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Lxs humanxs en la pandemia no responden a modelos matemáticos

Es necesario repensar cómo lxs humanos se comportan ya que el virus no es un ser vivo, sino que precisa organismos vivos para hospedarse y reproducirse. Por este motivo es necesario estructurar la nueva normalidad con nuevas prácticas sociales para no ser fuente de multiplicación de los contagios

Jorge Kohen**

Dice Naoemi Klein “los humanos somos un riesgo biológico (psicológico), las máquinas no lo son”.

Lxs humanxs no responden a modelos matemáticos, su comportamiento está condicionado por un conjunto complejo de determinantes sociales, culturales, económicos, políticos, éticos, religiosos y se movilizan en función de su deseo y afectividad, confrontados con sus necesidades y posibilidades, su nivel de conciencia social y participación en las organizaciones donde se referencian.

Es necesario poner el foco en repensar el modo en que lxs humanos nos comportamos ya que el virus no es un ser vivo, sino que precisa organismos vivos para hospedarse y reproducirse.

Somos los humanxs quienes albergamos al virus y de esta manera le proporcionamos el medio para que se reproduzca, afecte la salud del portador y éste sea el vehículo de los contagios.

Por este motivo es necesario estructurar la nueva normalidad con nuevas prácticas en relación a nuestros lazos y relaciones sociales para no ser fuente de multiplicación de los contagios y prolongación de la pandemia.

Desde que en Santa Fe se pasó del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio a la Fase de Distanciamiento Social y Responsabilidad Comunitaria y después a la etapa actual de apelación a la responsabilidad individual, asistimos a un crecimiento exponencial de los casos de covid-19.

Un seguimiento detallado de los contagios muestra que del 1º de mayo al 2 de julio sólo hubo 32 casos en Rosario y 197 en la provincia de Santa Fe.

Clara circulación comunitaria del virus

Una serie de  factores se conjugaron en el incremento de los contagios en nuestra región desde finales de junio hasta inicios de agosto, donde se realizaron las  movilizaciones del 20 de junio, del 9 de julio y se autorizó la apertura de la circulación entre AMBA y las provincias limítrofes, sumando la apertura apresurada de casi todas las actividades en la provincia.

Esto facilitó el contagio, ya que en Rosario en su reporte del 1º de julio mostraba 130 personas positivas. Al mes su reporte era 591 positivas y en la provincia de Santa Fe se pasó de 441 a 1294 respectivamente.

Durante lo que va de agosto la infestación está en un crecimiento descontrolado como lo muestran los siguientes datos estadísticos:

En Rosario: 1º de agosto 591 infectados; 13 de agosto 1260 infectados y el 23 de agosto 2217 infectados.

En la provincia de Santa Fe ocurre algo similar: 1º de agosto 1294 casos, 13 de agosto 2596 infectados y el 23 de agosto 4822 infectados.

Estamos en una situación crítica que requiere urgentes medidas y no es suficiente apelar a la responsabilidad individual. Existe una clara circulación comunitaria del virus. Son altamente preocupantes los contagios como la mortalidad, siendo el grupo etario mayor de 65 años el más afectado.

El 22 de abril el 37% de los casos eran contactos estrechos, el 34% casos importados y sólo 4,1% correspondían a circulación comunitaria. El 20 de agosto  se invirtió el origen de los contagios, 33,3% circulación comunitaria y 29,2% contacto estrecho, siendo sólo 3,7% casos importados. En Rosario la epidemia se expandió del centro a los barrios.

Al analizar la distribución de la infección del coronavirus por edad, vemos que las personas de ambos sexos en edad productivas (30-44 años) son quienes tienen mayor incidencia, les siguen los que van entre los 15 a 29 años, siendo el grupo de riesgo de mayores de 60 años un porcentaje notoriamente menor a los dos grupos antes mencionados.

El 60,4% de los infectados fueron atendidos en el sector público constituyendo un dato importante del sector social más afectado.

Distinguimos tres grupos muy claros entre los infectados:

Los Trabajadores son quienes más se infectan, fundamentalmente los trabajadores de tareas consideradas esenciales y entre ellos hay que prestarle atención al alto nivel de contagio entre los trabajadores del sector salud.

