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A falta de playa, buena es la pileta

La pileta del parque Alem registró este verano el nivel de asistencia más alto de los últimos 26 años, a partir de la crecida del río que obligó a clausurar la Rambla Catalunya e hizo difícil disfrutar con normalidad de La Florida.

El complejo de piletas del parque Alem tuvo un récord histórico de asistentes durante la temporada de verano. Tras finalizar el ciclo estival el domingo pasado, desde la administración del mencionado espacio confirmaron ayer que se registraron cerca de 60 mil visitantes desde el 1º de diciembre al 27 de febrero, cifra que superó por un amplio margen a la del año anterior durante el que se contabilizaron poco más de 45 mil bañistas. Atribuyen el fenómeno al aumento del nivel del río y la consecuente restricción para asistir a playas en distintos sectores de la ciudad.

Si bien el gerente de la Empresa del Estado Municipal Costanera Rosario, Lucas de la Torre, consideró que la tendencia estuvo marcada por los cambios y nuevos servicios que año a año se realizan en el natatorio público ubicado sobre avenida Presidente Arturo Frondizi, en la zona norte de la ciudad, admitió que “la escasez de playas a causa de la crecida del río fueron  también factores fundamentales”. En tanto, pese al mal tiempo y el nivel del Paraná, el balneario La Florida nunca cerró sus puertas y continuará abierto hasta fines de este mes.

Muchas zonas de playa, tanto públicas como privadas, tuvieron que restringir el acceso o cerrar definitivamente durante el verano. Un caso de ello es la Rambla Catalunya, que se volvió inoperable por el avance de las aguas; y también fue lo que ocurrió con dos emblemáticos paradores de las islas. En este sentido, De la Torre explicó que “más allá de la crecida, que hizo que muchos espacios vinculados a la actividad náutica se vieran acotados para funcionar, en La Florida estuvimos a pleno”.

Con casi la mitad de playa

“La altura del Paraná comió casi un 40 por ciento del ancho de arena que habitualmente tiene el balneario público, aunque nunca lo afectó a lo largo, que es de aproximadamente 400 metros”, indicó el gerente de Costanera Rosario. Además, aseguró que otro factor crucial fue la valla de contención con que cuenta el lugar, que impidió la llegada de camalotes.

“Eso no ocurrió con otros espacios de playa de la ciudad que se vieron muy afectados. Nosotros tuvimos un espejo de agua siempre en condiciones”, dijo De la Torre con respecto a la convocatoria de La Florida, al tiempo que destacó la tendencia de los bañistas a concurrir a las piletas públicas.

En especial, los natatorios más elegidos fueron los del parque Alem, sobre las que el funcionario aseguró que “la Municipalidad lleva registros aproximadamente desde principios de 2000 y desde entonces hasta la actualidad es la primera vez que se registra este número de asistentes”.

Finalmente, el responsable de Costanera Rosario recordó que el balneario público estará abierto hasta fines de marzo.

“Más allá de esta cuestión climática que se dio en enero y febrero, estamos en una cifra similar a la del año pasado y, en caso de tener buen tiempo durante los fines de semana que restan de este mes, estaríamos superando el numero de 2015 cuando tuvimos fines de semana con altas temperaturas y más de 7.000 asistentes”, concluyó.

Los paradores de las islas fueron los que peor la pasaron

El cruce a los paradores de las islas ubicadas frente a la zona del centro de la ciudad son sin dudas unas de las atracciones veraniegas más elegidas, en especial por parte de los más jóvenes. Sin embargo, el estado de estos espacios, cuyas zonas de playa se vieron afectadas de manera notoria por la crecida del río y las tormentas reiteradas, hizo que el 1º de enero pasado dejaran de zarpar las lanchas con pasajeros desde la Estación Fluvial, dejando un buen número de asiduos visitantes sin la posibilidad de disfrutar de sus lugares preferidos.

El único espacio que funcionó durante el verano fue el de Isla Verde, adonde se llega desde Costa Alta en los muelles ubicados en el sector norte de la ciudad. No obstante, el sitio se vio también afectado por las condiciones del clima que no siempre ayudó, por lo que no operó al ciento por ciento y el agua cubrió buena parte de la arena.

Según indicó el gerente de Costanera Rosario, Lucas de la Torre, “algunos sitios que continuaron abiertos en la temporada, aunque con espacios acotados, fueron los ubicados en el Paraná Viejo.

“Hay sectores a los que se llega partiendo desde la zona de Refinería, en la zona norte de la ciudad, a los que es imposible llegar por la presencia de camalotes. También hay lugares a los que las fuertes tormentas no dieron tregua y tumbaron árboles y ramas”, contó a este medio Claudio, un veterano kayakista, frecuente visitante de las islas.

En tanto Pablo, responsable del parador Deja Vu, uno de los sitios de las islas que junto a Vladimir, fue el más golpeado por la condición del río y el mal tiempo, se lamentó: “Prácticamente perdimos la época de trabajo más fuerte que se da durante los meses de enero y febrero, más allá de que en diciembre estuvimos abiertos y vino mucha gente”.

Además, el hombre explicó que no existe ni siquiera la posibilidad de remontar el trabajo en lo que resta de marzo, ya que “cuando hay creciente, por más que haya algo de playa, los baños están inutilizables y hay muy poca tierra”.

“Las novedades que tenemos es que para las próximas semanas podríamos tener un pico de crecida aún más alto que el que hay actualmente, y que incluso podría alcanzar los 6 metros”, dijo Pablo.

Lo que queda después

Pero hay más, el referente de Deja Vu explicó que otro problema importante se presenta cuando el nivel del río desciende. “Cuando no es el problema de la crecida que hace que el lugar no se pueda utilizar, ocurre que el agua se va y deja todo prácticamente destruido. Ahí viene la otra parte en la que hay que reacomodar y reconstruir todo. En nuestro caso, parte de los muelles quedaron arruinados y debemos acondicionar todo para la temporada que viene”, agregó.

Por su parte Juan Carlos, del parador Vladimir, expresó que desde el sector de islas están en contacto permanente con los organismos públicos encargados de evaluar la situación del río, como también el pronóstico del tiempo y así estar al tanto de la intensidad de las tormentas. “Veremos qué pasa la temporada que viene porque esta ya la perdimos. Cuando acompaña el río y el tiempo, no hay mayores problemas”, finalizó.

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