Search

A 50 años del triunfo electoral de Cámpora que puso fin a la proscripción del peronismo

El 11 de marzo de 1973, el delegado de Juan Domingo Perón encabezó la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) en un contexto de amplia movilización política y social. Fue la coronación de un proceso marcado por la consigna "Luche y Vuelve", en las paredes de todo el país

Leonardo Castillo/Télam

Héctor J. Cámpora, un médico odontólogo con una vasta trayectoria de militancia en el justicialismo y delegado personal de Juan Domingo Perón en Argentina, era electo hace 50 años -el 11 de marzo de 1973- presidente constitucional de Argentina al imponerse con más del 49 % de los votos en unos comicios que significaron el final de la proscripción que el peronismo había sufrido durante 18 años y signaron la salida de la dictadura militar que lideraba el general Alejandro Agustín Lanusse.

Cámpora encabezó la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), una alianza de partidos que acompañaron al peronismo en esas elecciones que se desarrollaron en el contexto de una amplia movilización política y social que había puesto en jaque al poder castrense.

El estallido del Cordobazo en 1969 y el surgimiento de las organizaciones armadas de extracción peronista (Montoneros, FAR, FAP y Descamisados) y de izquierda (ERP) pusieron en crisis, primero, la continuidad de la dictadura de Juan Carlos Onganía, y luego, el proyecto del Gran Acuerdo Nacional (GAN) con el cual los militares pretendían tutelar la transición democrática.

En este contexto, fueron los sectores juveniles del peronismo y las agrupaciones de superficie de la organización Montoneros las que tuvieron una presencia central en las movilizaciones y actos que caracterizaron la campaña electoral de Cámpora en ese verano de 1973.

«El Tío», era el apodo que le habían dado los militantes peronistas a este dirigente oriundo de la localidad bonaerense de San Andrés de Giles que había sido presidente de la Cámara de Diputados durante el gobierno de Perón y convencional constituyente en 1949.

Tras el golpe de Estado de septiembre de 1955, Cámpora sufrió la persecución y la cárcel, y en 1957 protagonizó junto a Jorge Antonio, Guillermo Patricio Kelly, John William Cooke, Pedro Gomis y José Espejo (un grupo de presos que condensaba en esas figuras las más diversas tendencias que integran el peronismo), una espectacular fuga desde el penal de Río Gallegos hacia Chile.

En 1965, durante el gobierno del radical Arturo Illia, el peronismo pudo participar en las elecciones intermedias pero sin poder utilizar el nombre de su líder ni la simbología del justicialismo, y Cámpora es electo concejal de San Andrés de Giles.

Un año después, tras el derrocamiento de Illia, el dirigente vuelve a la militancia peronista contra la dictadura de Onganía, en un contexto de radicalización de los sectores sindicales y políticos.

En 1970, el régimen militar comenzó a mostrar signos de desgaste y comenzó a negociar una salida política con los partidos

Perón, exilado en Madrid, designó como su delegado personal a Jorge Daniel Paladino, de una tendencia dialoguista, pero el crecimiento de la denominada «tendencia revolucionaria» del peronismo hizo que el viejo líder cambiara de estrategia.

Cámpora pasó a ocupar el lugar de Paladino en 1971, Juan Abal Medina sería el secretario general de Movimiento y a Rodolfo Galimberti referente de la Juventud Peronista.

A estos dirigentes se sumaba el metalúrgico José Ignacio Rucci, quien quedó al frente de la CGT.

El viejo líder comenzó así a preparar su retorno a Argentina que comenzó con la normalización del Justicialismo, que a principios de 1972 obtiene personería jurídica como partido político.

En junio, Cámpora asume la conducción del Consejo Superior del PJ y poco después la dictadura establece que quienes deseen presentarse como candidatos en las elecciones tenían plazo hasta el 25 de agosto para presentarse en Argentina.

Perón no quiere quedar sujeto a un calendario fijado por los militares y es cuando Lanusse, en un acto en el Colegio Militar, declara que al fundador del Justicialismo «no le da el cuero» para volver a Argentina.

En las paredes de las ciudades más importantes del país aparece una pintada que expresa el sentimiento peronista de aquellos días: «Luche y Vuelve».

