Por: Agustín Aranda
La rotura de un caño de gas en una fábrica de laminados en el barrio Las Delicias generó alarma entre los vecinos y complicó la continuidad de la empresa. Desde la firma responsabilizaron a cirujas y chatarreros de la zona que habrían intentado robarse la llave de paso de la tubería, lo que ocasionó el quiebre que produjo finalmente el escape de gas. Según indicaron los propietarios de la empresa, la fábrica estará entre 35 y 40 días sin servicio, lo que la llevaría directamente “a la quiebra”. Además aseguraron que ya le habían advertido a Litoral Gas y al municipio el riesgo que significaba que esa boca estuviera al alcance de manos ajenas.
Un intenso olor a gas, inodoro por naturaleza y reconocible debido a la inyección de mercaptanos como odorizantes por razones de seguridad, cubrió en la mañana de ayer las calles aledañas al pasaje Suárez al 5700, ubicado a la misma altura de Moreno, a metros de la plaza Yugoslavia. Es que cerca de las 10 se produjo un ruido similar al de una explosión en la fábrica Laminación Litoral Sociedad Colectiva que conmovió a todo el barrio y a los 15 operarios que trabajaban en el galpón y debieron salir de inmediato a la calle.
Minutos después, personal de la seccional 21ª, bomberos, ambulancias del Servicio Integral de Emergencias Sanitarias (Sies) y personal de Litoral Gas arribaron al lugar para constatar que el estruendo se había originado por la pérdida en un caño que suministra gas a la empresa. Esa boca está ubicada en una casilla que se encuentra pegada al edificio de la fábrica.
Luego de casi una hora y media, los ingenieros y operarios de Litoral Gas lograron cerrar el paso del fluido. A raíz del incidente, cuatro operarios debieron ser atendidos en el lugar por personal de salud por el malestar que les produjo haber inhalado gas.
Cristina Bondioni, una de las propietarias de Laminación Litoral, aseguró en diálogo con El Ciudadano que desde hace tiempo vienen realizando distintas denuncias porque comprobaron que en varias ocasiones intentaron ingresar a la fábrica por el conducto de gas que ayer registró la pérdida.
“En el último intento, el sábado pasado, quisieron robar la instalación de gas de la casilla. Evidentemente la llave habrá quedado con una pérdida y ocasionó este desastre. El mismo operario de Litoral Gas me dijo que habían forcejado la llave de paso”, indicó la mujer, quien dijo que hace dos años la empresa empezó a denunciar esta situación.
“A la vuelta hay un chatarrero y nuestra empresa está en un pasaje donde no hay casas sino contrafrentes de talleres. Es un lugar ideal para los basurales que arman. Hasta han hecho fuego sobre la puerta de la cabina del gas”, añadió Bondioni.
La dueña de Laminados Litoral explicó que hizo presentaciones tanto a Litoral Gas como a la Municipalidad para que se tomaran medidas de precaución con el fin de evitar lo que, finalmente, sucedió en la mañana de ayer. “Es algo que se venía anunciando. Yo tengo la carta que le mandé a Litoral Gas. Me respondieron que iban a realizar patrullajes periódicos pero sólo vienen a controlar el medidor”, aseveró.
Futuro incierto
Una vez que pasó el susto por la explosión y se corroboró que no hubo que lamentar heridos, a los titulares de la empresa y a los empleados los invadió la angustia sobre el futuro laboral. Es que desde Litoral Gas les informaron que necesitarán no menos de 40 días para restablecer el servicio. Y sin este fluido que hace funcionar los hornos donde se lamina el aluminio, la empresa queda totalmente paralizada.
“Doy gracias que no lamentamos víctimas, pero estar 40 días sin gas me va a llevar a la quiebra y dejará en la calle a 15 personas”, admitió Bondioni.
Según contó la empresaria, desde Litoral Gas le indicaron que para restituir el servicio –alimentado por una boca industrial, de mayor dimensión que la de domicilios y comercios– tardarán más de un mes.
“La válvula no se consigue fácilmente por lo que tengo que pedir la rehabilitación de la boca. Esto significa que estaría entre 35 y 40 días sin el suministro. Por lo tanto, no voy a poder entregar la producción. Ya empecé a llamar a otras empresas para ver cuál tiene el servicio más rápido porque esto me significa ir a la quiebra”, lamentó la mujer.