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Asaditos exprés con maíz: un grupo de amigos encontraron la forma de prender el fuego en 5 minutos

Se trata de Marlo, un producto sustentable que resulta de la producción agrícola de maíz. "No contribuye a la deforestación para poder cocinar a diferencia de otras fuentes de calor para cocción", dicen sus emprendedores

Por: Nicolás Degano-Agrofy

Un grupo de amigos busca potenciar el «asadito» con un novedoso producto que detrás tiene mucha tradición. Se trata de Marlo, con un fuerte foco en la sustentabilidad, un grupo de amigos se planteó volver a un antiguo método de cocción: «Nos permite volver al sabor de nuestros orígenes, cuidando el medio ambiente», destacan los emprendedores.

Joaquín Lopetegui, uno de los fundadores de Marlo, comentó en diálogo con Agrofy News los alcances del reciente proyecto con el que se lanzan de lleno a los centros urbanos: «Recién estamos arrancando, pero nos están llamando de todos lados».

El marlo es un descarte agrícola del maíz (en este caso de la producción de semilla) que este grupo de amigos busca revalorizar.

«Es bioeconomía sin dudas», comenta el ingeniero agrónomo Fernando Vilella, especialista en agronegocios y director del programa de Bioeconomía y del Posgrado en Bionegocios Sostenibles de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).

Vilella explica que detrás del concepto de economía circular está «usar como fuente de energía un producto biológico a partir de un cultivo que reemplaza a otro que proviene de la extracción del monte natural», que en este caso sería el tradicional carbón.

«Historia rústica con sabor»

Lopetegui cuenta que un cliente y amigo les dio la idea de revalorizar este tradicional método de cocción que se relacionaba con la «jutanda» de maíz, en donde se generaba mucho marlo. «Cuando nos comentó la idea nos dijo, ‘vos te vas a reir'». Pero hoy ya es un emprendimiento concreto.

«Buscamos potenciar el ‘asadito’ para todos, sin importar sexo, ni edad, ni tipo de alimento, con la premisa del medio ambiente», remarcan en Marlo.

Entre las ventajas se encuentra el fácil encendido, que es mucho más rápido que el carbón o la leña. «En los grandes centros urbanos la gente llega tarde a sus casas, y para comer un asado tenés que prender el fuego y demás. Por eso se deja más para el fin de semana». Este es uno de los aspectos que buscan revertir con Marlo, ya que entre 5-8 minutos desde el encendido están listas las brasas para empezar con la cocción de los alimentos.

Los emprendedores destacan la experiencia como «una travesía, una historia rústica con sabor y atractiva para aquellos que busquen encontrar una vuelta más en el sabor del fuego».

Un aspecto a tener en cuenta es que la brasa no dura tanto como el carbón, entonces la recomendación de uso es para cortes que permitan una cocción rápida (entraña, verduras, picaña, matambre, pechuga sin hueso, filet de pescado, hamburguesas, asado de tira fina, costeletas, tapa de asado, entre otros).

Volviendo a las ventajas, aseguran que es un producto que no ensucia ni produce chispas en la combustión: «Una vez utilizado, deja un residuo fácil de limpiar».

Además, destacan que brinda un sabor inigualable “ahumado” en los alimentos que se cocinan. «Le deja un olor asado espectacular», cuentan y lo comparan con los chips que se suelen vender para ahumados.

Y lo más importante para los socios de Marlo: «Es un producto sustentable que resulta de la producción agrícola de maíz. No contribuye a la deforestación para poder cocinar a diferencia de otras fuentes de calor para cocción».

Lopetegui remarca que lo que más los motivó fue la pata del medio ambiente: «Cada vez tiene más peso en las decisiones que tomamos».

Este «combustible» se genera de un producto que de otra forma se tiraría. Lo que se combina con el hecho de que Argentina está entre los principales países productores de maíz.

Entre los desafíos del reciente emprendimiento está el flete, ya que es de bajo peso pero muy voluminoso. Además, apuntan a tener un precio competitivo contra el carbón. En este sentido, están buscando una segunda instancia para obtener un «procesado del marlo», que dure más tiempo.

«Recién estamos arrancando», cuenta uno de los fundadores y comenta que buscan posicionarse en grandes centros urbanos, como Buenos Aires y Rosario, en verdulerías, carnicerías y tiendas de productos sustentables. «Todavía no llegamos a embolsar la producción de este año», agrega.

«Cuidar el planeta comienza con un cambio de hábito», es uno de los lemas del flamante emprendimiento.

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