El periodista Leo Ricciardino renunció este martes a su cargo de vocero del gobernador Omar Perotti aunque con una comunicación escrita que tiene fecha 31 de diciembre. El texto, cuyo destinatario es el jefe de la Casa Gris, aduce “cuestiones personales, de salud y en el marco de la pandemia hacen imposible que pueda seguir cumpliendo mi labor plenamente”.
El pase al costado de Ricciardino entre las primeras filas de la gestión santafesina sucede a otro, resonante: el del ministro de Gobierno Esteban Borgonovo y su segundo, Arturo Gandolla. Fue poco después del insólita adelanto de una renovación en el Gabinete que admitió el propio Perotti desatando versiones y especulaciones sobre quién se quedaría y quién sería eyectado ante el «cambio de escenario» en el que fundó el mandatario la necesidad de cambios.
Borgonovo acusó ausencia de «respaldo firme» de su jefe Perotti, y el cargo que dejó aún sigue sin ocupar. El rafaelino Ricciardino, en cambio, adujo problemas de salud. De hecho, en buena parte del período de pandemia que todavía no cesa, mantuvo un perfil de baja participación en sus funciones de vocero, y en buena medida las cumplió desde su casa por ser una persona de riesgo a causa de una enfermedad preexistente.
