Bajo la dirección de Alejandra Perdomo, el film se construye a través de testimonios de Beatriz Reagal y Jorge Taddei, madre y el padre de Wanda Taddei; Marcela Morera, madre de Juana Mena; y Jimena Aduriz, madre de Ángeles Rawson.
En Cada 30 horas también cuentan sus experiencias Karina Abregú y Alicia Chamorro, denunciantes por intentos de femicidio, y la psicóloga social Eva Giberti, creadora de la línea 137 de atención a las víctimas.
El largometraje, estrenado en 2016, ratifica cuatro años después que la violencia de género es una problemática atemporal y destaca la labor de profesionales y militantes que incansablemente promueven la concientización y contribuyen a generar un cambio social y cultural.
En diálogo con la agencia de noticias Télam, Perdomo reflexionó: «A casi cuatro años del estreno de Cada 30 horas en el cine, el documental no pierde vigencia; todo lo contrario. Cuando empecé a plasmar la investigación, me conmovió la frecuencia que marcaba que se cometía un femicidio en Argentina cada 30 horas».
«En 2020 se produjeron 117 femicidios durante el primer cuatrimestre del año –enfatizó la directora, dueña de una trayectoria comprometida con las problemáticas sociales– y 55 femicidios en 65 días de aislamiento social preventivo y obligatorio, lo cual indica que la frecuencia es menor. Y es horroroso».
En Cada 30 horas, la realizadora puso el foco sobre la problemática de la violencia contra las mujeres y disidencias y procuró visibilizar los mecanismos para que puedan recibir asistencia y salir del círculo de violencia del que son víctimas.
El largometraje desembarca en la pantalla de la Televisión Pública con el objetivo de llamar a la reflexión y en el marco del quinto aniversario de la primera movilización del movimiento #NiUnaMenos que nucleó, el 3 de junio de 2015, a decenas de miles de mujeres alrededor del reclamo del fin de los femicidios.
A modo de balance, Perdomo, directora de además de Rompiendo muros (2001) y Nacidos vivos (2013), sopesó: «La concientización es mucho mayor después del primer #NiUnaMenos. Los colectivos feministas, la lucha, la voz de las mujeres se alzó fuertemente».
«Sin embargo, aún tenemos mucho que batallar contra la justicia misógina –observó finalmente la realizadora–, los estereotipos sociales y mandatos tan arraigados en hombres y mujeres. Pero lo bueno es que todo este crecimiento es hacia adelante, ni un paso atrás».