La Fundación Vida Silvestre Argentina y el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF) lanzaron una campaña continental para sumar a la sociedad, empresas y gobiernos en la conservación del yaguareté, el Rey Jaguar, como lo llaman en América Latina, donde 53 millones de personas se benefician de los favores ambientales que genera este felino en su hábitat, que está bajo amenaza por la actividad humana.
“Tenemos una oportunidad única de echar a andar un plan audaz y ambicioso que ayude a detener la pérdida de biodiversidad en Latinoamérica. El jaguar habita en bosques tropicales, sabanas, praderas, cadenas montañosas, desiertos y humedales”, dijo Roberto Troya, Director Regional de América Latina y el Caribe de WWF en una video conferencia donde se presentó la campaña Salvemos al #ReyJaguar.
“Estos felinos tienen un papel fundamental en el balance de las cadenas alimenticias y los ecosistemas por ser un predador tope. Son un indicador relevante de ecosistemas sanos”, explicó Troya, y alertó que el jaguar ha perdido el 50% de su distribución histórica en el continente.
Los beneficios del hábitat del yaguareté
Alrededor de 53 millones de personas en América se benefician de los servicios ambientales que se generan en los hábitats del jaguar, que incluyen la provisión de agua, la generación de oxígeno, la polinización de cultivos y la mitigación del cambio climático, ya que los bosques que habita el tercer felino más grande del mundo cubren más de cinco millones de kilómetros cuadrados y capturan más de 125.90 gigatoneladas de carbono.
Históricamente el yaguareté ocupó territorios desde México hasta Argentina, aunque en la actualidad se estima que más del 80% de la población total de yaguaretés está en Brasil, mientras que en El Salvador y Uruguay está extinto.
La situación de la población del felino en el Bosque Atlántico (conocido como la Mata Atlántica en Brasil, como la Selva Misionera en Argentina y como el Bosque Atlántico en Paraguay) es de las “más preocupantes”, reconocieron los especialistas.
Hoy habita menos del 1% de la población de yaguaretés que se estima existieron en esta región, donde la población actual no supera los 300 yaguaretés y se encuentra distribuida en 13 fragmentos aislados.
El Corredor Yaguareté
“Las subpoblaciones fuera de la Amazonía están amenazadas debido a la poca extensión de su hábitat, el aislamiento, una protección deficiente y una alta densidad de población humana.
Es necesario hacer un «corredor jaguar», porque las poblaciones aisladas tienen menos individuos y tienden a extinguirse”, aseguró Margaret Kinnaird, líder de la Práctica de Vida Silvestre de WWF Internacional.
“El 70% de la deforestación en América es debido a prácticas agrícolas no sostenibles. Y si algo nos demostró la pandemia, que surgió de un virus zoonótico, es que nuestra salud está estrechamente ligada a la salud del planeta”, aseveró Kinnaird.
La campaña lanzada hoy tiene como objetivo impulsar acciones que aseguren la conectividad del Corredor Yaguareté. Para ello se juntan firmas en apoyo a la conservación del felino en la web elreyjaguar.org, que serán presentadas en distintos foros internacionales durante este año
De este modo, se invitó a los gobiernos de Argentina, Brasil, Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Surinam a que avancen en la implementación del Plan Jaguar 2030 a través de cuatro vías de acción: cooperación regional, desarrollo e implementación de estrategias nacionales, prácticas productivas amigables con el jaguar, y financiamiento sostenible en 30 paisajes prioritarios.
“Muchas de las acciones que promueve el Plan Jaguar 2030 se enlazan perfectamente con el Plan Nacional de Conservación del Monumento Natural Yaguareté y los planes regionales que la Argentina tiene en vigencia”, indicó Fernando Miñarro, Director de Conservación de Vida Silvestre.
El rol mítico del yaguareté en las poblaciones indígenas
Carlos Manuel Rodríguez, director ejecutivo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), afirmó que “los esfuerzos aislados no nos van a garantizar la supervivencia a largo plazo”.
“Los países que tienen poblaciones de jaguares tiene que trabajar juntos para recuperar las poblaciones”, añadió.
“La recuperación de las poblaciones es más fácil de lo que hemos pensado. El jaguar puede subsistir en poblaciones estables alrededor de los seres humanos, es un animal adaptativo a las condiciones que se le presentan”, aclaró y advirtió que “no vamos a salvar al animal si en los países seguimos invirtiendo en actividades que favorezcan la deforestación y la degradación de los ambientes”.
Por último, desde las organizaciones ambientales se valoró el papel mítico que tiene el jaguar en los pueblos indígenas americanos.
“Es importante rescatar el conocimiento tradicional para la conservación de los jaguares y otras especies. El jaguar tiene una relación espiritual con nuestro pueblo y tenemos que volver a esa conexión que hemos perdido. Tenemos que creer en esa identidad, no solo cuidar al animal”, concluyó Iguaigdigili López, presidenta de la Organización de Mujeres Indígenas Unidas por la Biodiversidad de Panamá.
Según se explica en el sitio jaguar.org, es el tercer felino más grande del mundo, sólo superado en dimensión por el tigre y el león, “y posee la mandíbula más poderosa de todos”.
De nombre científico Panthera onca, distintos pueblos americanos lo llaman ocelotl en nahuatl, balam en maya, nawel en mapuche, uturunku en quechua, namu en bribri y yaguara en guaraní.