La tranquilidad del barrio de Villa Martelli, en el extremo sudoeste del partido bonerense de Vicente López, se vio interrumpida por una tragedia: el cuerpo de María Imbrogiano (50) yacía sin vida en su domicilio, con profundas heridas cortantes en el cuello.
Para los investigadores se trata de un crimen, y el principal sospechoso del crimen es su hijo, Agustín Imbrogiano, de 18 años, apodado «La gatita de Warhol», quien fue detenido tras una serie de evidencias que desmintieron su versión de los hechos.
Según informaron fuentes policiales, Agustín alegó inicialmente que su madre se había quitado la vida. Sin embargo, las heridas en el cuerpo de la víctima, las marcas en las manos del joven y el hallazgo de elementos manipulados y lavados en la vivienda apuntaron rápidamente a un homicidio.
«Su relato no era creíble. Las heridas de la víctima eran incompatibles con su versión, y él mismo presentaba lesiones que no pudo justificar», indicaron los investigadores. Para ellos, la degolló en la madrugada de este jueves. Y tenía antecedentes violentos y hasta una medida de restricción de acercamiento a su madre, a quien despectivamente llamaba “Cachucha”.
La fiscal Lida Osores Soler, a cargo del caso, ordenó una autopsia para determinar con precisión la hora y causa de la muerte, mientras que personal de Policía Científica realizó peritajes y buscó rastros que pudieran indicar una secuencia de los hechos en la escena, para recolectar evidencias ante la certeza de que se trató de un crimen.
Según un medio local, las y los vecinos de Villa Martelli quedaron conmocionados por el hecho, pero como parte de una larga saga de violencia intrafamiliar, una situación que se repetía en la familia. Según registros policiales, tanto Agustín como otro hermano habían sido denunciados previamente por agresiones a su madre, lo que pone de relieve un contexto que terminó con un desenlace fatal. Según medios locales, la denuncia última se sumó a continuos episodios de agresiones físicas y verbales que mantuvieron con la víctima.
Además, su perfil en redes sociales revela una relación conflictiva con su madre, expresada a través de publicaciones y estados de Whatsapp en los días previos al crimen. “Qué feo y doloroso que tu propia madre no entienda que te sentís mal”, escribió Leandro antes de la pelea fatal.
Entre los mensajes rescatados también se encontró un chat en el que la mujer le decía: «Andá al psicólogo, psicópata narcisista». En otra publicación, Leandro reflexionaba sobre su vida: «A pesar de que me echaron de casa, de que estuve detenido, de que quisieron abusar de mí ahí adentro –comisaría–, no me rindo».
Leandro había sido detenido anteriormente por agresiones a su mamá y por violar la medida perimetral que ella había pedido. La relación entre ambos estaba marcada por constantes conflictos, incluso económicos. Allegados al joven lo retrataron así: “La vivía a la madre básicamente. Le gastaba mucha plata en joda, no se perdía ningún finde».
La vida nocturna también era un factor relevante en su entorno. Según testigos, Leandro era un habitué de las discotecas gay, donde protagonizó violentos enfrentamientos que quedaron registrados en videos.
“Hoy te dejo entrar, mañana ya no…”, le escribió su madre en uno de los diálogos de Whatsapp, que expusieron cómo era la relación que mantenían.
Según trascendió, fue el novio de Agustín Imbrogiano, Leandro, quien llamó al número de emergencias: “Hola, sí, tengo un fallecido. Hubo una discusión muy fuerte acá en la casa entre mi novio, que era el hijo de ella, y se fue muy de las manos”.