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Pablo Ceccarelli, quien fue CEO de Magenta Discos la discográfica a la que pertenecía Rodrigo Bueno, aseguró que la muerte del cantante el 24 de junio del 2000 no fue un accidente vial sino que lo mandaron a matar.
El ex director acusó a los hermanos Jorge y Norberto Kirovsky, los propietarios de la discográfica, de haber sido responsables de la muerte del cantante. “Yo estoy convencido de que a Rodrigo lo asesinaron. Quiénes estuvieron detrás de esta trama, que son los propietarios de la discográfica Magenta”, reveló en el programa de Jorge Pizarro por Radio Rivadavia.
Ceccarelli estuvo a cargo de la dirección de Magenta Discos al mismo tiempo en el que “El Potro” tenía un contrato con la empresa. “Durante mi curso de estadía en el cargo pude ser testigo de muchas actitudes que me hacen creer que ese fue el destino de Rodrigo”, aseguró.
Además, indicó que la discográfica era un ambiente violento y que había conflictos entre el representante del cordobés y la empresa. “Había comenzado una guerra entre el representante José Luis Gozalo y la productora discográfica. Una guerra despiadada con distintas manifestaciones violentas, había violencia fáctica”, detalló Ceccarelli.
“Rodrigo no quería grabar más discos, el último que grabó fue A 2000, que fue el más vendido y más famoso con 250 mil copias y, a pesar que tenía un pacto por 10 años más con la discográfica Magenta, Rodrigo se negaba rotundamente a grabar otro disco. En el ambiente musical un artista que no graba uno o dos discos anuales no rinde”, indicó.
El ex CEO dio a entender que porque Rodrigo no quería cumplir con el contrato, la empresa actuó como una mafia. “Es una mafia, lo cuento ahora porque se disipó el poder que tenía la discográfica en ese momento, imagínese que no estamos hablando solamente de música”, explicó y agregó: “Hoy me siento más seguro, esto me pesaba en la conciencia todos los días, era una mochila que ya no quería soportar”.
Por otra parte, Ceccarelli sostuvo que él ya había hablado sobre esto en su momento pero no recibió el apoyo de los medios: “Nadie del ambiente periodístico me apoyó, solamente Carmen Barbieri, y también fue amenazada. Ante la represalia tuve que venirme a vivir al interior del país donde vivo hace 20 años”, finalizó.