Más allá de su figura talismán antimufa para un par de generaciones, de su coherencia y de su aporte a la cultura argentina desde el tango, al cumplirse este sábado 25 años de la muerte de Osvaldo Pugliese, las voces de 25 pianistas redefinen su legado sonoro en lo personal, grupal y político.
De este modo, pianistas de tango, folclore, músicas populares y clásicas definieron a Pugliese desde el instrumento que los une al gran artista nacido en 1905 y fallecido en 1995, y así aportaron a dimensionar al instrumentista, autor y director.
Hilda Herrera: «Lo que define a un pianista es el estilo que es difícil de definir pero inconfundible para el que sabe escuchar. Pugliese lo tenía por eso la originalidad de su toque».
Ana Robles: «Creador de músicas hermosas que como pianista la rompía. Ha sido el músico más cool de todos».
Juan Esteban Cuacci: «Pugliese está en todas partes. Es mi referente número uno, no sólo en el tango, sino en la música toda. Pugliese está en Duke Ellington, en Gershwin, en Piazzolla, en Troilo, en Stravinsky y en Schoenberg. Sonando con una mano izquierda única y generosa, que nos da la bendición de su tango para que ya sea nuestro tango».
Mariel Barreña: «Cuando tenía 6 años, mi abuelo me dijo «tengo una sorpresa para vos» y ahí estaba mi primer y único piano vertical con la partitura de «Desde el alma», y mi abuelo me dijo que podía tocar unos tanguitos. Pugliese es mi inicio con el piano, es la Patria. Desde lo puramente musical y técnico siempre me llamó la atención el manejo y la conciencia del sonido de la orquesta típica, Pugliese tenía muy claro qué sonido estaba buscando y en eso siempre lo asocié con Beethoven».
Fernanda Morello: «Me acuerdo perfectamente de la primera vez que escuché «La Yumba». Tenía 14 años y mis padres la pusieron en el pasacassete del auto. Me impresionó tanto la potencia de este ritmo. En esa época yo intentaba aprender mi primera obra de Bartok. Había pasado muchos ratos intentando entender de qué se trataban los acentos violentos y rítmicos que mi maestra trataba de enseñarme. Y la vivencia de ese aprendizaje, que habitualmente sucede en la forma que uno menos la espera, me la trajo el pianismo personal y potente de Pugliese. Me impacta la economía gestual, física y musicalmente hablando, la concepción de línea larga lograda desde un fraseo austero en matices, la conexión con la arquitectura armónica tan al hueso. Casi que su aspecto físico parece ser un espejo de su estilo: descarnado, serio, y con una clara y envidiable contundencia».
Matías Martino: «Hay dos aspectos que no dejan de asombrarme en la manera de tocar el piano de Pugliese; su fraseo tan personal, que por momentos te suena hasta equívoco, y en una segunda escucha decís «claro, ahora entiendo, esto es oro en polvo». Y por otro lado, el sonido que le saca al piano, una mezcla de rusticidad con algo campero que no es fácil de explicar. Por momentos tiene una postura arengadora que empuja toda la orquesta, y al mismo tiempo humilde y de bajo perfil, alejándose de virtuosismos cuando le toca hacer un solo. Para ilustrar esto mejor escuchar el solo que hace en «El Andariego» mientras el violín lo contrapuntea, o el solo de «Ojos negros»».
Silvia Teijeira: «Enorme pianista y músico, con su toque preciso de sonido claro y ese fraseo tan suyo. El Maestro Pugliese, con una actitud de vida que forma parte de su legado, nos inspira e interpela».
Diego Schissi: «Pugliese es el inventor de una forma de entender el tango, desde la composición, desde el piano, y más notablemente, desde el sonido grupal inimitable que logró con su orquesta típica. En este punto, es indispensable destacar la naturaleza colectiva de ese milagro. La fuerza de lo colectivo reunida en un sólo nombre que siempre nos trajo buena fortuna y repetimos por siempre».
Sonia Possetti: «En los primeros años de los 90 llegué a ver y escuchar en vivo, en el Centro Cultural Recoleta a Pugliese y su orquesta. Apenas empezaba yo a asomarme al mundo del tango y recuerdo ese concierto como si fuera hoy. Estaba sentada en el piso, a un metro del piano, en una sala repleta de jóvenes escuchando a ese pianista, creador y director que desplegaba el tango frente a nuestras miradas deslumbradas, sonidos de otra época pero de la nuestra también. Con su simpleza y su complejidad, su fuerza y sutileza, articulándose en perfecto equilibrio; ése ha sido mucho el aporte del maestro Pugliese en la música argentina, creador de verdaderos himnos del tango. Influenciando a nuevas generaciones, en lo musical y en lo personal, en su convicciones y en su manera de entender el trabajo de músico».
Nicolás Ledesma: «Representó a un soñador de la época, a un romántico. Es el continuador de una escuela decariana. Destaco muchísimo su fuerza sin demasiadas estridencias. Esa polenta que se necesita para ir adelante con los sueños. Ese rubato ansioso de la orquesta, por algo bueno que está por venir».
Mariano Peresón: «Pugliese es una influencia no sólo para los pianistas de tango sino para todos los que hacemos música argentina. Su modo de atacar con la mano izquierda los graves más profundos lo transformaron en un pianista «legüero», idea que fue tomada por el resto de los pianistas que pensamos a este instrumento como una gran arma percutiva».
