Por Camilo Scaglia *
El bicentenario de la creación de la Bandera de Santa Fe (1822-2022) nos habilita a recordar por qué nuestra provincia decidió tener una bandera cuando ya había una de carácter nacional que nos cobijaba. Comparar, analizar, rememorar y trazar similitudes entre la política de aquellos tiempos y la actual. Pasado y presente de una realidad tan diversa como actual.
La historia y sus procesos nos sirven para saber dónde estamos parados en la actualidad, pero también para tener en claro de dónde venimos. A quienes hacemos política y nos interesa la historia, nos permite ver como determinados actores sociales ante diferentes coyunturas resolvieron una variedad conflictos atravesados por procesos centrales de la vida de un país.
Al cumplirse este miércoles 3 de agosto los primeros 200 años de la creación de la Bandera de Santa Fe, me permito recordar el valor y la determinación de ofrecer una bandera para nuestra provincia. Pero también preguntarme el por qué de la necesidad de contar con una bandera provincial que nos identifique y, al mismo tiempo, marque nuestras diferencias con aquel proceso histórico.
El proceso que termina con la creación de la Bandera de Santa Fe comienza cuando un grupo de personas empieza a sentir una identidad propia años después de la formación de la Primera Junta de Mayo de 1810.
La provincia de Santa Fe adhiere al proyecto de revolución, pero lo hace con características propias. Esas diferencias empiezan a ser más profundas durante los años 1811-1815.
Santa Fe pretendía ser protagonista en temas centrales como el funcionamiento de la economía interna y los tributos que se concentraban en Buenos Aires, capital del antiguo virreinato.
La creación de la bandera de Santa Fe y el deseo de una provincia protagonista se resumen en la figura del Brigadier Estanislao López. Un caudillo con una concepción republicana y popular.
La bandera de Santa Fe, en resumen, representa la fuerza de todos los hombres que comandados por el Brigadier defendieron nuestra tierra. De allí el lema de Los Invencibles como símbolo de los sentimientos federales y la autonomía provincial. El color rojo, por la sangre derramada en la lucha por la independencia. Una muestra de carácter por lo propio y lo territorial. Estanislao López pone a nuestra provincia como pionera en autonomía provincial, en federalismo. No en vano Santa Fe fue la primera provincia en sancionar su propia Constitución en 1819.
Esas banderas de federalismo y disputa con Buenos Aires por la centralidad en los recursos que enarboló la provincia de Santa Fe culmina en la Batalla de Cepeda. A partir de allí toman impulso las ideas federales y arranca otra historia para las provincias argentinas.
Los colores de nuestra bandera tienen que ver con esto. Santa Fe es pionera en los valores propios del federalismo. Nuestra bandera representa la fuerza de los hombres que defendieron nuestra tierra. La frase de La Invencible, por las batallas que Santa Fe le gana al centralismo porteño y un sol naciente que nos habla de la esperanza y el futuro.
Pero esta disputa liderada por Santa Fe hace unos 200 años, hoy sigue vigente. Con otros matices, con distintos protagonistas, con otras formas, pero vigente. Ese orden federal y la disputa constante por la distribución de los recursos nacionales hoy tiene a Santa Fe y el resto de las provincias argentinas clamando por equidad en el costo de la energía, en las tarifas del transporte público y la celeridad para honrar deudas por coparticipación. Una Argentina que insiste con una mirada porteña, centralizando recursos en Buenos Aires y condicionando a las provincias. Un desafío de cara al futuro que deberá contar con la valentía de nuevos hombres y mujeres que basados en los valores de Estanislao López nos permita pensar en un país federal, inclusivo, libre, igualitario y con más derechos para todos.
*Profesor de Historia (UNR) / Director provincial de Desarrollo Territorial del gobierno de la provincia de Santa Fe