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Supermercadistas reciben un 10% de los productos que piden por Precios Máximos

Al no poder aplicar los incrementos que pretenden, las industrias alimenticias se niegan a entregar 9 de cada 10 artículos incluidos en el programa regulado por el gobierno nacional. Para evitar desabastecimiento, comerciantes apelan a otras ofertas en el mercado que repercuten en los precios

Desde las cámaras que agrupan a supermercados de todo el país denuncian que las plantas productoras de alimentos entregan un 10% del cupo de mercadería que deberían entregar en el marco del programa Precios Máximos. Por otra parte aseguran que es cada vez más habitual la quita de bonificaciones por parte de las principales marcas, un fenómeno que se traslada a precios de venta al público.

Se trata de productos que integran la canasta básica y que componen el mayor volumen de demanda en las grandes superficies. En el listado de los artículos que no cumplen con las cantidades demandadas figuran principalmente aceite, harina, sus respectivos derivados y la yerba.

El fenómeno todavía no generó desabastecimiento a raíz de las alternativas que hay por fuera de Precios Máximos, aunque recurrir a esa oferta implica asumir otros costos y el consecuente traslado a precios.

Los supermercadistas indicaron que ese camino alternativo presenta sus dificultades. Citaron el ejemplo de la industria aceitera que en el último mes aplicó un aumento del 10%, cuando la venta al público no puede superar el 3% de incremento por disposición de la Secretaría de Comercio Interior.

Tanto distribuidores como comerciantes de venta al público se encuentran a merced de una histórica concentración en la industria alimenticia que acapara el mercado. Molinos Cañuelas, AGD, Arcor, Idealsa o Las Marías, son algunos de los establecimientos que disponen aumentos sobre productos básicos que componen Precios Máximos y a su vez quienes disponen la entrega de uno de cada diez artículos solicitados.

El programa Precios Máximos comprende un listado de productos con un precio de referencia vigente desde el 6 de marzo y hasta el 1 de octubre que debe ser respetado por las empresas productoras de distintos rubros.

Poca entrega y aumento encubierto

En diálogo con El Ciudadano, el integrante de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (Fasa), Sergio López, reconoció que se encuentran en “una situación compleja ya que para los productos de Precios Máximos, las notas de pedido son cada vez menos aceptadas”.

Las grandes cadenas alimenticias insisten con aumentos constantes, fundados en la suba de los costos operativos. Ante la negativa de la secretaría de Comercio de la Nación, “entregan un 10% de la cantidad que deberían”, explicó el referente supermercadista.

Ante este escenario los comercios se ven obligados a buscar alternativas por fuera del programa dispuesto por el gobierno nacional, aunque en muchos casos, y al haber una oferta concentrada, se encuentran con que del otro lado del mostrador atienden los mismos dueños.

“Hay productos de Precios Máximos que son reemplazables, pero en algunos casos son los mismos productores, y ellos piden aumentos de entre el 10% y un 15%”, comentó el integrante de Fasa.

Otro fenómeno recurrente en los últimos meses fue la quita de descuentos en compras mayoristas. Para Sergio López no es más que “aumento encubierto, ya que cuando no hacen la bonificación eso se traslada a precios”.

El malestar o la rebeldía de los compradores puede durar hasta cierto límite marcado por la posibilidad del desabastecimiento. Cuando un producto comienza a escasear, las alternativas se achican tanto como los oferentes en el mercado.

“Los ítem que están fuera de Precios Máximo tiene aumentos, a veces no quedan otra. Ahí se vio reflejado el aumento de entre 7% y 8% que tuvimos en algunos productos durante los últimos dos meses”, explicó.

Concentración y contención

Por su parte el vocero de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (Casar) , Juan Manuel López, reparó también en la escasa oferta que existe en el mercado alimenticio y las dificultades que genera esa condición.

“Más allá de la normativas para sostener precios, los aumentos provienen de los proveedores, es muy difícil de sostener cuando el 80% de los productos corresponden a 30 empresas en Argentina”, señaló.

Hay malestar en supermercados y autoservicios locales ya que consideran que no pueden desempeñar un rol de denunciantes cada vez que se encuentran con valores abusivos en los listados.

El referente local detalló que durante septiembre recibieron listas de precios con aumentos del 5% en aceites y harinas y un 10% para sus derivados. Lácteos se anotaron con un 5% y carnes porcinas treparon a un 30%.

“Salimos a denunciar porque no podemos vender a esos valores”, esgrimió López, y agregó que mientras asisten a un abuso constante por parte de las grandes industrias, intentan encontrar un equilibrio a través de Precios Cuidados y el local Precios Santafesinos.

“Ambos programas hacen a la contención inflacionaria, si los precios no estarían bajo esa protección, estaríamos en picos de aumentos sin ningún tipo de control”, concluyó.

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