El final de Newell’s en la Copa Diego Maradona fue decepcionante. En concordancia con lo sucedido en gran parte del torneo, incluso cuando el equipo hilvanó cinco victorias en fila, los dirigidos por Kudelka mostraron una imagen deficiente, con falencias tácticas, una preparación física deplorable, y con rendimientos individuales que acompañaron el bochorno del final. Fue derrota 3-1 ante Racing, para quedarse sin esa final que tenía como motivación extra jugar el Clásico.
Newell’s necesitaba ganar. No podía depender de la fuerza que le pudiera hacer Godoy Cruz a Vélez, y logró lo más importante, ponerse en ventaja frente a un rival que en la cancha se mostraba con mayor dinámica y más plantado.
Una arremetida desprolija de Alexis, encontró claridad cuando la pelota llegó a Maxi, y Palacios definió arriba para dejar en claro que es un jugador de jerarquía. La Lepra había conseguido desenfocar a Racing, pero lejos de tratar de quitarle la pelota, lo dejó seguir jugando.
Una vez más, como en muchos partidos del torneo, el equipo de Kudelka se vio superado físicamente, y eso no tiene relación directa a la edad, ya que el pobre nivel incluye casi a todos.
Pero Newell’s presentó otro problema, una defensa inconsistente, desganada, con jugadores superados constantemente y con un Guanini que a esta altura es un bochorno que Kudelka lo haya dejado tanto tiempo en cancha como titular.
Con Pablo Pérez desenfocado, en especial por los pocos espacios que le dio el rival, apenas el pibe Sforza pudo hacerse cargo del medio, ya que Cacciabue y los laterales tampoco ayudaron demasiado.
Frente a tanta inconsistencia, igualar para Racing no fue un problema. Un desborde a la espalda siempre liberada de Bíttolo y un centro lleno de espectadores sin reaccionar, dejó a Fertoli de frente a la red para anotar el 1-1. Y unos minutos después, tras un pelotazo largo, Gabrielli habilitó a Licha López y, otra vez Fertoli, apareció sólo frente al arco para que la “la ley del ex” sume un nuevo capítulo.
Con Vélez en ventaja, en la segunda parte Kudelka mandó a la cancha a Nacho Scocco, un manotazo de ahogado desesperado, ya que el delantero no estaba físicamente para todo un tiempo.
Así y todo, con pocas ideas y algo de jerarquía, pudo empatarlo Newell’s con un remate de Maxi que se fue besando el palo, y con un zapatazo de Sforza que rompió el travesaño. Un rato antes, Echenique se comió un claro penal a Palacios, que para peor se golpeó al caer y salió con un corte.
Para ayudar al desorden, el DT puso en cancha a Cingolani y Formica por Guanini y Sforza, y el partido pasó a ser bien de potrero. Hasta que en una contra Lisandro López puso el 3-1 y sentenció a la Lepra a quedarse sin final.
No habrá Clásico, pero sí habrá que replantear lo hecho en este raro torneo. Porque el cuerpo técnico, que llegaba en alza y con gran aceptación de los hinchas, mostró debilidades tácticas y en la preparación que desembocaron en un final decepcionante.