Perón regresa por primera vez a Argentina el 17 de noviembre; constituye el Frejuli y renuncia a la candidatura presidencial.

Luego, a mediados de diciembre, el ex presidente regresa a Madrid y se proclama la postulación de Cámpora, al frente de una fórmula que compartirá con el conservador popular Vicente Solano Lima.

La dictadura había fijado la fecha de las elecciones para el 11 de marzo y el 25 de mayo se entregaría al poder a las autoridades electas.

En enero de 1973, el Frejuli lanza su campaña con un acto en San Andrés de Giles, el terruño natal del «Tío», y se define la consigna que acompaña las actividades proselitistas de ese frente: «Cámpora al gobierno, Perón al Poder».

La Juventud Peronista asume un rol protagónico en actos que son cada vez más multitudinarios, pero esa efervescencia de campaña choca con las intentonas de un régimen que pretende condicionar el proceso electoral.

El fiscal general Gervasio Colombres pide el 28 de enero la disolución del Frejuli, algo que es rechazado por la opinión pública y que en los hechos resultaba impracticable, y el gobierno decreta por esos días que Perón no puede volver a Argentina hasta que asuma un nuevo gobierno.

El cierre de campaña se llevó a cabo el jueves 8 de marzo con un acto en la cancha de Independiente, en Avellaneda, que congregó cerca de 70 mil personas.

Las elecciones se realizaron el domingo y el Frejuli obtuvo el 49.56 % de los votos, lo que significaba casi 6 millones de voluntades, mientras que la UCR, con la candidatura de Ricardo Balbín había cosechado el 21.29 % de las voluntades emitidas.

En función de las disposiciones que se había fijado, el gobierno oficializó los resultados y convocó a una segunda vuelta electoral, pero Balbín desistió de participar y Cámpora quedó proclamado como presidente.

El 25 de mayo, Cámpora se convirtió en el primer presidente de un gobierno peronista tras 18 años de proscripción en medio de una Plaza de Mayo colmada que insultaba a las autoridades militares salientes.

Los presidentes Salvador Allende, de Chile, y Osvaldo Dorticós, de Cuba, estuvieron presentes en la asunción de Cámpora.

Por la noche, una multitud se movilizó a las cárceles, y en especial a la de Villa Devoto, para reclamar la liberación de los presos políticos, y horas después el Congreso recientemente electo proclamaba una amnistía general que incluía a los militantes de las organizaciones armadas y a los militares que habían cometido delitos en el contexto de la represión.

Las tensiones internas y las pujas de poder dentro del peronismo limitaron el campo de acción del gobierno de Cámpora.

Las diferencias entre la izquierda y la derecha del peronismo se dirimieron a sangre y fuego el 20 de junio en Ezeiza, cuando millones de personas esperaban lo que sería el segundo y definitivo regreso de Perón al país.

El gobierno de Cámpora quedó herido de muerte tras esos sucesos y se vio forzado a presentar la renuncia junto con Solano Lima.

Tras 49 días, la denominada primavera camporista llegó a su fin el 13 de julio con la asunción de Raúl Alberto Lastiri como presidente provisional, quien convocó a elecciones que se realizaron en septiembre y en las cuales Perón obtuvo un categórico triunfo al alcanzar el 62 % de los votos.

Cámpora se retiraría de la vida pública volviendo a San Andrés de Giles. A pesar de haber sido raleado por la dirigencia del Justicialismo y el propio Perón, siempre mantuvo su filiación peronista, aunque en 1975, el gobierno de Isabel Perón lo expulsó del Partido Justicialista. La llegada de una nueva dictadura lo tuvo como blanco y en la noche del 24 de marzo de 1976, salvó su vida refugiándose en la embajada de México en Argentina.

En 1979, los militares permitieron que saliera del país cuando se encontraba gravemente enfermo de cáncer. Murió un año después en la ciudad de Cuernavaca, en México.

Sus restos fueron repatriados en 1991, y depositados en San Andrés de Giles, donde descansan desde entonces.

Cámpora pasó a la historia como un hombre leal a Perón que encabezó un triunfo electoral que puso fin a 18 años de proscripción.

10