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Un todo terreno: Mauro Palacios, un referente de Social Lux dentro y fuera del campo de juego

Pocho, como lo conocen todos, es el capitán de la primera local de Mercadito pero además se desempeña como técnico de inferiores y del femenino y también es dirigente. En una charla con “El Hincha”, el futbolista explicó el sentido de pertenencia que hay en el club de barrio Ludueña

“Llegué al club en 2013 por un amigo, con 21 años y para una prueba para jugar en la Primera Local de la Rosarina. Venía desde Estrella del Sur de Acebal y ese día también había un chico de El Torito probándose. Cuando termina, el entrenador de ese momento Marcelo Javier le dice al ayudante que lo deje al otro y como éramos iguales el colaborador me dejó a mí. Ahí entre a Mercadito, por la ventana”.

Entre risas Mauro Palacios cuenta cómo llegó a Social Lux, club del cual hoy es uno de los máximos referentes y donde pasa gran tiempo de su día dedicado a la institución.

Es que no solamente es el capitán de la Primera División de Mercadito, sino que también desde este año es entrenador de uno de los dos conjuntos que compiten en el certamen femenino de la Rosarina. Además, dirige la octava división y es miembro de la comisión directiva del club de barrio Ludueña. Lo que se dice un verdadero todo terreno.

Pocho, como lo conocen todos, se tomó unos minutos en su rutina para charlar con El Hincha de varios temas: su historia en la entidad de barrio Ludueña, el ansiado ascenso al Molinas del año pasado, la formación de futbolistas, la intención de que las chicas sigan creciendo día a día y ese gran sentido de pertenencia que genera Mercadito.

Pocho conducción. Palacios es el DT de los chicos en la octava y comanda el B del femenino

Sobre sus primeros pasos en el club, Palacios afirma: “Cuando llegué me tocó un grupo terrible, que aparte de ser un 80 por ciento formado en las inferiores y tenían ese sentimiento por los colores, se nos dieron los resultados ya que estuvimos a un punto del ascenso, por lo que fue un año bastante bueno para nosotros. Ese sentimiento que tenían los chicos por el club te lo transmitían”.

Pero hubo un hecho que lo vinculó más y que fue clave: “Me fui a jugar a Tiro Suizo y ahí por 2015 me pongo de novio con Celina (Armoa, su pareja y futbolista de Mercadtio), ella tenía el hermano (Facundo) jugando en las inferiores y lo íbamos a ver. Ahí empecé a colaborar con la entrada en calor y de a poco me enganché con lo que era la tarea del entrenador, hasta que lo conocí a Ariel Cabrera, el coordinador, y me fui metiendo con la idea del club”.

El “sentido de pertenencia” es algo que caracteriza a Social Lux y Pocho lo explica con suma claridad.

“Ese día a día es clave. Yo llegaba a las 18 y me iba a las 22, hacía que conviva con la gente del club. Tenemos la dicha que haya un gran buffet o el camping, donde el padre puede ir, deja a la criatura entrenando y se pone a hacer un asado o tomar algo. No es muy normal hoy ver esa vida social que se tenemos en Mercadito, es la de un verdadero club de barrio”.

“Debíamos poner al club en la categoría que merece”, explicó sobre el ascenso al Molinas

El domingo 1º de diciembre de 2019 es una fecha que estará marcada a fuego en la historia del Verde. Esa tarde, los pibes vencieron 4-1 a Olympia de visitante y lograron el regreso al Gobernador Molinas tras diez años, con título incluido.

“Para muchos que venimos desde hace tiempo en Social, lo que conseguimos no solamente era un deseo o un objetivo, sino que ya lo sentíamos como una obligación, una mochila muy pesada. Debíamos poner al club en la categoría que se merece estar. Se nos dio el ascenso, el campeonato y para nuestra forma de ver el fútbol, jugando muy bien, por eso tamaño festejo, fue groso lo que conseguimos”, explicó Mauro con emoción por lo que significó para todo ese grupo.

Para cerrar ese capítulo histórico, el capitán del Verde expresó lo que significó el debut en primera ante Oriental, donde ganaron 2-0 como visitante y con un tanto propio.

“Fue una tarde inolvidable. Después de todo lo que atravesamos y luchamos, poder jugar en la máxima categoría de la Rosarina con Mercadito, hacer el primer gol en el regreso al Molinas y del torneo, fue una tarde muy redonda para mí”.

Este año su sumó otra gran responsabilidad para Mauro: es el técnico del equipo femenino que competirá en la segunda división de la Rosarina. Sobre cómo se dio su vínculo, manifestó: “Llega obviamente por Celi, de ir a alentarla a ella y también de ver la fuerza que las chicas le ponen para poder jugar, para visibilizar su fútbol y ganarse el lugar que merecen, fue un gran impulso para estar ahí y poder aportar para que obtengan lo que tanto quieren. Estoy todo el día pensando en proyectos para que crezca el femenino”.

“Ver la fuerza que las chicas ponen, fue un impulso para estar y aportar”, se sincera Mauro

“El club sigue avanzando un montón. Hoy en día con las chicas entrenamos a la par de la primera masculina, tienen un horario central para las prácticas, algo que hace un tiempo era impensado. Ellas entrenan tres veces a la semana y la idea es unificar el cuerpo técnico de las chicas, con los de varones y las inferiores para unificar lo que es el proyecto del club en todas sus categorías”, explica sobre la importancia que le da la dirigencia de Social Lux a este proceso que llevan adelante.

Pero no solamente es entrenar y jugar, sino también hay algo muy importante, la formación. “Yo estoy al frente de la divisional B y tenemos en claro que realizamos una doble tarea con ellas, porque al no tener una formación de inferiores, debemos brindárselas pero también sabemos que al ser una Primera División y habiendo chicas grandes, todas quieren ganar. Entonces es un trabajo de hormiga, pero que va a dar sus frutos y a mí me gusta hacerlo de esa manera: formarlas, dejarles algo a ellas, que no vengan solamente para jugar y que a través de eso vamos a conseguir los resultados, contando con el compromiso de todas las partes”, describe con claridad sobre el trabajo que se realiza.

Para el final, Pocho habla de cómo es un día normal en su vida y manifiesta: “Trabajo como todos los que juegan en la Rosarina, en mi caso, haciendo cerraduras de seguridad en una fabrica. Tengo una nena y estoy muy abocado a su crianza, a lo que es la escuela, tener momentos con ella que ahora con esta pandemia, puedo aprovecharlos y disfrutarlos, como ver una película, jugar o leer un libro juntos. Soy un pibe normal, que trabaja, tiene una familia y le gusta el fútbol”.

Ese muchacho es Mauro Palacios, un símbolo de Social Lux y los motivos sobran para que lo sea. Pocho es el capitán del equipo que devolvió a la institución a la primera división masculina de la Rosarina tras diez años y porque además está comprometido para que el femenino del Verde siga creciendo. Una verdadera muestra del sentido de pertenencia que destaca a Mercadito.

“Soy un pibe normal, que trabaja, tiene una familia y le gusta el fútbol”, así se define Pocho
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