Una investigadora del Conicet e integrante del equipo Ciencia Anti Fake News se hizo eco de las versiones que circularon en relación al consumo de alcohol para quienes se apliquen la vacuna rusa contra el coronavirus. Desestimó la idea de que la ingesta moderada pueda ser contraproducente y contextualizó la recomendación del gobierno ruso.
La noticia fue viral durante este domingo luego de que la viceprimera ministra rusa Tatiana Golikova recomendara reducir la ingesta de bebidas alcohólicas 42 días después de la inoculación. Pidió a la población cumplir, entre otros, con este requisito para lograr la respuesta inmune adecuada.
Pero luego del revuelo generado por la declaración, la investigadora del Conicet Soledad Gori, salió a aclarar algunas dudas respecto al tema. En primer lugar explicó que la población rusa posee un excesivo consumo de alcohol entre sus pobladores y la recomendación estuvo enmarcada en ese contexto.
Por otra parte, manifestó: «No hay asidero científico para considerar que beber alcohol puede ser contraproducente con la vacuna y más que sería sólo la rusa y no el resto de las vacunas».
De hecho, Gori contó que un consumo moderado de alcohol «refuerza la respuesta inmune» por lo que el consumo medio que registra Argentina no afecta ninguna eficacia de las vacunas.
«Cuando recibimos la noticia de lo que había dicho la ministra, vimos que lo que hizo en realidad fue recomendar un consumo de alcohol moderado. Sabemos que en Rusia el consumo es muy excesivo y en ese contexto, sí hay pruebas que demuestran que las vacunas, todas, no sólo la rusa, no funcionan bien», concluyó la investigadora del Conicet.