Miles de personas celebran en todo el mundo el centenario del nacimiento de la beata católica Teresa de Calcuta, reconocida figura a nivel popular y una de las misioneras más carismáticas de la Iglesia Católica.
El centro de las celebraciones fue la capital del estado indio de Bengala, Calcuta, la ciudad en la que la fundadora de las Misioneras de la Caridad inició su labor asistencial de décadas en pro de los más desfavorecidos.
La sede allí de las Misioneras realizó por la mañana una misa especial en recuerdo de la monja ante unos 1.000 fieles, oficiada por el arzobispo de Calcuta, Lucas Sirkar, y acompañado por el cardenal Telesphore Placidus y su archidiócesis en pleno.
En ella estaban presentes además sacerdotes, peregrinos, cooperantes y voluntarios procedentes de distintas ciudades españolas y latinoamericanas, dijo el responsable de voluntarios de habla hispana de la congregación, Antonio Mesas.
La misa marca el inicio de numerosos actos, como un festival de cine, una exposición y otros actos culturales, que tendrán lugar durante los próximos días para honrar la memoria de la monja tanto en la capital bengalí como en otros lugares del mundo.
Es el caso de la céntrica plaza de Times Square en Nueva York o del ‘puente de la paz’ sobre el río Niágara en Estados Unidos, que teñirán su iluminación de azul y blanco, los colores tradicionales de la orden de las Misioneras de la Caridad.
Inés Gonxha Bojaxhiu, nacida en Skopje el 26 de agosto de 1910, recibió el Nobel de la Paz en 1979 y fue beatificada en 2003 por las autoridades de la Iglesia Católica. Durante medio siglo llevó a cabo una labor asistencial en Calcuta con las Misioneras de la Caridad, la orden que fundó tras una experiencia mística.
Lo que empezó como una congregación que ayudaba a los más desfavorecidos de la depauperada Calcuta es hoy una red que cuenta actualmente con unas 4.500 religiosas en unos 130 países, donde tienen 710 casas dedicadas a asistir a los pobres y enfermos.
Teresa de Calcuta falleció el 5 de septiembre de 1997 a la edad de 87 años en su habitación de la sede de las Misioneras, que mantienen su legado en la India, donde la misionera es aún muy popular, por encima de las creencias religiosas.
Al recuerdo de la monja se había sumado hace meses el máximo jerarca de la iglesia Católica, Benedicto XVI, quien calificó a Teresa de Calcuta como un modelo «ejemplar de virtud cristiana» y se refirió a su obra en vida como un «inestimable regalo».
En la India sólo un 2,3 por ciento de la población profesa el cristianismo y algunos misioneros fueron acusados en el pasado de proselitismo, aunque la figura de la religiosa concita la admiración del pueblo gracias a su dedicación por los pobres.