A contramano de lo que pasa en el departamento Rosario, que terminó el año con la cifra récord de 287 asesinatos, el departamento Santa Fe finalizó 2022 con un descenso por tercer año consecutivo que registró 66 muertes dolosas. No dejan de ser números alarmantes. Los crímenes durante el año pasado se cobraron 405 vidas a lo largo y ancho del territorio santafesino, según un informe preliminar del Ministerio de Seguridad provincial.
De acuerdo a esos datos, en el departamento que corresponde a la capital se registraron 66 asesinatos durante 2022, cifra mucho menor que los 80 cometidos en 2021 y los 93 de 2020.
La mayoría de los hechos fueron cometidos en contextos de conflictos interpersonales y más del 90 por ciento de las víctimas eran varones jóvenes, de entre 15 y 34 años, radicados en barrios de zona sur y noroeste.
El descenso en la tasa de homicidios por tercer año consecutivo da respiro a los funcionarios santafesinos. El secretario de Política y Gestión del Ministerio de Seguridad, Jorge Fernández, dijo en medios locales que “es una baja sustantiva” si se la compara con 2014, cuando registraron 155 homicidios que convirtieron al distrito en el más violento de la provincia, incluso por arriba de Rosario, que hoy por hoy batió todos los récords y se transformó en una de las ciudades con mayor tasa de homicidios de país en relación a su cantidad de habitantes.
Por eso, el descenso en la zona de la capital provincial va a contramano de las estadísticas que registra Santa Fe en general, donde el número de víctimas letales crece año tras año.
El incremento es notorio. En 2022 se cometieron 405 homicidios en Santa Fe, superando por más de 40 vidas las 361 víctimas que dejó 2021. Durante 2020 se registraron 377 asesinatos, cifra superior a los 338 de 2019.
El departamento Rosario es uno de los que disparó esos números, con un lamentable 2022 que marcó un récord histórico con 287 homicidios, la cifra más alta desde que se realizan estadísticas oficiales que habían quedado alteradas en 2013 con 217 muertes.
Una nueva ola de ataques brutales en contextos de narcocriminalidad superó ese umbral y nada promete que la violencia vaya a ser controlada. Casi el 90 por ciento de los crímenes fueron cometidos con armas de fuego y hubo tres veces más mujeres víctimas que en 2021 en hechos que en su mayoría no estuvieron vinculados a la violencia de género sino a tramas de economías ilegales.