Las derivaciones de un teatro que perdió los escenarios en medio de la pandemia aparecen reflejadas en una serie de estrategias que ponen en tensión, precisamente, al arte escénico con otros soportes o lenguajes con los que en este tiempo ha buscado dialogar, con diferentes resultados, pero en todos los casos, con un destino trazado que tiene que ver con la aparición de un nuevo lenguaje ligado a lo escénico, quizás de transición, que se aleja del teatro presencial para proponer desde su propio universo.
Un ejemplo de estas transiciones y experiencias es Onírica (inPerfaz), una obra que conjuga teatro, artes plásticas y cine, escrita y dirigida por los artistas rosarinos Jesica Biancotto y Matías Martínez, e interpretada por Biancotto, de quien aún se recuerda su estupendo trabajo en la performance-teatral Manifiesta, cuerpo en expansión, estrenada en 2017, y que este domingo y los próximos (hasta el 1° de noviembre inclusive) se podrá ver a través de la Plataforma teatrouaifai.com (donde también se compran las entradas) desde las 21.
No es un dato menor que Onírica (inPerfaz), un juego que, desde la idea de transitar las etapas del sueño, “sugiere un collage de palabras entre la interface y la performance”, según expresó Biancotto, surgió de la inquietud creativa de ambos directores realizadores, cada uno en su etapa y puesta a punto de un conocimiento específico, pero luego encontró un cauce a partir de la convocatoria, en medio de la cuarentena, del Instituto Nacional del Teatro (INT) y su Concurso Nacional de Actividades Performáticas en Entornos Virtuales que le otorgó un subsidio.
“La idea de lo onírico se refiere concretamente a la cuestión literal del sueño y al material del que están hechos nuestros sueños. Onírica… toma incluso ciertos mecanismos de construcción del relato-sueño como son la condensación, el desplazamiento y la simultaneidad. Es un relato que se teje entre la casa de mi pasado, el recuerdo de esa casa y el registro fílmico en Colon (Buenos Aires), y mi casa actual. El recuerdo aparece fuertemente ligado a los seres queridos que habitaron la casa de un pasado y que ahora retornan de modo corrido entre objetos, fotografías y proyecciones. Onírica… navega entre las cosas perdidas pero no ausentes que retornan, me gusta decir que es una obra dedicada a los afectos y los efectos que se producen en la distancia”, expresó Jesica Biancotto en diálogo con El Ciudadano acerca de esta propuesta producida por Mariano del Grande, con la voz en off de Francesca Biancotto y vestuario y caracterización de Ramiro Sorrequieta.
Transitar un camino
Hay en la propuesta una serie de cruces de lenguajes que, claramente, buscan en lo audiovisual, la plástica y la actuación un nuevo sentido y diálogo estético. “Al comienzo del aislamiento empecé a realizar diferentes collages tomando como punto de partida folletos de museos a los que fui. Los recortes en su mayoría eran de figuras de mujeres, que eran sacadas de contexto y que luego las ubicaba en diferentes sitios de mi casa, armando microinstalaciones que luego fotografiaba; así fue apareciendo un material plástico vinculado a la imagen y al plano. Cuando se lanza la convocatoria del INT, lo que empezó siendo una creación vinculada a la experimentación tomó otro vuelo y aparece la posibilidad de cruzar mi especificidad teatral con esta nueva búsqueda a partir de una pregunta: ¿cómo generar acontecimiento escénico virtual que pueda cruzar teatro y plástica?”, rememoró Biancotto.
La respuesta a esa pregunta fundante apareció en el proceso de trabajo. “Comencé a experimentar con la cámara y esas instalaciones se volvieron dinámicas a través del plano cinematográfico, luego comencé a investigar dispositivos lumínicos y a probar cuestiones de imagen más ligadas a la idea de la fotografía en el cine. Eso derivó en la instancia documental donde hago un acopio de materiales propios desde voces de mis familiares, objetos, fotografías de mi infancia y ancestros; incluso hay un video del pueblo natal de mis antepasados españoles que lo hice estando allí. Así esas variadas experimentaciones hicieron que aparezca una dramaturgia muy particular donde se podría leer una desjerarquización de los recursos vinculada al cruce de lenguajes, justamente esos cruces habilitan una forma de relato fragmentada, no lineal, donde los elementos se desplazan, superponen, desintegran, pero conviven en un ámbito común: el espacio de mi casa. Así es que Onírica (inPerfaz) es un relato que se construye desde los sentidos y no desde el sentido”, analizó.
Y profundizó: “Es una obra en vivo cada vez que sucede; no es un acontecimiento filmado. La transmisión es en vivo y de alguna manera remeda la forma que tiene el teatro con todos los riesgos que eso supone, dado que una vez comenzada la transmisión no hay posibilidad de corte. Y fue pensada y construida desde el dispositivo, no existe una escisión. Onírica… es, desde su gestación, un lugar de experimentación ligado a lo hibrido”.
Con el deseo como norte
La actriz y directora analizó finalmente el hecho de generar el tránsito hacia un nuevo lenguaje, poco conocido, desde las herramientas conocidas o ya utilizadas. “Por supuesto que mi corporalidad en el contexto del espectáculo no es la misma, porque lo que acontece y el modo de lo que acontece es distinto al del teatro donde el encuentro con les otres es posible en un mismo espacio. Por lo tanto, esta experiencia pertenece a otro orden, a otro sistema que no podría tener comparación ya que son dos lugares diferentes”, evaluó. Y destacó: “Sí podría decir que es una experiencia más que habilita la búsqueda desde otros lugares y abre posibilidades de otros modos de pensar la creación con y más allá de la actuación, investigando desde otros recursos y arribando a diversos materiales de creación. Considero que como creadora e intérprete aparece la necesidad de tomar lo que esté a mi alcance para seguir produciendo acontecimiento estético, y debo reconocer que este contexto me habilitó a repensar interrogantes sobre los que venía reflexionando hace tiempo, sobre la especificidad del teatro en nuestra ciudad y los modos de creación. También, en este contexto cargado de angustia, incertidumbre y malestar, no podría hacer otra cosa que no sea ésta, no en el sentido imperativo del hacer sino de algún modo haciéndome cargo de mi deseo con relación a la creación, para también estar un poco más cerca de aquelles de les que estamos lejos”.
Y cerró: “Esta experiencia se transitó desde un lugar del no saber, pero cargado de deseo; en este sentido no hay diferencia en cómo surgen mis trabajos específicamente escénicos. Surgió desde un lugar que opera de modo no consciente pero pulsional y que luego va adquiriendo formas, dinámicas y procedimientos que son los que arman este relato teatral, plástico, cinematográfico que es Onírica (inPerfaz)”.
Para agendar
Onírica (inPerfaz) se podrá ver este domingo y los próximos, desde las 21, a través de la plataforma www.teatrouaifai.com, donde también se venden las entradas. Teatro Uaifai es un proyecto independiente y de autogestión que ofrece funciones de obras escénicas originales, en vivo, a través de soportes que utilizan internet.
