Este jueves se cumplirán cien días del crimen del ex concejal y pastor evangélico Eduardo Trasante, sin dudas uno de los hechos que marcó la criminalidad en este 2020 por su gravedad institucional. Acaso la pregunta que sobrevino al asesinato, ¿Quién mató a Trasante?, comience a develarse durante el aniversario.
Desde las 14.30, tres jóvenes serán acusados por su participación en el homicidio. Uno de ellos es el ya casi célebre Julio Andrés Rodríguez Granthon y mejor conocido como Peruano, preso en Piñero desde mediados de 2019, con un juicio federal por tráfico de drogas en ciernes.
Piloto va a juicio por organizar el tráfico de más de diez kilos de cocaína por semana desde Piñero
Otro, apodado Facundo Sebastián «Pakuno» L., de 22 años y preso en la cárcel de Coronda desde septiembre pasado, sindicado por su vinculación a la banda Los Monos. El tercero, Alejo «Patón» L., de la misma edad, fue detenido esta semana a metros de la cancha de fútbol de Villa Moreno, donde Jeremías, uno de los hijos de Trasante fue acribillado el 1° de enero de 2012 junto a sus amigos Claudio Suárez y Adrián Rodríguez, el trágico suceso conocido como la Masacre de Villa Moreno que volcó al pastor a la actividad política en busca de justicia.
Una ejecución premeditada
Según dejaron trascender los investigadores, el asesinato del ex concejal de 54 años ocurrido en pasadas las 15 del 14 de julio pasado en la vivienda de San Nicolás 3836 fue un plan gestado desde la Unidad Penal 11 en Piñero. El móvil es todavía un misterio.
Los trascendidos indican que este jueves los fiscales Matías Edery y Gastón Ávila apuntarán a desentrañar cómo se gestó el crimen de Trasante, a todas luces premeditado y con trabajos de inteligencia previos.
Una parte de esa trama ya fue develada con la imputación del 22 de julio a Brian Nahuel “Buba” A., de 19, y Maximiliano Aníbal “Archi” G., de 23, por encubrimiento y homicidio calificado. Los jóvenes quedaron acusados de haber comprado por 20 mil pesos el Peugeot 308 blanco utilizado por los dos homicidas para llegar a la casa del pastor, el cual fue hallado en Barcalá y Uriburu a las 24 horas.
Ese hallazgo comenzó a orientar la pesquisa. El auto modelo 2012 había sido robado cuatro días antes en una entradera en zona sudoeste. Uno de los ladrones, Ariel S. de 21 años, fue el primero caer y quedó imputado por el robo aunque no por el crimen.
En ese rompecabezas aparece el nombre de Isaías Zenón, un joven de 19 años detenido en Piñero desde hace más un año cuando lo atraparon con un arsenal y una camioneta robada en bulevar Seguí y avenida Francia junto a otros jóvenes, todos vinculados a la banda Los Monos. Lo que se desprende la investigación es que Zenón –que aún no fue imputado– gestionó la compra del 308 robado por medio de los mencionados Buba y Archi.
Cuando la investigación del crimen pareció aquietarse, a comienzos de esta semana cinco allanamientos del personal de la Agencia de Investigación Criminal en Villa Moreno arrojaron un nuevo detenido: Alejo “Patón” L., de 22 años, fue apresado en una vivienda de Moreno al 3900. En esa redada, en otra casa de Dorrego al 3900, los pesquisas se incautaron de un currículum vitae de Héctor Daniel “Gordo Dani” Noguera, alfil de la banda Los Monos en Villa Gobernador Gálvez detenido desde agosto, imputado por dos tentativas de homicidios ocurridas en la vecina localidad en el marco de una guerra por el liderazgo del territorio para la venta de drogas al menudeo.
En la audiencia de este jueves, Patón será acusado junto a Pakuno, un joven de barrio Tablada que está detenido desde el 5 de septiembre e imputado por una tentativa de homicidio ocurrida en Gutenberg al 2600 dos días antes. En esa audiencia la Fiscalía citó un testimonio que refirió que Pakuno era un tiratiros de un dealer de la zona conocido como Julián y a quien le adjudicaron responder a la banda de Los Monos.
El tercer imputado será, según se conoció ayer por la grilla de la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) el peruano Rodríguez Granthon. De profesión piloto de avión, la semana pasada se conoció que la fiscal federal Adriana Saccone pidió la elevación a juicio donde está acusado como organizador de una banda a la que le adjudican traficar entre 10 y 14 kilos de cocaína por semana. Su nombre sobrevoló la causa Trasante por versiones de investigadores desde el comienzo. Ahora los fiscales del fuero provincial parecen tener evidencia para atribuirle algún grado de organización en el crimen del pastor.
En julio pasado, el Peruano fue allanado dos veces en su celda del pabellón 9 “donde conviven jefes narcos y otras personas”, entre ellas Zenón, dijo el fiscal Edery. La primera vez que irrumpieron fue en la causa que investiga el homicidio de Lucas Varela, un adolescente de 14 años asesinado en barrio Toba en abril.
La segunda irrupción en el pabellón fue por la causa Trasante. En ambos procedimientos el Peruano llegó a destruir casi por completo los teléfonos en pro de evitar un eventual peritaje. Los restos de los aparatos fueron enviados a laboratorios con la esperanza de que arrojaran una pista.
El hermetismo de los investigadores en adelantar detalles de la acusación que recibirá cada uno de los sospechosos obliga a esperar la evidencia que citarán Edery y Ávila contra Patón, Pakuno y el Peruano. Algo parece estar claro: la investigación del asesinato de inusitada gravedad institucional está lejos de terminar. En los indicios, hasta ahora, sobrevuela la sombra de la banda Los Monos.