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A foja cero: Larriera fracasó en el primer objetivo y ahora debe apuntar a la Copa de la Liga

El entrenador sabe que fracasó en el primer gran objetivo que tenía, ganar el Clásico, y ahora deberá apuntar a clasificar a cuartos en la Copa de la Liga y ganar por Copa Argentina, caso contrario, el hincha le soltará la mano

Newell’s perdió otro Clásico, y como sucede habitualmente con este tipo de derrotas, es imposible que pasen inadvertidas. «Nada de lo que pueda decir o explicar le va a servir al hincha», repitió Larriera en cada respuesta que dio en la conferencia de prensa post partido. Y tiene razón. Perder o ganar frente a Central no da lo mismo, mucho menos cuando la racha adversa parece no tener fin, con apenas alguna sonrisa en el medio. Y si bien el DT uruguayo no puede ni tiene que hacerse cargo de esa mochila, al asumir el cargo sabía que el choque ante el Canalla tenía este peso específico.

«El Clásico era un objetivo que teníamos. Si fracaso es no conseguir un objetivo, entonces es un fracaso». Palabras más, palabras menos, Larriera asumió que el primer ítem importante que tenía en la agenda leprosa no se cumplió. Y ahora deberá seguir recorriendo el camino sin el crédito que había conseguido tras un inicio perfecto de cuatro victorias. Y los resultados serán los que avalen los próximos pasos, mucho más después de tres derrotas al hilo, con el Clásico como golpe duro y difícil de asimilar.

«El plantel está golpeado, hay un vestuario dolido», deslizó Larriera. Por eso empezó a trabajar en la reconstrucción anímica y le dio el lunes libre para que estén con sus familias y el martes iniciarán la semana de trabajo de cara al partido del domingo frente a San Lorenzo y el siguiente del jueves ante Tigre, ambos en el Coloso, con la obligación de sumar puntos para seguir prendidos en zona de clasificación a cuartos de final, un objetivo posible.

¿Qué falló? ¿Por qué tras un inicio perfecto Newell’s lleva tres derrotas al hilo con siete goles en contra y ninguno a favor? Cada derrota tiene una explicación propia, en especial el partido con Estudiantes con la tempranera y polémica expulsión de Banega, pero hay algunos factores comunes: la ineficacia, algunos errores en el retroceso defensivo y la falta de recambio en el plantel.

Machacarle a Larriera que no le dio descanso al plantel con tanto partido seguido, con un viaje a Miami en el medio y el Clásico como partido especial tiene lógica. Si bien se trata de una apreciación contra fáctica, seguramente otra podría haber sido la suerte en el Clásico si el entrenador uruguayo hacía descansar a algunos jugadores ante Estudiantes. Luego del 0-4 ante Rcaing y el viaje a Miami para jugar ante Inter, lo más lógico era pensar que Ever Banega, Fernández Cedrés, Méndez, Franco Díaz, Martino y Ramírez tuvieran descanso. Y si el Clásico era un objetivo tan importante, no debió haber dudas al respecto. Pero Larriera prefirió fortalecer el rodaje de un equipo titular y lee salió mal. Perdió con Estudiantes, se quedó sin Banega para enfrentar a Central e incluso desgastó a jugadores como Méndez, Martino y Cedrés.

La explicación de esta decisión la dio el propio Larriera. «Opté por un camino que fue darle continuidad al equipo porque presentaba patrones de juego que si uno hace cambios no se ven. Somos un equipo en construcción y veía que la continuidad ayudaba. El partido quizás que se debió evaluar fue con Racing. Fisicamente no vi una merma», destacó el DT para explicar la falta de rotación.

Lo que no dice Larriera, pero sí lo evidencia en sus acciones es que no confía en el recambio que tiene. «Hay un plantel amplio, pero con muchos jóvenes que están creciendo», tiró. Para Larriera hay un once titular: Macagno, Méndez, Velázquez, Glavinovich y Martino; Franco Díaz, Fernández Cedrés y Banega; Aguirre, Ramírez y Panchito González. En la primera fecha estuvieron el pibe Sotelo (se rompió los ligamentos), Schor y May porque aún no estaban todos los refuerzos. Y con Central jugó Julián Fernández por el cambio de esquema.

La muestra que el recambio, salvo Guillermo May, no es confiable se ve en las sustituciones en estos siete partidos. Cacciabue fue primera alternativa en los primeros cinco partidos y hace dos que no ingresa. Schor arrancó como titular, luego pasó a primera alternativa como suplente (improvisó a May como carrilero) y con Estudiantes y Racing no entró. Vangioni tuvo algunos ingresos tardíos en distintos puestos, pero con Central no fue opción ni siquiera por su experiencia. Esteban Fernández pasó de tener cinco minutos en seis partidos a ingresar como salvador en el Clásico. Balzi fue primer cambio con Racing y Estudiantes y con Central no estuvo ni un minuto. Y Miljevic, el quinto refuerzo, ni fue al banco. Y Julián Fernández, que en los cinco primeros partidos apenas ingresó minutos con Belgrano, ahora fue titular. La mayor sorpresa es Franco Díaz, titular indiscutido que ni siquiera jugó un minuto el Clásico.

Las cartas están en la mesa. Larriera necesita recuperar rápido al equipo en lo anímico y salir de esta racha adversa ante San Lorenzo y Tigre. Newell’s está quinto, a un solo punto de Racing y Lanús, con chances claras de pelear el pasaje a cuartos. Y si bien el hincha está enojado y desilusionado, en su gran mayoría despidió al equipo con aplausos de apoyo porque entendió que esta vez el resultado del Clásico tenía cierto halo de injusticia. Pero esa banca sólo se mantendrá si la reacción es inmediata. Larriera lo sabe.

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