argentina los alimentos tienen que ser buenos y accesibles para todos y todas», dijeron desde la organización rosarina.
Lácteos con espacio propio y sin intermediarios en zona norte: un éxito por sus bajos precios
El proyecto une a productores primarios con la industria y los consumidores no solo para bajar los precios quitando intermediarios, sino también para discutir qué estamos comiendo.
«En la era de los alimentos como mercancía, los ultraprocesados y el marketing, la comida es cada vez menos comida y más químicos innecesarios», agregaron.
«Hace un año se disparaba el precio de la leche y lanzamos Futurísima como denuncia y propuesta. Fue un éxito y, como siempre, se armó un gran revuelo pero no quedó ahí. Creamos el sistema del Socio Lácteo que lleva vendidos más de 200 mil litros de leche, siempre más barata que el mercado. Hoy, mientras le damos forma a la Empresa Pública de Alimentos, damos otro paso en la pelea por la soberanía alimentaria y estamos felices de crear junto con Cotar y el Tambo La Resistencia un concepto nuevo: Las Lacterías. Existen las carnicerías para la carne de verdad, las verdulerías para frutas y verduras en serio, pero los lácteos estaban monopolizados dentro de los supermercados. Por eso, esta primer Lactería está justo al lado de un hipermercado. Para que hagas tu compra de siempre, pero para los lácteos de verdad, te pases por La Lactería», contaron sobre la iniciativa que empezará a funcionar el miércoles.
Según Ciudad Futura, la Lactería llega para dar pelea y generar debate sobre la industria alimentaria: «Que todos podamos comer, que se le pague un precio justo al productor, que el queso sea queso y la leche sea leche, y que los consumidores puedan pagar por eso. Que comer saludable no sea un privilegio más. En el país de las vacas y la tierra esto no debería ser un debate, pero está todo tan mal repartido que pareciera una utopía. En los alimentos está la llave para un país distinto y lo estamos haciendo posible».
