«Hablá con Martín Mura por préstamo a Sergio Nardelli, de la empresa Vicentin, por 10 palos. Que no lo lleven al directorio ni a la Sigen porque la van a complicar. Que lo resuelvan por afuera”. Es el texto dividido en tres mensajes de WhatsApp que recibió el 22 de noviembre pasado Darío Nieto, entonces secretario privado de Mauricio Macri en el tramo final de su mandato y con su sucesor consagrado en las elecciones del mes previo.
La comunicación electrónica que pone bajo la lupa los millonarios préstamos del Banco Nación al conglomerado agroexportador con sede legal en la ciudad santafesina de Avellaneda es parte de las pruebas reunidas en una de las causas por espionaje ilegal durante la gestión Cambiemos. La lleva adelante el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé.
Lo que se difundió es algunos de los intercambios rescatados en los peritajes del celular confiscado en junio pasado a Nieto. El ex secretario de Macri se encerró en su auto con el teléfono cuando allanaron su casa por orden del entonces magistrado del expediente, Federico Villena. Los investigadores sospechan que lo hizo para borrar mensajes, y circulan fotos de él manipulando dos chips. La recuperación de los textos estuvo a cargo de personal especializado de Gendarmería y Policía Federal. Los informes de las dos fuerzas al respecto, no obstante, no tienen una coincidencia absoluta.
Martín Mura, mencionado en los mensajes a Nieto del 22 de noviembre pasado como la persona que debía contactar para eludir posibles objeciones a los préstamos por parte de la Sindicatura General de la Nación y el directorio del Banco Nación, es el actual ministro de Hacienda y Finanzas de la ciudad de Buenos Aires.
La especulación es que Mura intercediera para que sea el Banco Ciudad el que le diera los «10 palos» a Nardelli ante el desquicio ya evidente de los préstamos del Nación, que había cedido a Vicentin el 20 por ciento de su cartera crediticia contra cualquier criterio de razonabilidad y las propias normas de la entidad.
Finalmente, el gobierno porteño, también entonces a cargo del reelecto Horacio Rodríguez Larreta, se negó al pedido del secretario de Macri. Fue el Nación quien siguió con el auxilio a la caja sin fondo de la empresa con sede en Santa Fe.
Una caja de Pandora
Los whatsapp filtrados de la causa y difundidos en la noche de este martes por el periodista Gustavo Sylvestre durante su programa Minuto Uno del canal C5N remiten a varias investigaciones. Dos por espionaje ilegal: la que motivó la pesquisa y la que tiene al falso abogado y ex agente semiorgánico de la AFI Marcelo D’Alessio como figura central en el juzgado federal de Dolores. La otra a la que podría sumar elementos, por el contenido de los mensajes, es la que indaga la controvertida línea de préstamos del Banco Nación a Vicentin después de que el conglomerado había incumplido con sus obligaciones financieras, sobre el final de la era Cambiemos y cuando ya las urnas habían clausurado las intenciones de continuidad de Macri en la Casa Rosada.
La deuda total con el Banco Nación acumulada por la exportadora de granos, harinas y aceites Vicentin –diversificada en otros varios negocios– al momento de la convocatoria de acreedores, en febrero pasado, asciende a 18.182,3 millones de pesos. Casi la tercera parte de esos créditos impagos, por 5785,4 millones, le fueron otorgados en noviembre de 2019. En ese momento, la empresa estaba en cesación de pagos y había adelantado que dejaría el tendal de deudores. También había recurrido a la extraña categoría de «estrés financiero» para autodefinir su situación pese a las voluminosas facturaciones que había acumulado durante la administración macrista. Durante ese lapso, de acuerdo a datos oficiales, el conjunto de las compañías de mayor facturación registraron una expansión de ventas anual promedio del 51,36%. Vicentín las superó con creces: escaló sus operaciones comerciales en un 83,87%.
El legajo del Banco Nación que figura en el expediente de la convocatoria de acreedores de Vicentin detalla 26 autorizaciones de crédito que la entidad financiera estatal, bajo la presidencia de Javier González Fraga, le otorgó a Vicentin entre el 8 y el 26 de noviembre de 2019. Fueron en concepto de prefinanciación de exportaciones por unos 95,5 millones de dólares al cambio del momento. Una semana después del último de esos retiros, la firma se presentó en convocatoria de acreedores.
Nieto es la fuente de las nuevas revelaciones sobre Vicentín, pero su celular fue secuestrado en el marco de la causa por espionaje que tramita el juez federal de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé y que inició su par desplazado Villena. El voluminoso expediente compromete a varios ex integrantes de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) y otras dependencias durante el anterior mandato presidencial.
El ex secretario privado de Macri tiene 35 años y es politólogo recibido en la UBA, en cuya facultad de Ciencias Sociales militó por el PRO tempranamente. Fue coordinador de campaña de Gabriela Michetti como candidata a vicepresidenta para las elecciones de 2015. Ya entonces formaba parte del equipo del ex jefe de Gabinete Marcos Peña. Siguió en 2011 como asesor parlamentario del ex diputado porteño Francisco Quintana, también del entorno político de Peña. También intervino en las carreras proselitistas de Carlos Javier Mac Allister, postulado a gobernador de La Pampa, y de Oscar Aguad, en Córdoba. Tras esos escalones, consiguió finalmente un lugar en las oficinas de Cambiemos de calle Balcarce, a 400 metros de la casa de Gobierno. Finalmente, ganó la confianza de Macri y un despacho en Casa Rosada.
Además de estar señalado como receptor, por vía de la ex coordinadora de Documentación Presidencial Susana Martinengo, de informes de inteligencia ilegales sobre propios y extraños a su espacio político, ahora queda ligado al entuerto con la corporación nacida en el norte santafesino de un pequeño almacén de ramos generales fundado en 1929.
El fiscal Gerardo Pollicita imputó por «otorgamiento irregular de créditos» al ex presidente del Nación González Fraga y a los directivos de Vicentin Alberto Padoán y Gustavo Nardelli. Este último, mencionado en el mensaje a Nieto como receptor de «10 palos» por fuera de los controles y auditorías públicas de rigor.
Toma y daca
El Grupo Vicentin, a través de tres de sus empresas, fue el principal aportante de la campaña presidencial de Juntos por el Cambio en 2019. Cada firma aportó 4,5 millones de pesos (un total de 13,5 millones) para las Paso. Y en octubre, agregó otros 5,5 millones por vía del frigorífico Friar para las elecciones generales, según datos de la Comisión Nacional Electoral.
El actual director del Nación Claudio Lozano, autor de un documentado informe de la entidad financiera sobre los créditos a Vicentin, sostiene que esos montos fueron autorizados por la línea gerencial del banco, no por el directorio que debía dar el visto bueno. En el entorno de González Fraga dejaron trascender, en un intento de alejar responsabilidades, que recibían llamados de Casa Rosada para facilitar los créditos cuando Nardelli, Padoán o alguno de sus emisarios iban a quejarse al despacho presidencial por las negativas fundadas en sus incumplimientos previos.