Noelia Sinkunas: «Como pianista de tango, Pugliese fue quien más me marcó, primero desde lo tímbrico. «La Yumba», en el piano, me parecía increíble, y mostraba una forma nueva de abordar el instrumento. Me gustó tanto que lo había empezado a imitar sin querer y adoptado como parte mía para siempre».
Gustavo Corrado: «Tuve el placer de estudiar en la Escuela de Música Popular de Avellaneda con su hija Beba y ella contó que su papá cada mañana estudiaba las escalas, pasaba los ejercicios, como si fuese un estudiante de primer año. La mayoría de los que lo amamos, sabemos ver en su gran obra la defensa de su política socialista y los derechos de cada músico, manteniendo la humildad, más allá de haber sido uno de los más grandes maestros del tango».
Hernán Possetti: «Pugliese y su orquesta me cautivaron desde mi adolescencia. Su estilo personal siempre me produjo un estremecimiento visceral, ante todo. Luego, me puedo poner a analizar desde el lado de músico y pianista que soy, cuales son los elementos que me atraen y conmueven, pero una escucha despojada me conecta con el plano puramente emocional. Su orquesta hizo de la manipulación del tempo una herramienta distintiva. El uso del rubato como del arrebatado, ya sea orquestal como en los solos, le confirieron una conmovedora tensión expresiva. Otras características importantes de su estilo orquestal son su particular forma de marcación, la superposición de capas sonoras, la riqueza contrapuntística, los cambios de texturas permanentes, el tratamiento rítmico impregnado de contratiempos y células acéfalas, el gran desarrollo armónico, la importancia dada a los solos y a los solistas».
Shino Onaga: «Como no pude escucharlo en vivo, para mí Pugliese es como una historia grande que tenía una máscara y el cuero de humano. Su cabeza, sus orejas y sus ojos saben todo lo que está pasando, están sonando y hasta lo que vendrá después. Parece que sabe de todo, pero por eso sabe también que no hace falta poner muchas palabras en la música… si suena sólo un compás del ritmo de«La Yumba» en su piano, ordena todo y los demás pueden saber adónde quiere ir».
Ignacio Montoya Carlotto: «En el lenguaje del tango empecé a entender que Pugliese es uno de esos personajes necesarios y fundamentales que de no existir habría que inventarlos. Y como dicen en el fútbol, un jugadorazo tanto adentro como afuera de la cancha».
Santiago Bottiroli: «Una de las cosas que más rescato de Pugliese es su militancia por la música nueva, siempre motivando a todos sus músicos a la creación, dando lugar a lenguajes nuevos sin perder su enorme estilo, incitando a la jóvenes músicos al estudio. Para la Fernández Fierro esto y su pasión por la orquesta son inspiración constante. Como pianista disfruto mucho de sus solos en donde el pulso es pura metáfora y el fraseo poesía».
Lilián Saba: «Pugliese ha sido y es para los músicos argentinos un símbolo de dignidad, coherencia, honestidad, compañerismo y de gran amor por la música. Su exquisita sensibilidad también se ha revelado en el toque pianístico, siempre eligió la profundidad al histrionismo, la claridad conceptual a la especulación discursiva, el aplomo a la velocidad y jerarquizó el valor del silencio en el momento preciso. Asimismo y con natural liderazgo trasladó esas virtudes estéticas a la orquesta logrando una respiración colectiva, un rubato exacto, el matiz perfecto, detalles preciosos que sólo se logran guiados por la convicción de un gran artista».
Juan Carlos Cuacci: «Hoy se me ocurre reflexionar sobre la influencia inspiradora que ejerció en otros músicos. En su mejor época, los componentes de su gran orquesta, terminaron formando las propias con nombres inolvidables en la historia del tango. Pero su cosecha continuó más allá de su vida, ya que esa locomotora rítmica que fue Pugliese motivó el surgimiento de una orquesta de pibes admiradores de su estilo, La Fernández Fierro».
Eduardo Spinassi: «Si me permiten la comparación creo que Adolfo Ábalos es al folclore lo que Pugliese al tango. Lo digo con oídos más folclóricos que tangueros. Y no es casual la comparación. Ambos, sin ser grandes virtuosos del piano, fueron referentes. Y los dos por una cuestión rítmica. Y más específicamente aún, por una cuestión de acentos. La acentuación de nuestro homenajeado de hoy es única e irrepetible».
José Colángelo: «Como pianista fue bastante depurado con una gran personalidad, ensayaba prácticamente a diario porque era muy difícil la forma en que tocaba y aunque no hacía grandes solos eran muy limpios y estaban muy bien hechos».
Sebastián Volco: «Pugliese, como pianista, es una combinación de elegancia, fuerza, sobriedad y virtuosismo. Al escuchar a Pugliese se me genera una sensación parecida a la que siento con Stravinsky, Beethoven, Piazzolla o King Crimson… está presente ese latido universal y ancestral que supera cualquier barrera, impresionando y emocionando».
Paula Suárez: «Pugliese fue un músico excepcional. Su orquesta era capaz de llevar la expresión al máximo. Por un lado los arrebatos rítmicos parecían comprimir y tensar el sonido, y por el otro había momentos en los que la estabilidad armónica y los pedales formaban la base perfecta para un juego melódico delicado. Un capo, sin dudas».
Tito Oliva: «La primera idea que me representa la música de Pugliese es la de su pensamiento del piano como parte de la orquesta, como un instrumento que aporta no sólo desde el aspecto armónico o melódico sino sobre todo rítmico, haciendo referencia a esa cosa que avanza y se desarrolla propia de la época que le tocó vivir».