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Entre brecha salarial y patrimonial: feminización de la pobreza y masculinización de la riqueza

En un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina se aportan datos contundentes respecto de un indicador que no suele tener la misma visibilidad que otros. Se trata de la brecha patrimonial, que refiere a la desigual distribución de las propiedades entre varones y mujeres

Cepa**

En un reciente informe que elaboramos desde Cepa (Centro de Economía Política Argentina) se aportan datos contundentes respecto de un indicador que no suele tener la misma visibilidad que la medición de las brechas de ingresos entre varones y mujeres.

Se trata de lo que hemos denominado brecha patrimonial y que refiere a la desigual distribución de las propiedades entre varones y mujeres, considerando como fuente primaria de estudio la base del Impuesto a los Bienes Personales de Afip del año 2018.

Para complementar esta información patrimonial, se publican los datos de brechas de ingresos en el sector privado registrado, que es el que más se acerca según su fisonomía a las características de las y los aportantes en Bienes Personales. Se aclara que la distinción es binaria (varón/mujer) porque las bases estadísticas aparecen sólo con la distinción por sexo, sin incluir grupos LGTTBI+.

Los principales resultados son los siguientes:

En relación a la brecha de ingresos, para el año 2019 las mujeres percibieron, en promedio, una masa salarial 23% más baja que la de los varones. Los datos se corresponden con un análisis del sector privado registrado, lo cual excluye al mundo informal o no registrado.

Se observa que un 28% del total de las mujeres se encuentra en el segmento de menores ingresos (desde 0 a 20 mil pesos), mientras que en los varones este segmento representa una cifra menor, de  22,8%.

A medida que los ingresos son más altos, se profundiza la menor presencia femenina. Cuando nos posicionamos en el rango de salarios de 500 mil a 2.500.000 pesos en adelante, no sólo los varones tienen un ingreso 12,3% mayor en promedio sino que es mayor la proporción de varones en ese rango: 0,3 versus 0,1% de mujeres.

En cuanto a los patrimonios, se encuentran los siguientes resultados:

La cantidad de mujeres alcanzadas por el impuesto a los Bienes Personales en Argentina (el más progresivo de la estructura tributaria y que se aplica sobre el patrimonio) para el año 2018 sumó 237 mil casos aproximadamente.

Del 100% de las personas alcanzadas por el impuesto, el 34% corresponde a las mujeres y el 66% a los varones. Se evidencia una clara distribución asimétrica en la distribución de la titularidad de los patrimonios según género.

Al observar la evolución histórica de la participación de las mujeres en la composición de las personas alcanzadas por el impuesto a los bienes personales, se extrae que si  bien se fue incrementando sostenidamente desde el año 2009, está lejos de resultar equitativa.

Al año 2018 la participación asciende a 34%, ubicándose 8 puntos porcentuales respecto de 2009, cuando había sido aún más regresiva, de 26%.

A 2016 los bienes declarados por las mujeres valen tan sólo un 28,3% del total de los bienes declarados en la base del impuesto a los bienes personales. Puede observarse que desde 2015 se registra un relativo estancamiento de la valorización de los bienes detentados por mujeres: 27% representaban sobre el total de los bienes declarados en 2015; ascienden a 27,7% en 2016; 27,5% en 2017 y 28,3% en 2018.

Cabe considerar que en el año 2009, la incidencia de los bienes de las mujeres era todavía menor, de 24,8% sobre el total de lo declarado en el impuesto.

Esto significa que no solamente las mujeres son un tercio de los titulares del impuesto a los Bienes Personales, sino que además el valor de sus bienes es aún más bajo que ese tercio que representa su titularidad.

La feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza

Al observar la evolución de la valorización de los bienes declarados por mujeres podemos identificar que, si bien la misma se ha incrementado, lo hace a un ritmo 50% menor que el incremento de la cantidad de titulares mujeres en el impuesto.

Si la cantidad de mujeres titulares de patrimonios que pagan Bienes Personales crece al 3% anual acumulativo entre 2009 y 2018, el valor de sus patrimonios sobre el total de los bienes declarados crece al 1,5% acumulativo en igual período.

En las mujeres, en el sector de profesionales, científicas y técnicas se encuentra el 25,5% de quienes aportan en Bienes Personales, mientras que un 17,7% se ubica en el sector inmobiliario y otro 11% en servicio de asociaciones y servicios personales.

En el caso de los varones, el 31% son profesionales, científicos y técnicos y el siguiente 9,9% pertenecen al rubro inmobiliario, otro 8,9% a servicio de asociaciones y servicios personales.

Otras ramas de predominio masculino

Otras ramas de actividad que son relevantes para los varones de mayores patrimonios es agricultura, donde el 9,5% de quienes aportan en bienes personales declaran ese rubro, mientras que en mujeres esa magnitud es sólo de 3,67%.

Por otro lado, los varones más ricos tienen entre sus actividades relevantes la industria (pertenecen en un 2,41% a dicho rubro), la construcción (1,25%) y transporte (3,49%), mientras que en las mujeres esa participación es bastante más baja, alcanzando sólo 0,9% en industria, 0,25% en construcción y 1,16% en transporte.

En lo que refiere a las actividades típicamente feminizadas, se observa que un 9,17% de las mujeres con mayor patrimonio se ubica en el sector salud, mientras que en los varones ese porcentaje es más bajo, de 6,38%.

A su vez, un 2,76% de las mujeres se encuentra en la rama enseñanza y ese porcentaje en varones es tan solo de 0,79%.

En definitiva, la feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza en una sociedad donde el 10% de la población con más ingresos está compuesto en un 62% por varones, mientras que el 10% con menos ingresos está compuesto mayormente por mujeres (69%).

**Centro de Economía Política Argentina

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