En una sucursal de la cadena de supermercados Coto se confirmaron 10 casos positivos de coronavirus. Y se vivió un verdadero escándalo cuando los inspectores llegaron al lugar para disponer el cierre de la sucursal ubicada en el partido bonaerense de Lanús. El jefe de operaciones del Coto, Eduardo Bufalo, se resistió a los gritos a la clausura (al menos momentánea) del supermercado pese a la presencia de los inspectores municipales en el lugar.
En un video que se viralizó en redes sociales, se ve a Bufalo a los gritos mientras los inspectores proceden a cerrar el supermercado. “Listo. ¡Hoy voy en cana! ¡Hoy voy en cana, Tito! ¡Hoy voy en cana! Esto termina mal. ¡No van a cerrar la sucursal, Tito! ¡No la vas a cerrar, como que me llamo Búfalo!”, grita el hombre mientras habla por teléfono.
Los trabajadores denuncian que la patronal de Alfredo Coto otra vez está obligando a sus trabajadores a continuar con las actividades con total normalidad.
Los trabajadores que se realizaron el hisopado denuncian el abandono ya que están en los centros de salud desde el pasado viernes a las 19 y nadie de la empresa se acercó a ver si están bien, si tienen para comer o si están con síntomas. No reciben respuestas de ningún lado y denuncian esta situación en las redes sociales. Se difundió que el municipio quiere clausurar el Coto pero la patronal insiste con seguir normalmente.
https://www.youtube.com/watch?v=kWKfatVqfo0&feature=youtu.be
Los lugares de trabajo empezando por los supermercados pero también en las fábricas como Shell, Coca Cola, las empresas de alimentación y muchas más se están convirtiendo de a poco en focos de contagio por la desidia de las patronales que no cumplen con las reglamentaciones y medidas de higiene necesarias. Por eso los trabajadores están organizándose en Comisiones de Higiene y Seguridad para enfrentar estas situaciones.
https://twitter.com/faculazaro08/status/1274718641184026624?s=20
Yo te conozco
Eduardo Bufalo, gerente de operaciones de la firma COTO, es el hombre que impidió el cierre del hipermercado pese a los inspectores que así se lo exigían.
“Listo. ¡Hoy voy en cana! ¡Hoy voy en cana, Tito! ¡Hoy voy en cana! Esto termina mal. ¡No van a cerrar la sucursal, Tito!” “¡No la vas a cerrar, como que me llamo Bufalo!”, grita en tono destemplado. Pese a que hay 10 trabajadores contagiados y otros 48 en aislamiento, la cifra resulta insuficiente para que el señor Bufalo acceda a cerrar el hipermercado.
Agente municipal: “Trate de no gritarme, señor”.
Bufalo: “No la cerrás porque estás cometiendo un grave error”.
Agente: “¿Y el respeto del que habló?”
Bufalo: “Olvidate del respeto. Se terminó porque vos no me respetás”.
Según los colegas de Gestión Sindical, un delegado sindical de una de las sucursales de Capital Federal informó que el señor Bufalo, “es el encargado de coordinar las patotas que envía Alfredo Coto para amenazar a los trabajadores que hacen reclamos”.
En 2017 se halló un arsenal de armas de guerra hallado en 2017 en una sucursal de Coto ubicada en la calle Paysandú, en el barrio de La Paternal. Por esa causa, Alfredo Coto y su hijo Germán fueron acusados de tenencia ilegítima de explosivos y otras armas que estaban en dicho supermercado “sin la debida autorización legal o sin que medien razones que justifiquen dicha tenencia”. Padre e hijo Coto fueron procesados y embargados en 2018 por la suma de tres millones de pesos.
Cuando lo indagaron, Coto le adjudicó la responsabilidad a su Gerente de Operaciones, Eduardo Bufalo. Sí, el mismo. Bufalo fue citado como testigo, aunque nunca fue imputado. Coto señaló en su defensa que el arsenal hallado era para prevenir eventuales saqueos a sus supermercados, que no se produjeron jamás.
Según el expediente, se encontraron 227 granadas, 41 proyectiles de gases MM RIOT CS SMOCK, 29 armas -27 de fuego y dos de lanzamiento- 3.886 municiones, un revólver doble acción calibre 38 a nombre de Alfredo Coto, una ametralladora UZI 9 milímetros a nombre de su hijo (Germán Coto), 14 chalecos antibala, 22 cascos tácticos de la Guardia de Infantería de la Policía Federal sin número visible, un silenciador y nueve escudos antitumultos.
Uno de los peores episodios de Coto, ocurrio en agosto de 2019, cuando un jubilado fue asesinado a patadaspor custodios de una sucursal del supermercado ubicada en Brasil y Perú, en el barrio porteño de San Telmo,por intentar robarse un aceite, una mermelada, un queso, un aceite y un chocolate ( que aproximadamente equivale a $400).
«Salió del supermercado, lo persiguieron los de seguridad y lo patearon reiteradas veces», contó un testigo que estaba en el lugar y aclaró que nadie se involucró para frenarlos. Producto de los golpes, el hombre sufrió un paro cardíaco y murió más tarde en el hospital. El hecho sucedió en una sucursal de la cadena Coto en San Telmo.