Las aseguradoras de riesgos de trabajo (ART) dejaron de dar cobertura por coronavirus a todos los trabajadores y las trabajadoras, excepto el personal de salud. Para justificar la decisión, se basaron en un artículo del decreto nacional que indica que esa cobertura es obligatoria mientras dure la etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio. La provincia de Santa Fe pasó a la etapa de distanciamiento en el mes de junio –cuando todavía no había circulación comunitaria del virus– y por ese motivo las ART dejaron de cubrir los tratamientos a los afiliados con Covid.
Desde distintos sectores gremiales, entre ellos los municipales nucleados en la Festram, los trabajadores molineros y los aceiteros, reclamaron que es necesario que se asegure esa cobertura, sobre todo en un momento en el cual se dispararon los contagios y el sistema público de salud está al borde del colapso. El gobierno provincial elevó esos reclamos a la Nación, que es la autoridad de aplicación, y se espera que en los próximos días se reformule el decreto para garantizarle la cobertura del tratamiento a todos los trabajadores que dependen de las ART.
Uno de los sectores más afectados es la industria aceitera. En cuatro grandes empresas radicadas en el Gran Rosario –Cargill, Dreyfuss, Bunge y Molinos– se registraron al menos 25 casos de operarios infectados por Covid cuyos tratamientos no fueron reconocidos por las ART, con el argumento de que Santa Fe no está más en etapa de aislamiento. Esos tratamientos debieron ser cubiertos por las propias empresas a través del sistema privado de salud.
“Planteamos en el Ministerio de Trabajo de Nación que las ART no están cubriendo el coronavirus en Santa Fe”, informó el secretario de Trabajo de la provincia, Juan Manuel Pusineri. “Por normativa nacional, el Covid-19 es considerado en la práctica una enfermedad profesional, creando una presunción en tal sentido. Se recibieron reclamos, principalmente de las entidades sindicales, haciendo saber que las aseguradoras, recurriendo a tecnicismos, están rechazando las denuncias de trabajadores contagiados”.
Por ese motivo, la provincia inició gestiones ante la Nación para que se reformule el decreto vigente desde abril de tal forma que todos los trabajadores y las trabajadoras puedan contar con la cobertura necesaria. Según Pusineri, se debe tener en cuenta que “la prestación de servicios es, justamente, un factor de riesgo”.
En diálogo con El Ciudadano, el secretario de Trabajo aclaró que el único sector que quedó afuera de la determinación de las ART es el personal de salud. El decreto nacional, rubricado a mediados de abril, obliga a las ART a cubrir el Covid como enfermedad provincial mientas dure la etapa de aislamiento y Santa Fe está en distanciamiento, con diversos cambios a lo largo del tiempo, desde el 4 de junio, cuando la Nación tomo esa definición para las provincias sin circulación comunitaria de coronavirus.
“Una cuestión técnica”, calificó Pusineri a la determinación de las ART. “Hay trabajadores enfermos, lo plantearon varios gremios, entre ellos la Festram y los molineros, que les rechazan las denuncias por enfermedad profesional que hacen ante las ART. En ese decreto se hace referencia a que deben cubrirlo durante la etapa de aislamiento y cuando Santa Fe pasó a la etapa de distanciamiento dejaron de cubrirlo”.
Como autoridad de aplicación, el gobierno nacional –según indicó Pusineri– está trabajando para corregir aquella normativa. “El Ministerio de Trabajo está buscando una solución inmediata, están trabajando en una resolución que puede ser un retoque normativo del decreto para que las ART vuelvan a cubrir la enfermedad, porque es una situación que no resiste mucha lógica. Estamos en el momento de mayor cantidad de casos y durante octubre van a seguir subiendo”, concluyó el secretario de Trabajo de la provincia de Santa Fe.
25 casos en cuatro aceiteras
En la primera etapa de la pandemia se registraron contagios de Covid en las aceiteras Molinos, Bunge, Dreyfuss y Cargill. Luego, por mucho tiempo, eso se pudo controlar. Pero cuando se dispararon los casos –desde fines de julio y principios de agosto–, los contagios en el sector industrial subieron al mismo ritmo que en otros ámbitos. La Federación de Aceiteros detectó al menos 25 casos en el Gran Rosario en los últimos dos meses.
Marco Pozzi, secretario de Salud Laboral de la Federación de Aceiteros y miembro de la comisión del sindicato en Rosario, explicó que “las empresas hacen las denuncias en la ART y las ART las rechazan porque el DNU que declara la enfermedad profesional habla de aislamiento y Santa Fe está en etapa de distanciamiento, entonces se aprovechan de eso y la rechazan como enfermedad. La cobertura la tienen porque las empresas lo hacen en el ámbito privado, pero las ART no están cumpliendo con el requisito de cubrirlo como enfermedad profesional”.
“En todos los ámbitos, desde el discurso hegemónico, se dice que el problema son las reuniones familiares o sociales, entonces se trata de liberar de responsabilidad al aparato productivo. Las empresas lo cubren a través del sector privado, con un seguimiento por parte de las empresas desde que el compañero tiene síntomas hasta que ya atravesó la enfermedad y se restituye en el trabajo. Claramente es un tratamiento que tiene que pagar la empresa si no lo hace la ART. Y estaba bastante claro que las ART no iban a hacerse cargo del Covid como enfermedad profesional”, sostuvo Pozzi en declaraciones a El Ciudadano.
El problema no es nuevo, pero se profundizó con la pandemia: “Es más de lo mismo. Hace más de tres años que venimos peleando desde todo el sector fabril por el reconocimiento de todas las enfermedades profesionales. Nosotros trabajamos en industrias donde el polvillo es permanente, manipulamos cereales que vienen fumigados con distintos venenos y sin embargo no nos reconocen las enfermedades dermatológicas o bronquiales; es una discusión permanente que venimos teniendo con las ART porque tratan de achicar la cantidad de riesgos que provocan enfermedades”.
“Con el trabajo que venimos haciendo hemos logrado que no haya contagios de compañero a compañero dentro de las fábricas. La mayoría de los casos que tenemos son compañeros que traen los síntomas desde afuera; los logramos aislar, aislamos todo el sector hasta comprobar que nadie tiene síntomas, se hacen los testeos y así es cómo vamos logrando que las fábricas no sean un lugar de circulación y contagio”, concluyó Pozzi.