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Rosario, la capital del aborto legal, siguió minuto a minuto el debate en el Senado

La vigilia de Rosario es una más de las 120 que se replican en ciudades de todo el país para acompañar el debate que da el Senado de la Nación en el Congreso Nacional, en otro centro, el de la ciudad de Buenos Aires

La pantalla mira a toda la plaza San Martín y da la espalda a calle Santa Fe. Frente a ella desde temprano las integrantes de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito se sientan en reposeras y se preparan para el día más esperado de sus vidas. Muchas llevan más de 30 años peleando por este derecho. Lo hicieron de manera invisible primero, tejiendo estrategias a nivel local, nacional e internacional, y lo gritaron junto a millones en el Congreso Nacional dos años y medio atrás. El calor pega fuerte en Rosario y la plaza se llena de a poco. El ágora de la capital del aborto legal, el centro de la ciudad sin muertes por aborto clandestino, es el punto de encuentro para dar una vez más la pelea por el derecho a decidir. Mabel, las Silvias, Vivi, Sol, Soledad, Lali y todas las integrantes de la campaña escuchan atentas cada exposición, mientras a su alrededor la plaza de llena de pibas, lesbianas, travestis, trans, no binaries.

La vigilia de Rosario es una más de las 120 que se replican en ciudades de todo el país para acompañar el debate que da el Senado de la Nación en el Congreso Nacional, en otro centro, el de la ciudad de Buenos Aires. Pero la vigilia no es una más porque ninguna lo es. La movilización de este 2020 se adaptó a la pandemia y, en vez de millones en viaje a la capital del país, generó una vigilia federal, cuidada, íntima. Una vigilia en que una vez más aparece el federalismo que los feminismos construyen desde la vuelta de la democracia en la Argentina. Y en esas vigilias, que cada una es particular y distinta, aparece el encuentro de las y les que luchan.

Como el 10 y 11 de diciembre, en la San Martín hay pantalla gigante con transmisión del debate, feria feministas, actividades culturales y sorpresas. La vigilia empezó a las 14 y terminará con la votación, estimada para las 6 de la mañana del miércoles 30.

Hay medidas de cuidado para prevenir contagios, con el uso de barbijo obligatorio, la distancia social y puntos con alcohol en gel. Las y les asistentes llevan ropa fresca y verde, no falta el glitter en las caras y las reposeras y mantas para seguir el debate con comodidad.

Pasadas las 17.30 las integrantes de la campaña dan una conferencia de prensa. Mabel Gabarra, una de las pioneras por el aborto legal, apunta directo a los reclamos de inconstitucionalidad y recuerda que en 1994 las feministas ya ganaron esa pelea en pleno menemismo. También habla de las pibas y dice que con ellas no importa si el aborto sale hoy: están seguras que son la garantía de que el aborto, más temprano que tarde, será ley. Igual, el optimismo le cruza las caras. Son cautas y hasta que no se aprieten los botones no van a cantar victoria pero saben que los poroteos dan mayoría verde. Mientras hablan, la senadora rionegrina Silvina García Larraburu, habla de patriarcado y deconstrucción y anuncia su voto a favor dos años después de votar en contra. El discurso de siente como uno de los primeros goles del día.

Para las 18 el calor no afloja y la convocatoria tampoco. Quienes llegan de trabajar se instalan frente a la pantalla o recorren la feria feminista para sumar verde, pines y glitter a lo puesto.

Minutos antes de las 19 la campaña anuncia que el pañuelazo previsto para esa hora será más tarde porque la plaza quiere escuchar a la senadora santafesina por el Frente de Todos, Marilin Sacnun.

Sacnun, abogada, ataca a los argumentos de inconstitucionalidad de los antiderechos y cierra su discurso dedicando su voto positivo a Ana María Acevedo, Belén, Lucía y todas las pibas que luchan en las calles por el aborto legal.

Pasadas las 20 fue el esperado pañuelazo. Los cánticos feministas coparon la plaza mientras desde el escenario arengaban y decían que Rosario representa los 15 años de la campaña y de la pelea por el aborto legal. Es que, en estas calles, en 2003 empezó a cambiar la historia de la lucha que se construía desde la vuelta de la democracia, cuando por primera vez en la historia argentina los pañuelos verdes salieron a la calle.

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