Entre 2012 y 2013 el Conicet financió las primeras expediciones de la historia argentina focalizadas en el estudio y la exploración de la fauna de aguas profundas –fundamentalmente peces y comunidades de invertebrados marinos– del Atlántico Sudoccidental.
Se trató de tres campañas a bordo del buque Puerto Deseado, bautizadas como Talud Continental (I, II y III), que tuvieron lugar en aguas situadas frente a Mar del Plata y que incluyeron el talud continental y el cañón submarino Mar del Plata. En el marco de estas campañas se pudieron obtener muestras biológicas de aguas de entre 200 y hasta aproximadamente 3500 metros de profundidad, lo que representó un hito para la investigación biológica marina argentina.
Investigadores e investigadoras del Conicet de diferentes institutos y laboratorios que formaron parte de las campañas, reunidos en el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina, realizaron recientemente un informe en el que se da cuenta de los importantes avances conseguidos en el conocimiento de la fauna del cañón submarino Mar del Plata a lo largo de una década, a partir de las muestras biológicas obtenidas en aquellas expediciones.
Gracias a estas campañas se pudieron desarrollar once líneas de investigación diferentes, de las que participaron científicos y científicas de instituciones nacionales ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Puerto Madryn y Ushuaia.
La productividad científica de las campañas
“Los estudios que se realizaron a partir de las campañas Talud Continental son hasta ahora la principal fuente de información que tenemos sobre las comunidades de invertebrados y peces de aguas profundas frente a la provincia de Buenos Aires”, destaca Valeria Teso, investigadora del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACNBR, Conicet) e integrante del grupo originario que participó de aquellas expediciones.
Desde el punto de vista científico, las campañas resultaron altamente productivas: “Se ha generado una gran cantidad de información científica, reflejada en las 62 publicaciones en revistas indexadas y 59 presentaciones a congresos nacionales e internacionales referidas a la temática de aguas profundas”, señala el informe.
El conjunto de estas publicaciones abarca el estudio de diferentes grupos taxonómicos (anémonas, corales de aguas frías, erizos, estrellas, pepinos, caracoles, bivalvos, ascidias, crustáceos, peces y sus parásitos), desde diferentes líneas de investigación, tales como taxonomía, biología reproductiva y biogeografía.
Por otro lado, el informe destaca que estas expediciones tuvieron un importante impacto en términos de formación de recursos humanos, dado que a partir del material recolectado se pudieron realizar numerosas pasantías de estudiantes de grado, ocho tesis de licenciatura, once tesis de doctorado (cuatro de ellas finalizadas), estancias de posgrado e ingresos a la Carrera del Investigador Científico del Conicet en los diferentes laboratorios participantes.
Preguntas generales que guiaron las campañas
“Para obtener las muestras, nosotros hicimos 64 lances en el cañón submarino Mar del Planta. Los lances son las bajadas de la red con algún arte de pesca (en general red o rastra). Fue bastante difícil poner a punto el arte de pesca, porque a esas profundidades uno sólo sabe si se trata de un fondo duro o blando, pero no mucho más y además manejar los cables que se usan para hacer descender el arte de pesca a eso niveles de profundidad es realmente muy complejo. Una vez que salían los animales, cada uno de los especialistas que estaba arriba del barco tomaba el material que era de su interés para empezar a procesarlo de inmediato”, indica Guido Pastorino, investigador del Conicet en el MACNBR y jefe científico del buque durante las campañas Talud Continental.
De acuerdo con Pastorino, dado lo poco que se conocía del área, las campañas se emprendieron a partir de una serie de preguntas generales, vinculadas a la diversidad, taxonomía, filogenia, patrones de distribución, asociaciones biológicas y biología reproductiva de los diferentes grupos de organismos encontrados, para luego tratar de vincular esta información con la de lugares más explorados.
En este sentido, el informe destaca que conocer la biodiversidad de los organismos de aguas profundas, cómo se distribuyen, así como sus interacciones con otras regiones profundas del globo y de aguas someras, es de gran utilidad para poder usar adecuadamente estos recursos biológicos, además de permitir establecer el impacto que puede causar la extracción de minerales e hidrocarburíferos, y así proteger la gran riqueza de dichas áreas.
Algunos resultados
“Para dar una idea de lo que representaron estas campañas, los buques de pesca alcanzan menos de cien metros de profundidad y nosotros llegamos hasta 3500 metros. La poca información biológica que teníamos de aguas profundas cercanas a nuestra área de estudio provenía de tres campañas extranjeras: la de la corbeta inglesa B/O H.M.S Challenger (1872–1876), que hizo una única estación a aproximadamente 1100 metros de profundidad frente a la provincia de Buenos Aires, la del buque alemán B/O Walter Herwig, que tomó muestras de hasta 1200 metros de profundidad en aguas territoriales argentinas a fines de los años 60 y principio de los años 70, y la 60ª campaña del buque norteamericano B/O Atlantis II, en 1971, que realizó unas 18 estaciones entre 497 y 5000 metros de profundidad, frente a las provincias de Buenos Aires y Chubut. Pero hay que tener en cuenta que el material recolectado en esas campañas no fue depositado en museos locales como reservorio para la investigación”, señala Pastorino.
Aunque algunos de los grupos de organismos muestreados coinciden con aquellos que suelen ser hallados en aguas profundas a nivel global, como cnidarios, moluscos, equinodermos, ascidias, crustáceos y peces, una porción importante de la fauna encontrada en el cañón submarino Mar del Plata no había sido registrada antes en ningún otro lugar del planeta.
“Nuestra idea es poder avanzar con el estudio de otros sistemas de cañones submarinos frente a la Argentina, como el Ameghino (frente a la provincia del Chubut), para poder comparar la fauna que encontramos con la de otras aguas profundas situadas frente a nuestro país”, explica Pastorino.
Los resultados aparecen en el informe resumidos en dos grandes secciones: “Diversidad bentónica en aguas profundas”, en la que se da cuenta de la situación general de algunos de los grandes grupos de organismos encontrados (corales de aguas frías, equinodermos, moluscos, crustáceos, peces, parásitos de peces, ascidiofauna y turbelarios marinos de vida libre), y “Ecología de la reproducción en aguas profundas”, en la que se sintetizan las diversas estrategias de reproducción de los invertebrados y peces encontrados.