En agosto, la facturación privada de la ciudad de Rosario se contrajo interanualmente 8,3 por ciento en valores reales según datos del Centro de Información Económica (CIE – Municipalidad de Rosario), acumulando en los primeros ocho meses del año una caída de 12,4 por ciento con respecto a igual período de 2019 y registrando cierta aceleración de la contracción respecto de los meses anteriores.
Si bien la contracción de agosto no presenta la misma magnitud que las registradas al comienzo de la cuarentena, se espera que continúe debido al endurecimiento de la misma desde fines de agosto. La evolución mensual de la facturación local, libre del efecto estacional de modo de hacer comparables los cambios mes a mes, evidencia en los meses de julio y agosto un leve crecimiento mensual de 1,1 por ciento, producto de una actividad económica con un nivel de apertura mayor que luego no se sostuvo en septiembre.
De este modo, resulta claro que las mayores o menores restricciones a la movilidad de las personas y a la actividad económica de la ciudad de Rosario se reflejan en los movimientos libres del efecto estacional de los datos originales de facturación, mostrando la utilidad de este análisis.
Por otra parte, más allá de las aperturas y cierres de actividades, asociados con el menor o mayor número de contagios de Covid-19, la caída de la facturación local en 2020 -medida por la tendencia-ciclo de la serie de ventas registradas por el Drei- parece haber encontrado un piso en torno al mes de mayo.
Asimismo, este valor resulta ser el mínimo de dicha serie desde enero de 2011 -primer mes para el que se cuenta con información-registro que permite dimensionar el estado actual de la economía local. Desde junio, las variaciones mensuales de la tendencia-ciclo muestran valores positivos y crecientes, alentando a pensar en una recuperación que seguramente llevará meses y cuya magnitud dependerá de varios factores. Por una parte, de la capacidad propia de la economía local para recuperarse, habida cuenta de la destrucción de empleo y capacidad productiva sufrida así como también de las medidas de política económica que se implementen a nivel nacional.
Por otra parte, el ritmo de la recuperación de la actividad económica, también dependerá de la futura administración de la cuarentena en caso de producirse un rebrote de la pandemia y de la fecha en la que se disponga finalmente de la vacuna.
A pesar de la pandemia, la facturación privada de Rosario se recuperó en junio
Comparando las cifras locales con las nacionales -estas últimas medidas a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae – Indec), se observa que la contracción interanual de la actividad local en agosto (-8,3 por ciento) resulta inferior al registro nacional (-11,6 por ciento).
Sin embargo, al considerar la evolución mensual de los indicadores desestacionalizados, la diferencia se acorta significativamente. Esto se debe a que se ha ido homogenizando el grado de flexibilización de la cuarentena en el país, que en agosto se encuentra en la fase de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Dispo).
Por otra parte, la caída acumulada en los primeros ocho meses del año en Rosario es sumamente similar a la registrada a nivel nacional, siendo de -12,4 por ciento y -12,5 por ciento respectivamente, pese al ritmo dispar registrado en la dinámica mensual. Más allá de las diferencias metodológicas que presentan dichos indicadores, debe destacarse que las diferencias en el comportamiento mensual se deben, en parte, a la administración heterogénea de la cuarentena en el país.
Así, la apertura de actividades más temprana en Rosario se vio reflejada en la recuperación del indicador local con anterioridad al agregado nacional, mientras que este último, influenciado por la actividad y la evolución epidemiológica del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), tuvo una recuperación más lenta.
Además, con el incremento de contagios a nivel local se confirma la transmisión comunitaria del virus Covid-19 en Rosario el día 22 de julio y se implementan paulatinas restricciones que se reflejaron en la incipiente aceleración de la contracción de la actividad local.
Por último, a esta altura del año resulta posible y de interés proyectar el comportamiento de la actividad local para los últimos meses de 2020 de modo de tener una idea más precisa de la contracción esperable para todo el año. Para ello, haciendo distintos supuestos sobre el desempeño de la facturación local, se elaboran tres posibles escenarios que dan lugar a una proyección optimista, una intermedia y otra pesimista. En todos ellos se contempla una reducción en la producción potencial debido a los cierres de empresas que se vienen produciendo y la menor utilización de mano de obra local.
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También se muestran las proyecciones realizadas a nivel nacional utilizando los supuestos mencionados en la serie del Emae. En la estimación del escenario intermedio, se considera que la serie de facturación local presenta un cambio de nivel (hacia abajo) a partir del mes de marzo, y que en el mes de abril ocurre un shock negativo que pierde intensidad en el tiempo, por lo que se espera que, transcurrido cierto tiempo y permaneciendo constantes el resto de los factores, la estabilización de la facturación local se produzca en valores cercanos a los del mes de marzo.
Teniendo en cuenta estas consideraciones se proyecta una contracción de la Facturación Privada de Rosario de 10,7 por ciento para el año 2020. Realizando los mismos supuestos para la actividad económica nacional medida por el Emae, se estima una contracción anual de 11,5 por ciento en 2020; cifra que se encuentra en línea con las proyecciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM – BCRA), ya que ambos prevén una contracción del producto nacional de 11,8 por ciento.
En el escenario pesimista se considera que en abril la facturación de la ciudad presenta un shock negativo que no se diluye en los meses subsiguientes mientras que el valor de marzo sería «atípico», no teniendo influencia en el desempeño de los meses siguientes. Esta alternativa proyecta una contracción de la actividad privada local de 11,7 por ciento y de la actividad nacional de 13,3 por ciento, siendo este último pronóstico de la actividad nacional muy similar al esperado para el Producto Interno Bruto (PIB) según el presupuesto nacional, que vaticina una caída de la actividad de 13,6 por ciento para el año 2020.
Finalmente, en el escenario optimista se considera, al igual que en el escenario anterior, que el valor registrado en el mes de marzo es “atípico” -sin efecto en los meses subsiguientes- y que a partir del mes de abril se produce un shock negativo que se desvanece más lentamente que en el primer escenario. Aplicando dichos supuestos se espera que la actividad privada de Rosario a valores reales, disminuya 10 por ciento en el año 2020. Al replicar este escenario para el indicador de actividad nacional, se estima una caída de la actividad de 11,2 por ciento en dicho período.
De esta forma, según los tres escenarios expuestos, se espera que la caída de la actividad económica local y nacional en 2020 no se aleje demasiado del valor acumulado al mes de agosto (de -12,4 por ciento en Rosario y -12,5 por ciento en Argentina). En esta “nueva normalidad económica”, es de esperarse que la actividad se estabilice en un menor nivel, mostrando que las consecuencias de la prolongación de la cuarentena no son solo coyunturales, sino también de mediano y largo plazo, debido en parte a la destrucción de empleo y capacidad productiva producidas, hecho que también se manifiesta al haber alcanzado un valor mínimo en la tendencia-ciclo de la actividad económica privada local.