Ramos nació en Avellaneda en 1966 e imaginó que sus diarios serían una revista para sus lectores llamada Pablo Ramos, nunca imaginó que terminarían siendo este libro publicado por la editorial Hormigas Negras. Los textos fueron encontrados por él mientras arreglaba su casa y se los fue pasando a la editora Andrea Álvarez Mujica quien armó el libro y escribió el prólogo.
El novelista y cuentista recibió, entre otros, el Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2003, y en 2004 el Primer Premio en el concurso Casa de las Américas.
«Te cuento cuáles son mis purgas», dijo Ramos al ser consultado sobre la posibilidad de difinir a su nuevo libro como una «purga de el corazón», y explicó: «Cuando agradecí en la entrega de los premios Martín Fierro del 2015 a Cristina Fernández tenía un contrato con Canal Encuentro que me lo dieron de baja de inmediato. No me importó. Dije lo que pensaba y lo que sentía frente al «enemigo». Eso por un lado: mi militancia (soy ahijado de Saúl Ubaldini), ahora me identifico con Jorge Ferraresi, que es de vanguardia y quien en Avellaneda sostuvo, solo como un perro, la fe («la fe es la capacidad de soportar la duda», decía Søren Kierkegaard). Y por otro lado (hablando de fe) se suma mi confesión y mi comunión. Soy católico practicante. Mi corazón se purga en un confesionario y en la militancia».Respecto de la decisión de incorporar poemas infantiles en el libro contó: «A los 49 años tuve una hija. Me estaba separando de mi novia y me llama desde España y me cuenta que estaba embarazada. Yo le dije «lo quiero tener». Yo creo en una ley de aborto, pero no creo en el aborto en mi vida personal: los tres embarazos de mi vida son mis tres hijos. Antonia tiene seis años ahora. Cuando ella empezó a leer le escribí treinta y cinco poemas que van a salir en un libro en marzo. Acá quise poner algunos porque ella cree que todos los libros del mundo los escribí yo, entonces ya que tiene conciencia de lo que hace su papá los agregué. Esa fue la intención personal. Y, además, explicar lo que es el peronismo en versos para niños. Y nunca sentí que desentonaba».
«Puse mucho en este libro, porque es muy caro comprar un libro y el que compra este libro es porque le gusta mucho Pablo Ramos. Entonces yo le doy más de mí. Los escritores que se hacen los artistas y publican una novela de cincuenta páginas los condenaría diez días a trabajo forzado, porque cincuenta páginas son un cuento, que junten cinco de esos y hagan un libro que vale mucha plata, que no se haga tanto el artista», lanzó.
El libro incluye «Poemas Farmacológicos» que «tienen la importancia de decir que el medicamento también es falopa y que los «doctores» son dealers», dijo y continúo: «Yo detesto esta idea de los paraísos artificiales, para mí son «infiernos artificiales». El disfrute de la falopa me duró menos de un año y son décadas de padecerla. Encima las drogas legales que me daban para sacarme de la cocaína eran peores. Hay mucha hipocresía. La droga es un paraíso para un burgués y ahí lo tenés a André Breton y a Charles Baudelaire. Es más, el libro Las flores del mal nació viejo, en esas páginas no hay ni maldad ni paraíso, hay burguesía y nada más. La verdad es esta: yo puedo drogarme total me puedo levantar dentro de dos días (si te retraso la nota no me vas a putear) pero si mi hermano se levanta dos días más tarde se queda sin laburo. Yo no me puedo olvidar de eso: yo soy un escritor de la clase trabajadora, un escritor que trae una estética del proletariado. Una estética que no tiene nada que envidiarle a la estética de la burguesía. Me siento como nadie el escritor de los trabajadores, de mi clase social (que no es la villa ni la burguesía) es la del trabajador que cree en un Estado de Bienestar y que en septiembre está rezando que llegue diciembre para cobrar el aguinaldo e irse de vacaciones a un hotel del sindicato».