Al parecer, la espera de las salas de cine está pronto a terminar y con tan sólo el visto bueno del jefe de Gabinete nacional reabrirían sus puertas con el 30 por ciento de ocupación. Es una noticia digna de celebrar si se tiene en cuenta que el rubro lleva exactamente un año sin trabajar debido a la pandemia de coronavirus. Jorge Llonch, ministro de Cultura provincial, adelantó a este medio que se entregó el protocolo y, de ser aprobado, ir al cine volvería a ser un plan en la provincia, en especial en Rosario donde conviven varias cadenas, tanto nacionales como internacionales.
El Poder Ejecutivo nacional tiene ahora en sus manos la decisión de conceder la habilitación de las salas. Según detalló el titular de la carera cultural de la provincia, este protocolo llevó varios meses y charlas entre los funcionarios de salud y los empresarios de las salas y complejos interesados, siempre sabiendo que para priorizar y cuidar la salud de las y los espectadores y trabajadores del sector se debían cumplir determinadas reglas tantos sanitarias como técnicas.
Porque no sólo se trata de tomar la temperatura a la entrada del lugar, ni aplicar alcohol en gel en las manos, tampoco el uso del tapabocas ni los horarios distanciados para la entrada y salida del público. El protocolo incluye aplicar un filtro en los equipos de aire acondicionado ya existentes “que purifica el aire constantemente”, pero el equipo y su instalación cuestan casi medio millón de pesos, inversión que hasta el momento sólo la cadena Showcase (que reabrió su complejo en Córdoba), Cinépolis y la sala provincial El Cairo Cine Público están dispuestas a llevar adelante, según había detallado el funcionario a comienzos de febrero.
El protocolo oficial detalla que se trata de “Ionizadores bipolares del tipo punta de aguja marca iWave, que utilizan tecnología patentada para crear cantidades iguales de iones positivos y negativos. Cuando estos iones se inyectan en la corriente de aire, descomponen los contaminantes y gases que pasan a ser compuestos inofensivos como oxígeno, dióxido de carbono, nitrógeno y vapor de agua. Cuando los iones entran en contacto con virus, bacterias o moho, eliminan las moléculas de hidrógeno; sin ellas, los patógenos no tienen fuente de energía y mueren. Los iones también se adhieren a alérgenos como el polen y otras partículas, lo que hace que se agrupen hasta que sean lo suficientemente grandes como para ser atrapados por el filtro de aire del sistema de ventilación”.
“Sólo algunas cadenas importantes –señaló Llonch–, tienen el filtro especial y la inyectora de aire que se necesita. Son las exigencias del protocolo nacional para que tanto público como trabajadores estén seguros en un cine”. Y comparó: “Sabemos que esta reapertura es mucho más difícil que la de un teatro, porque el aire acondicionado es central y porque en un complejo de cines las paredes tienen un tratamiento acústico especial, está todo mucho más cerrado y por eso la necesidad de purificar el aire constantemente”.
Por su parte, la compra de entradas será a través de medios digitales y, en el caso de no contar con la tecnología para hacerlo, que se incentive el pago de las mismas por billeteras virtuales o códigos QR para evitar así la manipulación de dinero. Además, se podrán comprar por «burbujas» de hasta seis personas.