El documental español El año del descubrimiento de Luis López Carrasco, fue elegido este domingo por el jurado como la mejor película de la Competencia Internacional y se hizo con el Ástor Piazzolla en la 35 edición del Festival de Cine de Mar del Plata, en una ceremonia que se realizó de forma virtual.
En la misma sección, el argentino Nicolás Prividera ganó como mejor guión por su film Adiós a la memoria, María Villar se impuso en la categoría interpretación por su papel en Isabella de Matías Piñeiro, quien ganó como director, mientras que la debutante coreana Yoon Dan-bi obtuvo el premio especial del jurado por Moving on.
La Competencia Internacional, con cuatro películas nacionales, trajo films de Japón, Corea, Canadá, Estados Unidos, España y Francia, con un nivel parejo entre su mezcla de temáticas y estilos.
El documental ganador de Carrasco, de dos horas y media de duración sobre la crisis que impactó en la región de Murcia en 1992, es un relato intenso y sanguíneo, que no cuenta con reflexiones de sociólogos, sino con el relato de los propios operarios e hijos de trabajadores sobre la tragedia económica y ambiental que vivió esta zona de España, mientras Barcelona se preparaba para recibir los Juegos Olímpicos de 1992 y convertirse en una de las ciudades más importantes de Europa.
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La debutante coreana Dan-Bi Yoon sorprendió con su manejo de climas y de actores en Moving on, un austero film situado en las afueras de Seúl, durante un caluroso verano, en el que se debatió el futuro de una desmembrada familia, que mantiene intacto tanto su amor como sus necesidades.
Prividera, por su parte, hizo gala con Adiós a la memoria de ese estilo ensayístico que ya había mostrado en M y Tierra de los padres. Como ilustra su título, la película ahonda sobre el rol individual y social que ocupa la memoria, siguiendo los rastros de su padre y el estado en el que se encontraba en sus últimos años de vida producto del Alzheimer. Los críticos los señalaron como un film de tono entrañable, pero con algo de solemnidad.
Con participación en Berlín, Piñeiro trabajó en Isabella las dudas, inseguridades y conflictos vocacionales con delicadeza, sensibilidad y una ya madurez cinematográfica, interpretadas de forma sólida y efectiva por Villar, actriz que participa en casi todas las películas del realizador radicado en Estados Unidos.
En la Competencia Latinoamericana se impuso Los conductos, película realizada en fílmico por el director colombiano residente en Francia Camilo Restrepo.
Con una narrativa convincente, cierta marca opresiva, la producción mostró cierto esnobismo al ficcionalizar parte de la vida de Pinky, protagonista de la película, para hablar de la violencia, la marginalidad, las miserias y la mala vida de una Medellín que respira al calor del bazuco, el olvido, las sectas y las vidas deshechas.
En tanto, los films Mascarados, de los hermanos brasileños Marcela y Henrique Borella, y Fauna, del mexicano Nicolás Pereda, recibieron menciones especiales.
Mascarados es un desacomplejado y vital cruce de documental y ficción en un pequeño pueblo del interior de Goias sobre trabajadores de una cantera que produce granitos y que se desarrolla junto a los preparativos y la realización de la fiesta del Divino Espíritu de la ciudad de Pirenópolis, que tiene la particularidad de que los hombres participan de ella con máscaras confeccionadas artesanalmente.
Mientras que Fauna propone un árido y urticante absurdo, de radicalidad ascética, que discurre sobre dos tópicos diferentes pero que se unen a través de distintas aristas: la representación del narco en la cultura mexicana y la hamletiana cuestión de la actuación y el intérprete.
Fauna tiene además la particularidad de que es una película que se parte en dos, casi sin ligazón entre ambas o con ligazones lejanas y que las dos películas funcionan y podrían existir una independiente de la otra.
El jurado de la competencia dejó con las manos vacías a Selva trágica, de la mexicana Yulene Olaizola, que intenta una suerte de western lleno de tensión y suspenso en la selva que divide México de Bélice ante la aparición de una mujer que viene escapando de la muerte y que pasa encarnar una especie de divinidad trágica maya o maldición que desnuda el infierno masculino de los recolectores del chicle, la avaricia y la violencia, de uno y otro lado de la frontera.
En cuanto a la sección de películas nacionales El tiempo perdido de María Álvarez ganó como mejor largometraje, Homenaje a la obra de Philip Henry Gosse de Pablo Weber, se destacó entre los cortometraje; la dirección fue otorgada a Natalia Garayalde por Esquirias y Edgardo Castro recibió una mención especial por Las ranas.
En la sección “En tránsito”, que premia a los work in progress, ganó Morichales, de Chris Gude, mientras que en «Estados Alterados» la mejor película fue Mes chers espions de Vladimir León, y la mención especial fue otorgada a Heliconia, de Paula Rodríguez Polanco.
En el «Taller de jurado y crítica joven», Cristian Ponce con Historia de lo oculto, ganó como mejor ópera prima Latinoamericana y Mercedes Gaviria con Como el cielo después de llover obtuvo la mención especial.
Esta edición, virtualizada por la pandemia y dedicada a la memoria y obra de Fernando Pino Solanas, contó con 175 films en total, lo que significó una merma del 50 por ciento con respecto a las ediciones presenciales que suele tener el festival.
A su vez, ha tenido 250 mil visualizaciones vía la web del festival, 100 mil a través de Cine.ar Play y TV y 180 mil vistas en el canal de YouTube.