“Yo sé, y me consta, que hay muchachos que están haciendo empanadas con la familia para pasar todos estos meses”. Así graficó el titular de la Unión Tranviarios Automotor de Rosario la situación de los choferes, entre los que otra vez está creciendo la bronca. La cuestión que, por la firma del último acuerdo de “paz social”, que dejó atrás la segunda de las dos huelgas más largas de la historia del gremio local, este viernes los trabajadores deben tener depositado en sus cuentas el 50% del salario de julio y el 50% del primer medio aguinaldo de 2020. Y el próximo lunes 24, en menos de dos semanas, la otra mitad del sueldo. Pero los indicios, por ahora no las certezas, es que no se va alcanzar esa cota, y si así ocurre, el acuerdo se cae por incumplimiento. “Todavía están a tiempo”, se anima el dirigente sindical al anticipar a El Ciudadano que este viernes habrá una nueva reunión de delegados para evaluar la situación.
“Estamos a mitad de mes. A esta altura, en mayo, ya teníamos el 50. En junio, más o menos también. Los muchachos tienen que pagar alquiler, tarjeta, no pueden estar sin peso”, insistió el jefe de la UTA Rosario.
Copello recordó que, como parte del acuerdo, el gremio aceptó posponer el cobro del “cuarto día hábil” del mes “hasta mañana”, que es este viernes. Pero advirtió que no están llegando los fondos nacionales, claves para desactivar las medidas de fuerza que mantuvo el gremio en prácticamente todo el país, menos en el área de metropolitana de Buenos Aires, donde va a parar la mayor parte del flujo –el intendente Pablo Javkin marcó que 9 de cada 10 pesos– y donde los trabajadores siempre estuvieron al día. El reparto inequitativo vació las cajas por la merma de pasajeros en el marco de la cuarentena por la pandemia de coronavirus. Y el atraso salarial que le siguió disparó las medidas de fuerza del sector, aclarando siempre que no era un “paro” sino un “corte de crédito laboral”, ya que no se estaba cancelando el pago de los servicios ya prestados.
Copello refirió, como ejemplo, que en Paraná, la capital entrerriana, todavía no se retomaron servicios: “Llevan como 40 días de medida de fuerza. Ya perdí la cuenta”, refirió a este diario. Y diferenció el acuerdo local, venturoso, si se cumple. “Por ejemplo, en ningún lugar del país los choferes están aislados como acá. Aunque sea con un nailon, aunque esté todo precario, sirve”, celebró. Y tal parece que la práctica de que los pasajeros asciendan por la puerta de atrás, también es de marca propia.
De hecho, en la UTA local sólo dos trabajadores se contagiaron de coronavirus: uno en una reunión familiar, otro por contacto directo; ninguno en su puesto de trabajo.
Con todo, la cuestión clave sigue siendo la salarial, ya que –reconoce el dirigente– en el marco de pandemia todo el sistema dejó de ser sustentable, cuando ya no lo era antes sin subsidios. Una ley para corregir el desbarajuste está siendo tratada en el Congreso, y con media sanción pasó al Senado. Pero mientras tanto, asoma una nueva medida de fuerza de choferes.