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Capacitarse para salvar vidas

El presidente de la Sociedad de Cardiología de Rosario, Carlos Lorente, adujo que el 40 por ciento de las muertes son por causas cardíacas y por ello instó a la población a aprender las técnicas de RCP.

Ante el dato de que el 40 por ciento de los fallecimientos por causas cardíacas se desencadenan por una muerte súbita, la necesidad de capacitarse sobre las técnicas de resucitación cardiopulmonares (RCP), va en aumento. El presidente de la Sociedad de Cardiología de Rosario, el doctor Carlos Lorente, explicó la importancia de esta capacitación, de la cual se hablará en el marco del Simposio de Muerte Súbita que se desarrollará este viernes y sábado a partir de las 8, en las instalaciones del hotel Ariston (Pueyrredón 762). El tema central tendrá que ver con la cardiopatía isquémica y la muerte súbita. Sobre ello se tratará los factores de riesgo cardiovascular y sus controles, la prevención de la muerte súbita en deportes y en pacientes pediátricos, entre muchos otros.

Lorente es también presidente de la Fundación Cardio y manifestó a El Ciudadano que “la capacitación y entrenamiento en resucitación cardiopulmonar (RCP), es una tarea que tiene una enorme importancia, ya que esta capacitación dota, a quien la adquiere, de los conocimientos que le permitirán actuar de inmediato, proporcionando una ayuda necesaria e imprescindible, para salvar la vida de una persona que muere súbitamente”.

Asimismo, agregó que quienes se desempeñen en trabajos que se desarrollan en lugares de concurrencia masiva de gente, o bien aquellos cercanos a enfermos y adultos mayores, o servidores públicos conectados por telefonía u otros medios que puedan ser convocados sin dilaciones a escenas de muerte súbita, deben capacitarse en RCP.

“Ocupaciones como las de profesores de educación física, bomberos, guardia urbana Municipal, empleados administrativos de instituciones de salud o de guarderías, profesionales de la salud, médicos, psicólogos, odontólogos, kinesiólogos, enfermeros, estudiantes de medicina, odontología, enfermería y empleados de áreas expuestas: como hoteles, bancos, casinos, aeropuertos, estaciones de medios de transporte y personas involucradas en actividades de riesgo de todo tipo deben conocer estas prácticas porque cualquiera sea la situación, se puede evitar una muerte súbita”, apuntó. Asimismo, no dejó de mencionar a quienes trabajen en lugar donde se realiza actividad física, o bien aquellos allegados a pacientes con problemas cardiopulmonares.

Según Lorente, cada uno de ellos es denominado “un rescatador”. “Esta denominación debe entenderse como una cuestión de pertenencia estrictamente voluntaria, a un grupo orientado al auxilio de potenciales víctimas de muerte súbita. Es una labor inspirada en sentimientos de solidaridad, altruismo y vocación de servicio, para la que deben reunirse condiciones sin las cuales, no será posible participar activamente”.

Otro dato que brindó el profesional a la prensa local tiene que ver con que el origen de una muerte súbita “puede no estar necesariamente relacionado con enfermedad cardiovascular”. “La mayoría son originadas por un trastorno coronario (entre 70 y 80 por ciento); el 15 por ciento se deben a otras cardiopatías estructurales (congénitas o adquiridas, por virus u otras enfermedades) y el 10 por ciento restante deviene de un trastorno eléctrico primario”. En todos los casos, agregó Lorente, puede ser detectada con un simple electrocardiograma.

Sobre la situación cardiológica en la ciudad y en el país, el presidente de la Sociedad de Cardiología de Rosario señaló a este medio: “Nuestro país, gracias a la excelencia de sus profesionales médicos, paramédicos y de los enfermeros, tiene un muy buen nivel de atención cardiológica en general. Se encuentran en marcha proyectos que mejorarán aún más estos niveles y el deseo de superación no termina nunca, por ende, la situación es y seguirá siendo destacable”.

En tanto, remarcó –no sin preocupación– que cada vez son más los jóvenes que padecen afecciones cardíacas. “Cuando asistimos a lo que parece ser un corrimiento de la franja de pacientes con afecciones cardiovasculares hacia individuos cada vez más jóvenes, no hacemos más que poner en evidencia que los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares se presentan en nuestra población con toda fuerza y agresividad”, sostuvo.

El doctor fue claro al explicar que dadas las largas horas de los jóvenes frente a la computadora o la tevé, lo cual deriva en poca actividad física: “Lleva a su aumento de peso, la suba del nivel de las grasas de la sangre y se exponen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares que en algunos casos y a raíz de estos factores, aparecerán a edades más tempranas que en sus padres y mayores en general”.

Asimismo, alertó sobre otra realidad: “Un factor aún más importante lo constituyen las adicciones como el tabaquismo, el alcohol y las drogas como la cocaína. Fumar, es la causa de muerte evitable en el mundo más frecuente a pesar de lo cual, alrededor del 30 por ciento de nuestros adolescentes y jóvenes lo hace. Con una vida sana, chequeos periódicos y una dieta saludable se estarán evitando muchos factores de riesgo que protegerán su vida”, afirmó.

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