El concejal Jorge Boasso presentó un proyecto para crear el programa intergeneracional Rosario: una ciudad para todos.
Según “el creciente interés de la comunidad nacional e internacional sobre el desarrollo de programas destinados a las personas de edad en conjunto con jóel concejal que tiene como fin la integración de distintas generaciones en un mismo ámbito social, basado en un proyecto puesto en marcha hace unas décadas en los Estados Unidos.
El concejal explicó en su comunicado que “la programación intergeneracional comprende todas aquellas actividades o programas que aumentan la cooperación, la interacción y el intercambio entre personas de distintas generaciones”. Por ende, “a través de estos programas, individuos pertenecientes a generaciones distintas comparten sus capacidades y recursos y se apoyan mutuamente a través de relaciones que benefician tanto al propio individuo como a la comunidad en general”.
En diálogo con El Ciudadano, Isolina Dabove, directora del Centro de Investigaciones del Derecho de la Ancianidad, señaló que el proyecto presentado por el edil “es una iniciativa muy interesante y plausible”, siempre que se trabaje con inteligencia.
La directora comentó que es válida toda oportunidad de fomentar la relación entre generaciones mientras haya un enriquecimiento de ambas partes. “Es sabido que a los ancianos les interesa estar con los jóvenes porque se sienten activos, aprenden cuestiones del día a día de esta época y muchas veces se asombran con los cambios sociales a los que no estaban acostumbrados” y al mismo tiempo aclaró: “Hay que trabajar con los jóvenes para que deseen estar junto a los ancianos”.
A su vez, la responsable de los adultos mayores en la casa de estudios de Moreno y Córdoba tomó como propias las declaraciones de las Naciones Unidas: “Debemos estar a favor de construir una sociedad para todas las edades”.
Por su parte, Boasso explicó que “estos programas intergeneracionales se crearon en Estados Unidos hace ya unos cuarenta años y permiten que las personas mejoren su memoria, las capacidades cognitivas y que aumenten sus oportunidades de aprender”, y remarcó: “En el caso de las personas mayores, a nivel emocional, su asistencia en estos programas permite obtener cambios positivos en su humor, aumento de su autoestima y motivación, una reducción de síntomas depresivos y un fortalecimiento frente a la adversidad”.
Sobre el proyecto
El programa llevará el nombre de Rosario: una ciudad para todos y tendrá como objetivo fundamental el intercambio entre individuos de las distintas generaciones que componen la sociedad local. Asimismo, se establecerá, a través de la Dirección de Gerontología de la Secretaría de Promoción Social, el desarrollo de un cronograma de actividades mensuales que involucren la participación de adultos mayores, jóvenes y niños con el propósito de proporcionar compañía, favorecer la satisfacción del contacto, crear oportunidades de aprendizaje a todas las edades, generar autoestima y sentido de utilidad entre los participantes, vencer prejuicios y estereotipos sobre l os grupos de edad, aprovechar el capital humano de todas las generaciones, proporcionar apoyo y beneficio mutuos a todas las generaciones que participen y fomentar el intercambio de conocimientos, experiencias y servicios entre personas de distintas edades.
A lo largo de las actividades que se plantearán si se aprueba la idea del concejal del radicalismo, se trabajará con problemáticas como la atención a emigrantes, la recuperación del patrimonio, la prevención de los accidentes de tráfico, los cuidados mutuos –entre niños, jóvenes y adultos mayores–, la transmisión de la historia y la tradición, el aislamiento de los mayores y la necesidad de alojamiento de los jóvenes, como así también el aprendizaje de nuevas tecnologías.
En tanto, los ejes primordiales de trabajo serán los niveles emocionales de los adultos mayores y su participación en este programa, lo cual provocará cambios positivos en su humor, aumento de su ánimo, de su autoestima y motivación, de su aprecio personal y de su sensación de ser necesitados, una reducción de síntomas depresivos y un fortalecimiento frente a la adversidad.
El edil también comentó que se establecerán convenios con distintas organizaciones no gubernamentales e instituciones especializadas en gerontología y geriatría, a fin de desarrollar actividades en forma conjunta dentro del marco del programa.
Sobre la última etapa de la vida del ser humano, Isolina Dabove apuntó que “la asunción de la vejez implica aceptar la edad, el paso del tiempo como algo normal y no como una cuestión patológica e implica que el estado se haga cargo de generar espacios y situaciones donde las personas de la tercera edad puedan interactuar con la familia propia y la social”.
La longevidad en el mundo
Dabove destacó el fenómeno del envejecimiento poblacional masivo en el mundo, el cual marca una esperanza mayor de vida y provocó el movimiento en las acciones políticas y sociales de los gobiernos nacionales y locales. “En Argentina –apuntó–, la presencia de la Dirección Nacional de Política para Adultos Mayores (Dinapam), permitió instalar manera seria la problemática de la ancianidad como problemática de estado y desde allí se trabaja en la capacitación de profesionales en gerontología y en la difusión de los derechos de personas de la tercera edad. Además se trabaja por la ayuda política para cuidarlos a domicilio y en cuidar las relaciones entre las generaciones”.
De la mano de Mónica Roqué, la Dinapam logró un puesto firme en las Naciones Unidas en la convención internacional para las personas de edad. “Hoy está mal visto el término ‘adultos mayores’. Por eso desde las Naciones Unidas hablan de ‘personas de edad aclaró’ Dabove. En tanto, manifestó que las charlas y los debates se están llevando a cabo desde hace 4 años y se espera un lapso similar para lograr el documento del consenso.