Tomada por el fotógrafo de Associated Press (AP) Nick Ut y oficialmente titulada como «El terror de la guerra», la foto muestra como Phan Thi Kim Phuc, quien finalmente sobrevivió a las heridas, corre entre el humo, otras víctimas y los soldados.
Phuc escapaba aquella mañana del pueblo de su infancia, Trang Bang, a 45 kilómetros al noroeste de Saigón, que había sido ocupado por fuerzas comunistas del norte del país mientras el ejército de Vietnam del Sur había pasado tres días tratando de expulsarlos. Aquella mañana, la fuerza aérea del sur envió aviones Skyraider propulsados por una hélice para arrojar napalm, una sustancia que causa quemaduras graves y se adhiere a los objetivos.
La niña y su familia, refugiados con otros civiles y soldados de Vietnam del Sur en un templo budista, huyeron tras escuchar los aviones de su propio ejército en lo alto y el grupo fue confundido con el enemigo.
“Todavía recuerdo lo que pensé. Pensé: «Dios mío, me quemé, seré fea y la gente me verá de otra manera». Pero estaba tan aterrorizada”, recordó Phuc, quien se instaló en Canadá en 1992 como asilada y desarrolló ahí su vida, sobre lo que pensó en el instante de la foto.
Ut, el fotógrafo vietnamita que solo tenía 21 años, estaba entre los periodistas que, fuera de la aldea, esperaban más conflictos ese día. Al ver a la niña corriendo, decidió subirla junto a otros quemados a su auto y los llevó a un hospital cercano a media hora de distancia. Pero al llegar, le dijeron que no había espacio, y que tendría que llevarlos a Saigón. Ut, finalmente, convenció a los médicos de que los acogieran mostrándoles su credencial y diciéndoles que la imagen de los niños se verían en los diarios de todo el mundo al día siguiente.
Más tarde, en la oficina de AP en Saigón, Ut reveló aquel rollo y supo que la imagen de la niña se destacaba entre las demás. Recibió el premio Pulitzer en la categoría de Fotografía de Noticias en 1973 y fue nombrada World Press Photo of the Year después de que apareciera en las portadas de más de veinte diarios estadounidenses. Pero el impacto fue principalmente simbólico: «Niña de napalm» se convirtió en un símbolo de la resistencia contra la guerra.
Cincuenta años después de aquella escena, la protagonista y el fotógrafo trabajan en la difusión del mensaje antibelicista. La semana pasada, Phuc y Ut participaron de la catequesis del papa Francisco en Roma en primera fila, recibieron su saludo y le entregaron una réplica de la mítica imagen, en un contexto internacional signado por la guerra que ya lleva más de cien días entre Rusia y Ucrania.