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Teatro Caras y Caretas de Rosario: sigue viva la leyenda de la costurera asesinada por su cuñado

La historia cuenta que antes de convertirse en la actual sala fue una pensión donde se produjo un femicidio. Héctor Ansaldi, director del lugar y Piripincho en uno de sus tantos personajes, relató que se suceden cosas extrañas relacionadas a fantasmas o presencias que se representan en sensaciones

Caras y Caretas es un conocido teatro de la ciudad ubicado en calle Corrientes al 1500. Tuvo muchas inauguraciones. La primera fue en 1973. Hacía unos cinco años que esa antigua casona estaba abandonada. “Hasta había plantas de tomates en sus habitaciones”, explicó el actor, dramaturgo y director rosarino Héctor Ansaldi a El Ciudadano. “Hace algunos años, entró una mujer y contó que, antes, ese predio era una pensión y donde está el hall había una pieza donde vivían dos hermanas costureras. El novio de una de ellas se bajó del tranvía (que pasaba por esa calle) y a través de la ventana la confundió con su amada. De amor, poco. Iba a matarla, y le clavó una tijera por la espalda. Fue un femicidio, pero con la hermana como víctima. Y desde entonces parece que su presencia sigue en el lugar ya que se suceden algunas cosas extrañas a los ojos del propio Ansaldi como así de muchos otros que han pasado por el teatro.

“Noté como una presencia, a mucha gente le pasó. Siempre pasan cosas raras en el teatro. Hace mucho tiempo, me puse a escribir la novela sin conocer esta historia. Era sobre dos hermanas. La fui escribiendo a máquina en una oficinita que habíamos hecho en la entrada del teatro. De repente, toca la ventana una mujer de aspecto extraño, distante, fría. Preguntó por las clases de Tai Chi, que justamente estaban en la vereda de enfrente y en las que yo también participaba como alumno. En una clase, me la cruzo. No sólo a ella sino también a su hermana, que era otro espectro como ella. Me tocó hacer un ejercicio donde se ponía muñeca con muñeca con la hermana y nunca tuve una sensación más rara en mi vida. Se lo relaté al profesor y él me dijo que eran dos hermanas que vivían muy cerca del teatro y de las clases de Tai Chi, que una quiso suicidarse y que vivían con el padre”.

De creer o reventar, Héctor escribía una novela con dos hermanas como protagonistas. Y uno de esos personajes tenía el mismo nombre de pila que una de las aparecidas. También le tocaba, en la ficción, un desenlace fatal. Ansaldi conoció a otras dos hermanas que lo inquietaban. Le producían escalofríos, admitió, con su sola presencia.

Después se enteró de que en el teatro vivía la costurera asesinada por el novio de su hermana. Aquel  libro lo terminó a máquina, al viejo estilo. Eran unas 500 hojas, pero perdió su rastro. Estaba destinado a un concurso editorial. Un amigo, ya fallecido, se lo pidió para leerlo y nunca más vio esas páginas cuyo destino editorial quedó trunco.

“La mujer, además de sus clases de Tai Chi, probó suerte con los talleres de  teatro y clown que se dictaban en Caras y Caretas. Eso fue en 1994. Cantaba muy bien y quedó en la obra musical Circo Místico, de Chico Buarque y Edu Lobo, con uno de sus personajes.  Entre los espectadores estaban el padre y la hermana. En medio de una escena, se le cayó una parte de la escenografía y su padre le impidió seguir yendo al lugar”, recordó Ansaldi.

«Mucho tiempo después, me la crucé en una tienda de feria americana donde compro muchas prendas para los personajes. Salió de entre los percheros a saludarme, me contó que es cantante, que tuvo una historia de amor con un francés y que tiene una página en Facebook con su nombre artístico”.

“No sé, a mí me parece que hay conexión con la costurera, de hecho cada vez que intento hacer algún personaje con la mujer muerta me siento extraño, como que me tuercen el cuello, sensaciones raras que después pasan”, relató el actor.

La pandemia que arrasó con todo, también afectó los teatros. El Teatro Caras y Caretas se reinventó y volvió con las Peñas Jocosas de los miércoles que se hacían desde 2001. “Ahí empecé a hacer a la costurera, siempre cosiendo ella. Organza occisa de Piqué se llama el personaje”, recreó Ansaldi.

La costurera en pintura y en vídeos

No solo la cantidad de personajes que cobran vidas sino que además Ansaldi es un artista y hace murales. “Hice un mural del teatro, con las caras de comedia del arte, las caras están como en un cielo y allí todos los fallecidos. En el centro está la costurera”, confesó.

Más presencias para el captor

“Hay manifestaciones, pasaron muchas cosas no sólo con ella –la costurera– sino con otros actores que transitaron el teatro y fallecieron. En 2016, murió una chica de cáncer. Muy metida con el teatro, en la escuela de clown. Diez días después, estábamos en una clase y se cayó un pedazo de techo, muy raro porque es cielo raso y no pudimos descubrir de dónde venía, pero en el suelo quedó un pedazo de material blanco y cuando estábamos yéndonos del teatro vimos un cuadro caído que hay en hall de entrada sobre una obra que ella también había recreado con un personaje”.

Héctor Ansaldi escribió un libro que lo llamó Captor. “Tengo una novela, donde cuento todo esto, porque no sólo soy actor, soy captor: capto y me meto. Aparecen los personajes y tienen vida. Piripincho tiene un Facebook y el que contesta es él, no soy yo”, aseguró.

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