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A juicio oral por tirar las cartas a la basura

Se trata de un cartero que arrojaba la correspondencia a un contenedor en lugar de entregarlas a sus destinatarios.

Un cartero que arrojaba la correspondencia a un contenedor de residuos en lugar de entregarla a sus destinatarios, quedó al borde del juicio oral y público al confirmar la Cámara Federal su procesamiento, sin prisión preventiva, por un delito que prevé penas de hasta cuatro años de cárcel.

La sentencia recayó en Gabriel Fabián Sajewicz, dependiente de la empresa «Logística de Avanzada» (LDA) proveedora del Correo Argentino para la distribución de la correspondencia, a raíz de los hechos ocurridos el 2 de junio de 2009, en la esquina de las calles Andonaegui y Quiroz, de esta Ciudad.

En una sentencia de seis carillas, los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah recrearon lo ocurrido esa mañana cuando el subcomisario Ignacio Guyet, de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal advirtió que el conductor de una camioneta Renault Kangoo, estaba «arrojando varias cartas en el interior de un contenedor de basura».

El vehículo «se hallaba estacionado junto al mencionado container y poseía la inscripción Correo Oficial de la República Argentina en la puerta delantera lateral izquierda» mientras que también se constató que, en el interior del vehículo, Sajewicz tenía «más cartas dentro de una bolsa de arpillera”.

Tras una serie de planteos acerca de si el imputado era, o no, empleado público pues su sueldo se lo abonaba una empresa que operaba como «una suerte de flete», los camaristas entendieron que fue correcto el proceder del juez federal Sergio Torres cuando dictó su procesamiento por el delito previsto en el artículo 154 del Código Penal.

Esa norma reprime con prisión de uno a cuatro años al «empleado de correos o telégrafos que abusando de su empleo, se apoderare de una carta, de un pliego, de un telegrama o de otra pieza de correspondencia … (y) la entregare o comunicare a otro que no sea el destinatario, la suprimiere, la ocultare o cambiare su texto».

Para confirmar el procesamiento los magistrados también citaron los dichos de testigos que observaron cuando el hombre estacionó el vehículo utilitario «en doble fila y arrojó cartas a un contenedor plástico» donde luego se comprobó que había «cuarenta y seis sobres cerrados que contenían correspondencia».

Los argumentos de la defensa «carecen de sustento puesto que Sajewicz fue sorprendido en flagrancia en el momento en que arrojaba desde su vehículo al conteiner de basura correspondencia del Correo Argentino que debía repartir» concluyeron los jueces.

Los camaristas explicaron, técnicamente, que «la modalidad del hecho no constituye ocultación de correspondencia, sino supresión de la misma, agravado por abuso de su empleo» ya que «la supresión, por lo tanto, puede o no consistir en la destrucción, bastando que la carta sea sacada del curso del correo, arrojándola, por ejemplo, a un canasto de papeles».

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