Especial para El Ciudadano
Por más de un millón de votos a favor, se impuso en las elecciones provinciales Maximiliano Pullaro, un nuevo gobernador radical. Desde 1966 la provincia no cuenta con un representante de la Unión Cívica Radical (UCR) cuando fue sacado del lugar que lo habían puesto los santafesinos, Aldo Tessio que había sido electo junto al ex presidente Arturo Illia. Los gobiernos radicales en Santa Fe se caracterizaron por tener dirigentes de distintas posiciones políticas, más de derecha o más de izquierda. Se pueden proponer tres períodos, entre 1912 y 1930, entre 1937 y 1943, y entre los intersticios que permitieron las dictaduras militares durante la década de 1960 cuando, y no es un dato menor, estuvo proscrito el peronismo. A lo largo de la historia existieron radicales progresistas o conservadores, ligados a los conservadores o defensores de la democracia. ¿Cómo será el gobierno de Pullaro?
Haciendo punta
En 1912, apenas se votaba la Ley Sáenz Peña de ampliación del sufragio electoral que permitía un voto universal (bastante restringido porque dejaba afuera a las mujeres), obligatorio y secreto, y en Santa Fe se imponía la fórmula Manuel Menchaca – Ricardo Caballero. Aunque la ley no era aplicada aún, se había puesto en marcha con el gobierno de Roque Sáenz Peña la posibilidad de mayor transparencia en las elecciones, lo que permitió el fin de los conservadores en Santa Fe y el triunfo de sus opositores, los radicales. Ese primer gobierno de la UCR tuvo gestos con los sectores populares con un acercamiento a los chacareros del Grito de Alcorta y a los trabajadores. Sin embargo, las diferencias entre el gobernador y el vice, que era obrerista, en la huelga de tranviarios de 1913 en Rosario, además de cuestiones internas de la UCR, produjo la primera división en la UCR entre los alineados al Comité Nacional y los Disidentes.
En 1916 triunfó en la provincia Rodolfo Lehman, representante de la UCR Disidente quien debió atravesar una de los principales ciclos de protesta obrera iniciado en 1917 y, sin lograr hacer comulgar a los nordistas, que eran más conservadores, con los sudistas, debió renunciar en diciembre de 1919. En su lugar asumió el presidente de la Cámara de Diputados, Juan Cepeda (1920) quien provenía del conservadurismo y era un importante caudillo del sur santafesino. Su gobierno estuvo caracterizado por la represión a los trabajadores y la llamada “masacre de plaza San Martín”, el 30 de agosto de 1920, atestigua ese proceder.
Las elecciones de ese año y el apoyo clerical permitieron en triunfo de Enrique Mosca (1920-1924) quien continuó con ese estilo político siendo el responsable de la matanza obrera en La Forestal. Su continuador Ricardo Aldao (1924 – 1928), si bien no llegó tan lejos, mantuvo la misma línea represiva y su fuerza de seguridad llegó a conocerse como la “Policía brava de Aldao”. En estos dos mandatos de inicios de la década de 1920, mientras el país se recuperaba de la crisis económica de la Primera Guerra Mundial, se tomaron grandes deudas que perjudicaron a las cuentas provinciales y, con Aldao se promulgaron leyes a favor de los trabajadores provinciales.
En 1928, triunfó Pedro Gómez Cello que pertenecía al ala progresista del radicalismo y al yrigoyenismo, y se oponía a la represión obrera. Su gobierno también se vio signado por protestas obreras en Rosario y el sur santafesino, además de un enfrentamiento con el presidente Hipólito Yrigoyen que terminó quitándole el apoyo. La crisis de 1929 que puso fin al liberalismo en el mundo, sin embargo, puso en jaque a ambos gobiernos. Por último, la dictadura militar terminó abruptamente con esas administraciones el 6 de septiembre de 1930.
Con ayuda del fraude
El segundo periodo de gobiernos radicales se inició con un gran fraude electoral que dio el triunfo, durante la Década infame, a Manuel María de Iriondo de la UCR Santa Fe en 1937. Después de la breve y pésima experiencia de la primera dictadura militar que, al igual que otras no resolvió ningún problema y empeoró la situación económica, en Santa Fe gobernó el Partido Demócrata Progresista (PDP) con Luciano Molinas. Este gobierno iniciado en 1932 buscó imponer la Constitución de 1921 que tenía elementos liberales, entre ellos, la educación laica en Santa Fe y con cierta intervención estatal. Sin embargo, en 1935 triunfaba en las elecciones el radical de izquierda Amadeo Sabattini y el gobierno nacional de Agustín P. Justo (de conservadores, radicales y socialistas independientes) no admitió otra oposición y decidió intervenir Santa Fe para, con ayuda del fraude electoral, imponer a su candidato, Manucho Iriondo.
Iriondo buscó limpiar su imagen con obras públicas en rutas, puentes y silos en puertos, y pavimentado de la ciudad de Rosario. Su continuador, Joaquín Argonz (1941-1943) también buscó lavar su gestión con intervención estatal en salud pública. Es cierto que estos gobiernos contaron también con mucha oposición también de dirigentes de la UCR aunque, entre 1913 y 1930 también los radicales estuvieron muy divididos.
Radicalismo desarrollista
En 1958, mientras Arturo Frondizi triunfaba como presidente con la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), con el apoyo de votos peronistas, en Santa Fe Carlos Silvestre Begnis se impuso como gobernador. Al igual que a nivel nacional, el nuevo gobernador radical buscó imponer políticas del desarrollismo, es decir una industrialización que llevara al país a desarrollarse en base a la industria pesada y que tenía entre sus principales objetivos a las automotrices, la metalúrgica y la petroquímica. Aunque iniciado desde antes, este proceso dio pasos para conformar lo que conocemos como “el cordón industrial”. Su continuador fue Luis Cándido Carballo quien era intendente de Rosario y se había propuesto “modernizar” a la ciudad. Pero éste no llegó a asumir debido al golpe de Estado de 1962.
En 1963 fue electo, del sector más conservador de los radicales, Aldo Tesio de la UCR del Pueblo (UCRP). Este gobernador coincidió con el mandato del presidente Arturo Illia quien intentó llevar adelante una política en oposición a los intereses de las grandes empresas, en especial las farmacéuticas siendo ese uno de los motivos del golpe de Estado que lo derrocó en 1966. Tesio llevó la misma suerte y años más tarde se unió al Movimiento de Renovación y Cambio que lideró Raúl Alfonsín quien supo oponerse a la última dictadura militar y defender la democracia.
De cara al futuro
En la noche del 10 de septiembre, el escenario triunfal de Maximiliano Pullaro estuvo adornado por banderas radicales y, en varias oportunidades se subrayó que el triunfo pertenecía al radicalismo. Incluso se coreó varias veces el nombre de Raúl Alfonsín. Más tarde aparecieron los representantes del PRO, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y las banderas dejaron el primer plano. Eso lleva a muchas preguntas.
¿Qué características tendrá este futuro gobierno en Santa Fe?, ¿qué elementos recogerá de su historia?, ¿tendrán más importancia los radicales conservadores o los progresistas?, ¿lograrán autonomía o, como en los 30 los conservadores marcarán su agenda?, ¿buscarán políticas progresistas de Caballero o Gómez Cello?, ¿qué significa que se haya revalorizado a la figura de Alfonsín?, ¿habrá una oposición a las ideas neoliberales?
Esas son algunas preguntas que la historia no puede responder pero que permite reflexionar.