Ayer a la mañana, Juan Pablo G. el dueño de una cadena de venta de artículos de electrónica, no terminaba de entender cómo habían ocurrido los hechos. Es que cerca de las 3, recibió un aviso de la empresa de seguridad que monitorea su depósito de barrio Martin, desde donde le avisaban que la alarma estaba sonando. Media hora más tarde, cuando llegó al local, encontró una frazada llena de vidrios adelante de una puerta que había sido barreteada. Según un inventario preliminar, le faltaban 120 mil pesos en mercaderías. “Se tienen que haber llevado todo en una chata, no hay otra explicación”, consideró Juan Pablo. “No puede haber sido una sola persona porque se llevaron muchas cosas y hubo un trabajo importante para entrar”, consideró una fuente de la investigación.
“Los productos que se robaron estaban almacenados para reponer la mercadería de los tres negocios que tengo en los shoppings Alto Rosario, el Portal y el Paseo del Siglo”, dijo Juan Pablo G., de 39 años y propietario de la cadena de venta de electrónica Skin Shop. Es en pasaje Cajaraville 177 (Colón entre Mendoza y 3 de Febrero), donde está ubicado el depósito de la firma que ayer fue escruchado.
Según dijo Juan Pablo a El Ciudadano, ayer cerca de las 2.50 recibió una llamada de la empresa de seguridad que monitorea el negocio, que le indicaba que se había disparado la alarma del local. “Yo vivo en Fisherton, así que llegué a eso de las 3.25 y me encontré con la Policía en la puerta”, relató el propietario. “A esa altura ya había pasado todo: La puerta de rejas estaba barreteada, la de vidrio espejado estaba destrozada en la parte de abajo y en la entrada había una frazada llena de vidrios, que pusieron para disimular los ruidos”, agregó.
La víctima dijo que sólo habían realizado un inventario preliminar de los elementos robados y, al cierre de esta edición, un contador analizaba los comprobantes para determinar a ciencia cierta el valor de la mercadería faltante, para luego hablar con el seguro. “A grandes rasgos, acá se hicieron más de 120 mil pesos”, detalló Juan Pablo. “Vaciaron tres estantes completos. Se llevaron 40 GPS marca Garmin, alrededor de 15 notebooks y netbooks, tres consolas de video juegos Play Station 3, cerca de 10 Nintendo Wii, tres CPU de computadoras de escritorio, una docena de monitores LCD de 19 pulgadas y algunas cajas con juguetes”, pormenorizó el empresario.
“Lo peor es que todo lo que se llevaron, que se compra en dólares, después lo venden por dos mangos, y a mi me hicieron un desastre”, se lamentó la víctima.
Inteligencia
Según confió Juan Pablo a El Ciudadano, ayer a la mañana una vecina se acercó y le comentó que desde hacía varios días se veían personas merodeando frente al depósito, lo que era extraño porque, al estar ubicado sobre una cortada, por allí no suele haber mucha circulación de gente.
Para la Policía, los escruchantes estaban preparados y ya sabían los obstáculos que tendrían que atravesar para ingresar al local. “No es un trabajo que pueda realizar una sola persona”, estimó una fuente de la pesquisa.
El hecho es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 3ª Nominación, a cargo de Luis María Caterina, con la colaboración de la comisaría 1ª, con jurisdicción en la zona.