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Roisentul: “En Israel supimos cómo entrar en cuarentena, pero nunca supimos cómo salir»

El doctor argentino nominado a Nobel de la Paz por su labor en ese país de Medio Oriente contó, a través de una conferencia magistral en Zoom, cómo se afrontó allí la pandemia de Covid 19. También relató cómo comenzó con la tarea humanitaria que lo llevó a ser propuesto para el galardón.

Se realizó este jueves, a través de la plataforma Zoom, la conferencia magistral “La pandemia: mirada global, medidas sanitarias y sociales”, a cargo del doctor Alejandro Roisentul, argentino nominado al Premio Nobel de la Paz por su labor humanitaria en Israel.

La presentación de la exposición estuvo a cargo del defensor del Pueblo de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, quien destacó que la defensoría “es un órgano de defensa de derechos, que están contemplados en muchos instrumentos internacionales”.

El defensor santafesino añadió: “En estos tiempos de pandemia en un Estado subnacional como es nuestra provincia, donde por mucho tiempo se ha jerarquizado el plan de salud pública como parte del derecho a la salud, quisimos como Defensoría del Pueblo vincular el derecho a la salud con los objetivos de nuestra institución, que son la defensa de esos derechos”. Fue en ese marco que explicó la importancia de “recibir la palabra de quien ha tenido que ejercer la salud en lugares de enfrentamiento y que jerarquizó la atención sanitaria y humanitaria sobre el conflicto”.

“Para salir de la pandemia necesitamos ingresar en la pospandemia con una manifiesta solidaridad entre los santafesinos, con mayor humildad y menos reproches”, concluyo Lamberto durante la conferencia, que tuvo como moderadores a Raúl Allín, presidente del Colegio de Odontólogos de la 2° Circunscripción, y Gonzalo Pucheta, delegado en el Consejo Asesor del Colegio de Odontólogos de la 1° Circunscripción.

A su turno, Roisentul explicó que se desempeña en el “hospital The Ziv Medical Center junto al lago de la Galilea, que es un hospital universitario que pertenece a la Facultad de Medicina de Vari Lan”, donde se atiende a unos 250 mil habitantes. “Es importante la convivencia entre los distintos credos, religiones y orígenes y en el hospital atendemos tanto judíos, como musulmanes, cristianos y rusos, y eso se trasmite también en la gente que estamos trabajando allí”, indicó.

“En el 2006 estábamos con una guerra con el Líbano, y el grupo Hezbollah bombardeó nuestro hospital y tuvimos que reforzarlo y tener salas de cirugía reforzadas por las bombas que podíamos recibir en un futuro. Entre 2013 y el 2018 hubo una guerra civil en Siria donde hubo millares de heridos y estos heridos comenzaron a llegar a la frontera y el ejército de Israel los empezó a traer al hospital. Así fue que durante cinco años recibimos más de cinco mil heridos que venían a atenderse al hospital”, recordó el odontólogo.

El argentino señaló que en medio de la guerra civil siria “había 13,5 millones de personas que necesitaban ayuda humanitaria, 6,5 millones de personas desplazados y el 50 por ciento de ellos eran niños”. Además, había casi 5 millones de refugiados y más del 50 por ciento de la comunidad médica había abandonado Siria. “O sea que la gente tenía que elegir entre la vida y la muerte o ir a un país enemigo que en este caso es Israel”, ejemplificó.

“Es muy difícil atender a gente que viene de un país enemigo. Había barreras de atención, culturales, lingüísticas, profesionales con precedentes históricos distintos, con incapacidad de comunicarse de manera efectiva, y con dificultad para establecer confianza. Llegaban sin pasaporte, sin visa, sin nombre ni apellido, sin familia, sin identidad. Pudieron entender que nosotros no éramos el diablo y nosotros que ellos tampoco eran los enemigos. Pudimos vernos cara a cara y entender que esas guerras no nos pertenecen a las personas y que son cosas de los gobiernos. Que nosotros somos seres humanos y estamos hechos por la misma mano”, relató.

“Después de una cirugía grande que había tenido, a la noche me había dado cuenta de que había tocado la sangre del enemigo y pensé que esas manos habían tocado la sangre del enemigo no para desgarrar su piel, sino para curar sus heridas, y ese momento fue muy clave en mi vida y me cambió muchísimo la forma de pensar sobre nuestro prójimo”, contó Roisentul sobre la circunstancia que modificó el rumbo de su profesión y lo llevó a ser nominado al Premio Nobel de la Paz por su tareas humanitarias de atención a víctimas de conflictos armados.

 

La mirada sobre el Covid-19

Respecto de la actual pandemia de Covid 19, Roisentul aseguró: Aprendimos que teníamos que aplastar una curva que no sabíamos que existía, que había un virus que se llama corona, y que la privacidad mía es pública y que hay que estornudar en el codo”. El médico contó que “el brote de virus en Israel empezó a fines de febrero y hubo una curva muy importante. Los primeros pacientes llegaron esencialmente de los primeros vuelos de Europa. Y ahí empezó el tema de los cierres, como está pasando acá en Argentina”. Posteriormente, en marzo Israel comenzó con un “confinamiento total”. “Nos quedamos en casa, estaba prohibido prácticamente todo, empezaron a poner multas a la gente que no cumplía las reglas. Y de a poquito fuimos bajando la curva de contagio, en abril, mayo, junio, julio. Pero en septiembre hubo un fuerte aumento en todo. Desde el 14 de septiembre hasta hoy en día aumentó de casi 135 mil hasta 290 mil el número de personas contagiadas”, reseñó.

El argentino residente en Israel explicó que “el porcentaje de desocupación es otro de los grandes problemas aparte del de la salud”. “Nosotros estábamos en un porcentaje de desocupación del 4 por ciento antes de la pandemia, en mayo subimos al 27 y hoy estamos en un 24 por ciento, eso es un problema muy grave”, advirtió.

Respecto de los desafíos, Roisentul planteó: “Supimos cómo cerrar y cómo entrar en cuarentena, pero lo que nunca supimos y no tuvimos en cuenta es cómo salir. La gravedad que hubo después de la primera curva fue que salimos muy rápido y la gente se empezó a contagiar de vuelta, el gran error fue la apertura rápida. Lo que estamos viendo ahora es cómo salir y para abrir se confeccionaron nueve pasos para salir que se determina su avance o retroceso según la cantidad de casos diarios”.

Finalmente, en relación con la vacuna planteó que “será un problema social y ético decidir a quiénes se vacunará primero ya que llevará varios años que la vacuna llegue a todos”.

El cierre de la conferencia, que puede verse en el portal de Facebook de la Defensoría del Pueblo estuvo a cargo de Marcela Calcaterra, directora General de Asistencia Técnica Ambiental de la Defensoría del Pueblo, quien evaluó: “Hemos visto en estos últimos siete meses países ricos y pobres que pasan la misma situación, pero con distintos elementos y herramientas. Obviamente los países latinoamericanos han tenido que afrontar la pandemia con escasos recursos y con crisis sanitarias bastantes importantes”. Y planteó como objetivo: “Es una tarea de los Estados resolver este tipo de crisis, pero nosotros como Defensoría del Pueblo tenemos una misión muy importante en el marco de esta pandemia que es la de garantizar el cumplimento de los derechos humanos”.

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