Juan Alberto Taverna, ex delantero de Banfield que aún mantiene el record de goles marcados en un partido oficial, fue protagonista hace 45 años de un confuso e inolvidable registro: el primer doping en el fútbol profesional argentino desde 1931.
El 15 de abril de 1975, el Tribunal de Disciplina de la AFA daba a conocer que el ex atacante, que también jugó en Boca Juniors, había arrojado resultado positivo en un control antidoping en un encuentro disputado en marzo de aquel año frente a River Plate, en cancha de Racing.
El entonces médico de Banfield había organizado que distintos jugadores del plantel se sometieran a respectivos controles, por disposición de AFA. Un mes después, Taverna conoció el resultado del examen y la dureza del castigo: un año de suspensión por utilización de estimulantes.
El también atacante Luis Roselli, compañero de Taverna en ese Banfield, ofreció una singular visión de lo que pudo haber pasado esa tarde en Avellaneda: «La organización por esos años era un desastre y cualquiera entraba al vestuario; en el partido contra River había en el camarín gente que de ningún modo debería haber ingresado», reconoció el también ex Gimnasia La Plata.
Sin embargo no pasaron siquiera siete meses que la entidad madre del fútbol argentino admitió haber incurrido en un error en el examen del otrora goleador, argumentando que hubo «irregularidades» en el examen. Taverna reapareció en Banfield el 5 de noviembre de ese año, en un partido ante Unión de Santa Fe, por la fecha 10 del campeonato Nacional.
Inclusive, con el propósito de limpiar la imagen del jugador sancionado, se disputó tiempo después un denominado “partido de desagravio” entre Banfield y un combinado de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA).
Fastidioso por haber quedado fuera de competencia por más de un semestre, Taverna afrontaba a los medios periodísticos de aquel período y les decía que lo ocurrido obedecía «a la existencia de un complot, no sé si para perjudicar a Banfield o contra Valentín Suárez», en alusión al titular de la entidad del sur bonaerense que mandaba por ese entonces.
«Lo único que consiguieron fue enlodarme y arruinarme tanto deportiva como humanamente. Soy víctima de un daño moral irreparable», agregaba Taverna, quien falleció a los 66 años en noviembre de 2014, en su ciudad natal, 25 de Mayo.
Pese a la pronunciada inactividad del 75, el atacante vivió una satisfacción al año siguiente, cuando pasó a un Boca Juniors que iniciaba un período de dominación local, de la mano del entrenador Juan Carlos Lorenzo.
Después, el centrodelantero (90 goles en 186 encuentros oficiales) siguió su carrera en Gimnasia y Esgrima La Plata, entidad en la que se retiró en 1981, jugando en la vieja Primera B.
Taverna había vivido su jornada de gloria, unos años antes, un domingo 6 de octubre de 1974, cuando convirtió 7 conquistas en la histórica victoria de Banfield sobre Puerto Comercial de Bahía Blanca, en un cotejo de la fecha 12 del Nacional de aquella temporada.
