Suena extraño, pero el barco que desde hace casi 50 años es uno de los paseos turísticos obligados de la ciudad no fue el primero en hacer esos viajes por el río Paraná. Tampoco fue el primero en llamarse barco Ciudad de Rosario.
Diez años antes de que el Ciudad de Rosario hiciera sus primeros recorridos, otro barco amarró cerca de La Fluvial. Era el Día de la Primavera, un día como hoy, pero de 1961 cuando el intendente Luis Cándido Carballo convocó a festejar en la costa para que conocieran el barco que había comprado en Baltimore, Estados Unidos. No le dio muchas vueltas al nombre, algo que marcaría el destino de la nave. Lo llamó barco Ciudad de Rosario.
El antiguo Ciudad de Rosario zarpó pocas veces. No llegó a volverse un ícono como pensaba Carballo, quien andaba también detrás de la construcción de otro hito que levante el nivel urbano: el observatorio y planetario, hoy en el Parque Urquiza. El proyecto de usar el barco para estudiantes y personas que nunca había navegado por el Paraná encalló rápido.
La oposición denunció a Carballo por haber malgastado la plata en una nave “floja de papeles” con la que además había contrabandeado autos, dos pianos, televisores, vestidos y otras mercaderías del exterior. El intendente dijo que los pianos tenían un destino para la ciudad. Uno para las veladas de música del barco y el otro para el teatro El Círculo, que tenía que alquilar uno para cada función importante.
Tres años más tarde el Concejo pidió informes de la compra y votaron que fuera vendido. Operación política-mediática o no, el antiguo Ciudad de Rosario salió un par de veces en los 9 años en las aguas que acarician a Rosario. Algunos carnavales y congresos científicos. Nada más.
Hijo de un puerto
En agosto de 1970, cuando Carballo ya había sido elegido gobernador de Santa Fe, el nuevo intendente de Rosario, Luis Beltramo firmó la venta del barco a la Compañía Transatlántica de Buenos Aires. El 14 de octubre la nave yanqui que quiso ser rosarina dejó el Paraná para volverse parte de la flota que llevaba y traía pasajeros y carga entre Capital Federal y Colonia (Uruguay).
La ciudad no quedó sin su barco emblema por mucho tiempo. Cuatro meses después de la despedida del antiguo Ciudad de Rosario, la idea de Raúl Oficialdegui, un hombre que había acondicionado una nave brasilera en un astillero en la zona norte durante 10 años, salió a flote. El nuevo barco Ciudad de Rosario empezaba a hacer sus recorridas por el río. El resto fue historia.
En 2020 las últimas noticias dicen que el nuevo Ciudad de Rosario está varado desde abril en el Charigüé por la bajante histórica del río. Si no vuelve será la primera vez en casi seis décadas (una del antiguo y otras 5 del nuevo) que Rosario no tenga ningún barco Ciudad de Rosario amarrado cerca del Monumento a la Bandera por más de cuatro meses. Esperemos que vuelva.
Las fotos son parte del tomo XI de la Colección Iconográfico del Archivo Mikielievich que está en el Museo de la Ciudad de Rosario, a quienes les agradecemos su intensa labor de cuidar nuestro patrimonio.
¿Alguna vez te preguntaste por la “J” del Hospital de Niños Víctor J. Vilela?