  • El segundo grupo son los habitantes de los barrios más carenciados y de menores recursos económicos, como lo demuestra el efector en el que se han atendido y las personas que tienen cormobilidad.
  • Un tercer grupo el de los Irresponsables, Insensibles, que no respetan ni respetarán absolutamente ninguna norma de prevención y continuarán siendo fuente de contagio, a pesar que se reiteren por todos los medios el llamado a cumplir con el uso del barbijo, el distanciamiento social y que se laven las manos.

El lado no biológico de la epidemia

La pandemia cabalga sobre una crisis económico-social que la precede, generada por los modelos neoliberales, que originaron niveles de desigualdad social inadmisibles, a la vez que la riqueza se concentró en cada vez menos grupos financieros económicos más enriquecidos.

Lo cual hace que se padezca de manera diferenciada los efectos de la pandemia de acuerdo al grupo social de pertenencia.

Otro elemento que acompaña a la propagación es la Infodemia, continuidad de la posverdad, que a través de medios de comunicación, redes sociales y fake news instalan la inutilidad de la cuarentena, la idea de priorizar la economía y la falsa sensación de que se coartan las libertades.

La Infodemia genera temor, desconcierto, malestar, sufrimiento, parálisis, altera y desequilibra la necesaria salud mental para poder afrontar las medidas de prevención y cuidado individuales, familiares y colectivos. Es el lado no biológico de la epidemia mundial.

Declaraciones de funcionarios y ex funcionarios como: “Se trata de convivir con el virus, saber que la gente se va a infectar, y en ese contexto achicar todo lo posible el aumento de casos; que cada persona tome las medidas de prevención distanciamiento, barbijo; quedarse en el hogar si es posible, no juntarse con otros, avisar rápidamente cuando se tiene síntoma o es contacto estrecho”, carecen de total eficacia, descargan la responsabilidad en las personas y eximen a las autoridades de asumir las medidas que la situación sanitaria impone.

Si se continúa sólo esperando que las personas se cuiden y el Estado no asume la responsabilidad de restringir la circulación de personas y actividades, el sistema de salud publica colapsará, dado que hoy el 63% camas UTI y el 85% comunes de las camas están ocupadas y luego seguirá el mismo camino el sector privado, que tiene el 47% y el 55%  de sus camas ocupadas.

Se sumará al tema de las camas y los respiradores la situación crítica del personal de salud y asistentes sociales entre los infectados, aislados por ser contactos estrechos, la fatiga física y mental, la saturación de horas trabajadas y los puestos de trabajo que no se pueden cubrir por los bajos salarios y las condiciones de precariedad. La población corre el riesgo de quedarse sin quienes los atienda.

El descuido colectivo mayoritario al que estamos asistiendo en este momento crítico de la pandemia se evidencia en el incremento de la circulación de personas, en la relajación de los cuidados colectivos, en el no reconocimiento de los días de aislamiento que trabajadores y empleados tienen que hacer al ser contactos estrechos de contagiados, en las altas anticipadas de los infectados y a eso se suma que los protocolos se transformaron en lo que su etimología significa: una ordenada serie de escrituras, matrices y otros documentos que un notario o un escribano autoriza y custodia con ciertas formalidades.

 Los protocolos actúan como tranquilizadores de una apertura de la economía y la vida que trata de minimizar la incertidumbre que todos tenemos de cuándo todo esto va a terminar.

Los “protocolos estrictos” con que se justifica la apertura de las actividades económicas, no garantizan seguridad ni salud para los trabajadores y la población, como lo venimos registrando.

Sin la participación activa de los trabajadores, sin el funcionamiento de los Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el trabajo, sin la participación de las organizaciones comunitarias y barriales en los Comités de Crisis, los protocolos son letra muerta de escasa efectividad.

 El 15 de agosto el  gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin, coincidieron en afirmar que si continúa el actual nivel de crecimiento de casos de coronavirus en la principal ciudad de la provincia el único recurso es volver atrás”, con algunas actividades.

Es hora de hacerlo, la demora puede ser muy dolorosa para el conjunto de los rosarinos y santafesinos. Tenemos en el horizonte próximo las vacunas que nos aproximarán al momento tan esperado de la pos-pandemia.

Es necesario que el Estado tome las medidas.

**Docente Investigador / Consejo Investigaciones UNR

 

 

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