En enero tuvo una millonaria oferta de San Lorenzo y le dijo que no. Priorizó pelear la permanencia con Central y logró el objetivo. Ahora la situación es otra. Por eso Jeremías Ledesma confesó que “si llega una oferta en el próximo mercado de pases me sentaría analizarla”. El arquero entiende que “en Central ya hay un ciclo cumplido” y ve con buenos ojos dar un salto priorizando lo deportivo sobre lo económico. “Si hubiera pensado en lo económico hubiese aceptado lo de San Lorenzo en su momento”, dijo Conan.
—En enero último llegó una oferta por tu pase y planteaste que te querías quedar a pelear la permanencia y que en junio se iba a ver. Para este mercado de pases que viene, en el que Central necesita vender, ¿qué expectativas y objetivos te planteaste?
—Fui sincero al decir que no me iba a ir y que si llegara una oferta después de que Central se mantuviera en primera, me iba a sentar y la iba a analizar. La realidad es que hoy no hay ninguna oferta porque el fútbol está parado en casi todo el mundo. Siempre dije que quería dejar a Central fuera del descenso y hoy Central no va a descender. Así que si hoy llega una oferta se puede decir que me voy a sentar a analizarla. Tengo una edad en la que siento que estoy para despegar y hacer carrera en otro club, en otro país, dónde sea para progresar. No descarto irme. Yo creo que este en Central es un ciclo que podría ir finalizando.
—Desde que te tocó debutar viviste distintas situaciones: los clásicos, la consagración en la Copa Argentina y este último objetivo que era mantener a Central en primera ¿Creés que ya le diste todo a Central o tenés algo más para dejarle?
—Siempre uno tiene más para dar pero también sabe cuando es un ciclo que finaliza. Cuando me tocó debutar fue un sueño logrado que tenía desde que llegué al club. Después tuve la posibilidad de poder salir campeón y eso para mí fue un logro histórico y la Copa más importante de mi vida. Después mi otra meta era no descender y hoy Central no descendió. Hoy mi meta es poder despegar y hacer, si Dios quiere, una gran carrera. Esto no quiere decir que va a venir una oferta y me voy a ir, o que ya tengo una oferta y me vaya porque la realidad es que esta pandemia hizo que todo lo que uno tenía planeado se caiga, se frene o se demore. La realidad es que no se si va a haber una oferta o no.
—¿Cómo estas manejando la ansiedad y de una posible transferencia en estas circunstancias?
—Te soy sincero y si digo que llevo bien el encierro estaría mintiendo. Soy una persona a la que le gusta entrenar muchísimo, de mañana y de tarde. Hoy no tengo esas posibilidades porque no tengo espacio físico para hacerlo. En un puesto que es muy específico se dificulta mucho. No la estoy llevando bien. La cabeza te va a dos mil, la ansiedad, me acuesto a dormir y no me duermo. Nosotros nos decidimos por esto que es el deporte, es una pasión y se hace muy difícil cuando de un momento a otro te lo quitan, te lo arrancan. Está bien que esto es una pandemia, no es contra un gobierno, que quede claro. Creo que ninguno de los jugadores la estamos pasando bien, en lo personal no lo estoy pasando bien. Si se da una transferencia en este contexto es difícil porque me gustaría que sea una transferencia estando al 100 por ciento entrenado, pudiéndome despedir de la gente en la cancha como corresponde en un partido dándole un triunfo. Pero habrá que aceptarlo como se dé.
—Si llega una oferta ¿vas a priorizar lo económico o lo deportivo?
—No me tira lo económico, Si hubiera sido por lo económico me hubiera ido a San Lorenzo que me pagaba mejor que un club mexicano que vino en junio del año pasado. La verdad es que yo voy más a lo deportivo. Si crecés deportivamente, lo económico viene de la mano. En el lugar en que me toque estar, me quiero brindar al cien por ciento, y para eso me tengo que sentir cómodo en el lugar. Si hubiese sido por lo económico hubiese aceptado la oferta de San Lorenzo hace poco, hubiese asegurado la transferencia y un techo para mis hijas. Hoy no lo tienen porque me quise quedar en Central porque sabía que iba a estar bien e iba ser feliz.
—En cada lugar del país la situación por la pandemia es distinta. ¿La vuelta a practicar depende de ustedes o están atados directamente a lo que AFA y Agremiados?
—Estamos todos atados a lo que digan el gobierno y AFA. Más aún a lo que dice el gobierno. Hay provincias que no registraron casos y tampoco pueden entrenar, aunque no tienen equipos de primera y sí amateurs. Es medio complicado, no sé si hay un trasfondo que no nos permite entrenar pero yo creo que como dijo la deportista olímpica (Delfina Pignatiello) a nosotros nos pasa lo mismo. Hace 80 días que no me tiro en el pasto, es muy doloroso para mí. No solamente eso, porque tengo la posibiidad de tener una cinta en mi casa y correr, pero es un trabajo totalmente distinto el mío. Lo estoy sufriendo mucho. Necesito un espacio verde. Tanto Central como Newell’s tienen infraestructura para hacer una mini pretemporada. No sé si no se puede hacer porque no conviene, no sé si realmente no se quiere por el tema de la pandemia. Hay muchos países como Brasil que lamentablemente tienen muchos casos y de todos modos empezaron a entrenar porque entienden que un jugador profesional y un atleta de alto rendimiento no pueden estar parados 80 dí-as, es muy grave. En las vacaciones largas tenemos 25 días, de los cuales te recomiendan descansar siete, en los que relajás la cabeza, sacás tensiones y dolores. Ya los otros días te estás moviendo, jugando al fútbol con amigos, entrenando en un gimnasio o saliendo a correr. Hace 80 días que no lo podemos hacer. Necesitamos volver a entrenar urgente, también es salud, no sólo salud física sino mental para nosotros.
—¿Y de qué depende la vuelta a las prácticas?
—No lo sé. A mi gusto se politizó todo y ahí es donde arrancan los problemas. Tenemos que iniciar un movimiento para poder volver a jugar, a entrenar, a tomar una decisión con los contratos que se terminan el 30 de junio para poder ayudar a esos chicos. Con la vuelta del fútbol, el empleado va a generar ingresos para llevar plata a su casa. No sólo somos los 1000 jugadores profesionales de la elite del fútbol argentino, hay un montón de chicos en el ascenso que nos estamos olvidando y los empleados del club que son lo principal. Central tiene 500 empleados, Newell’s otros 500. Si no arrancamos, ellos también lo sienten y muchísimo más que nosotros porque son sueldos menores, con familias, chicos, con cualquier tipo de compromiso que tengan. El fútbol les da de comer a muchísimas personas fuera de los jugadores, nos estamos olvidando de ellos y es muy importante volver a generar para que ellos también puedan generar.