Cerca de la medianoche en barrio Acindar, una familia que estaba de sobremesa fue sorprendida por un balazo que ingresó a su casa y por poco provoca una tragedia. Unas horas antes, también en el sudoeste, el frente de una casa desocupada de barrio Tío Rolo fue blanco de una descarga de ametralladora. Los investigadores recogieron nada menos que 27 vainas servidas. Estas balaceras corresponden a una secuencia casi diaria que se replican en muchas zonas de la ciudad y de las que no quedan claro el objetivo de tal ataque violento.
En Acindar, una casa de la cuadra de Ramón Lista al 3700 donde vive el matrimonio de Silvia y Omar, una bala perforó una ventana del frente y dio en el marco de un cuadro colgado a metros de la cocina donde una sobrina de la pareja preparaba un té. Otros dos impactos dieron sobre la fachada.
«Mi señora estaba en la pieza y yo en la cocina. Mi sobrina me preguntó si quería un té y en ese momento sentí un estruendo. Pensé que era un choque. Mi sobrina ahí me dijo: «Se cayó un cuadro». Me pongo a ver y había recibido un tiro», relató Omar al móvil de Canal 3, todavía azorado.
La familia decidió hacer público el mal trance, como una forma de anoticiar a los tiradores, quienes se presume iban en auto blanco, que se confundieron de vivienda.
“Te ponés a pensar por qué. No tengo nada con nadie. No recibimos amenazas, nada. ¿Por qué contra nosotros?», se preguntó el hombre.
En tanto, a unas 30 cuadras al sur, en el extremo sudoeste, desconocidos dispararon contra un domicilio de pasaje Cristal al 7000, que se encontraba desocupado. Los pesquisas hallaron 27 vainas servidas y los vecinos relataron haber escuchado el ruido de ráfagas típico de ametralladora.
